La electricidad y los combutibles desbocan los precios hasta su nivel más alto en 29 años

El IPC dispara su tasa interanual hasta el 5,4%, casi 1,5 puntos por encima de la tasa de septiembre

ABC
Teresa Sánchez Vicente

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Tanto la escalada del precio de la luz como la de los combustibles dispararon el Índice de Precios de Consumo (IPC) el pasado octubre hasta su nivel más alto en los últimos 29 años . La inflación, también conocida como el impuesto de los pobres, se volvió a desbocar con la consiguiente merma del poder adquisitivo de los salarios y de los ahorros de los españoles. La tasa de inflación subió un 1,8% en octubre en relación al mes anterior y se disparó hasta un porcentaje del 5,4% . Se trata del nivel más alto registrado en los precios desde 1992, año en el que en España se celebraban los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla.

El incremento al alza de la inflación está motivado principalmente por el encarecimiento de la electricidad y de los combustibles. Estas dos partidas asfixian a los ciudadanos en el trimestre de mayor consumo del año; a las empresas, que se encuentran en proceso de recuperación tras la pandemia, y a la industria, sobre todo a la electrointensiva.

Pese a este récord en casi tres décadas, la tasa interanual del IPC registrada en octubre fue una décima inferior a la avanzada a finales del mes pasado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), cuando se comunicó un porcentaje del 5,5%. El INE también calcula a cuánto ascendería el IPC sin tener en cuenta la rebaja del impuesto especial sobre la electricidad y el indicador se dispararía hasta el 6,1%, es decir, siete décimas por encima de la tasa marcada finalmente.

La luz se encarece un 62,8%

La factura de la luz se incrementó un 62,8% en los últimos 12 meses, una cifra no vista hasta ahora en el informe de precios de Estadística . Solo de septiembre a octubre, el organismo estadístico cuantifica la subida en un 10%. El gas natural, uno de los grandes culpables del alza sin frenos de la luz, subió un 11,3%. En consecuencia, la categoría que más influyó en la escalada de precios fue la vivienda -partida en la que se contabilizan los suministros-, cuya variación anual se situó en el 20,5% , seis puntos por encima de la registrada el mes pasado. Por su parte, los servicios de alojamiento también se encarecieron un 17,6% y los paquetes turísticos nacionales, un 8%.

El castigo al bolsillo del consumidor no cesa: los combustibles subieron un 57,1% desde octubre de 2020 , pero también se encarecieron los precios del butano un 33,4%. En concreto, el diésel ya es un 30,5% más caro que hace un año y la gasolina se desbocó un 26,5% . En variación mensual, la gasolina subió un 2,9% y el diésel, un 5,1%. Estos precios impactan a su vez en el encarecimiento de otro servicio básico, como es el transporte, que incrementó su tasa dos puntos y medio, hasta el 12,3%.

La crisis del transporte marítimo de mercancías, la escasez de chips y otras materias primas y el atasco en la cadena de suministros repercuten ya en el encarecimiento de determinados artículos. Por ejemplo, los coches nuevos experimentaron un incremento de precios del 3,6% en variación anual . También se encareció un 7,6% el precio de las bicicletas; un 2,6% el de las motocicletas y un 2,6%, el de los neumáticos.

Por contra, las partidas que más se han abaratado en los últimos 12 meses son los peajes y aparcamientos (-22,4%); equipos de telefonía móvil (-7%); vuelos nacionales (-3,5%); otros soportes informáticos (-3%); juegos y aficiones (-2,5%) y los frutos secos y de cáscara (2,4%). En tasa mensual, lo que más subió de precio fueron los otros artículos de vestir (guantes, cinturones, paraguas) con un avance mensual del 15,3% ; la ropa de mujer (13,6%) y la de hombre (12,2%). En cambio, lo que más se abarató en relación al mes anterior fueron los paquetes turísticos nacionales (-6,5%).

La cesta de la compra de productos básicos se convierte de forma progresiva en un lujo para las familias. El encarecimiento de la electricidad y de los combustibles ya se ha trasladado a los precios de venta directa. Los alimentos y bebidas no alcohólicas han visto incrementar sus precios un 1,7% en los últimos 12 meses y un 1,3% en variación mensual . Lo cierto es que muchos artículos de alimentación utilizan energía para su transformación en productos elaborados. Los altos costes de la luz también impactan en el proceso de refrigeración, así como los del combustible en los pasos de transporte de mercancía y de distribución a los establecimientos de venta.

Dentro de la cesta de la compra, los productos que más subieron en variación anual son el aceite de oliva (26%), los refrescos (10,7%), la margarina y otras grasas vegetales (7,7%), la carne de ovino y caprino (7,2%,) las pastas alimenticias (7%) , los alimentos para bebé (5,3%), las frutas en conserva (5,2%), los zumos de frutas y vegetales (4,6%) y los huevos (4,3%), entre otros.

De septiembre a octubre, se disparó el precio de las frutas frescas (9,5%), el de las pastas alimenticias (5%), el de los alimentos para bebé (3,8%) y el de la carne de ovino (2,7%).

Brecha con la subyacente

El peso de la energía en la subida de los precios se hace aún más evidente al comprobar la tasa de variación anual de la inflación subyacente, el índice general que no contabiliza los productos energéticos ni los alimentos frescos. En octubre, la inflación subyacente repuntó cuatro décimas, hasta el 1,4%, y registró la diferencia más alta entre ambos indicadores desde el comienzo de la serie , en agosto de 1986.

«Las empresas están asumiendo importantes costes de producción que apenas se están trasladando a los precios finales, como muestra una inflación subyacente muy moderada. Todo esto implica una reducción significativa de los márgenes empresariales en un momento delicado para muchas de ellas tras meses de crisis y restricciones a la actividad», avisaron desde la CEOE.

«Toda subida de precios de esta magnitud, más de un 5%, es intolerable en cualquier economía estable. Pero mucho más cuando la mayor parte de la subida se centra únicamente en los productos de primera necesidad . No podemos llegar a pleno invierno con estos precios de la luz, sería una forma de violencia contra la población más vulnerable, pero también contra la que no está considerada en la extrema pobreza», interpretó, por su parte, el secretario general de USO, Joaquín Pérez.

El dirigente sindical incidió en que los salarios están subiendo muy por debajo de lo que se han disparado los precios, ya que la subida salarial media pactada en convenio se situó hasta octubre en el 1,55% , alrededor de cuatro puntos por debajo del IPC.

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