Álvaro Nadal: "Al PP le han faltado personas y le han faltado ideas"

El ex ministro de Energía con Mariano Rajoy asegura que en la campaña "no hubo propuestas para crecer, solo para repartir lo que ya hay"

Álvaro Nadal, momentos antes de la entrevista MAYA BALANYA

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Diez cuentos para simplificar la apasionante historia económica de España y explicar, con esa pedagogía que tanto se echó de menos durante los años más duros de la crisis, la importancia de comprender los desafíos comunes. Álvaro Nadal (Madrid, 1970) presentará su libro «Lo que no son cuentas son cuentos» el próximo día 22 acompañado de Mariano Rajoy. Después se mudará a Londres para retomar su carrera de funcionario tras 25 años en política pero convencido de seguir aportando, desde el otro lado, a «lo público».

—¿Es más rentable electoralmente anunciar subidas de gasto que bajadas de impuestos?

—Mire, lo que tenemos que tener claro es que los recursos no son ilimitados. Individualmente, cualquier gasto extra y cualquier bajada de impuestos nos parece estupenda. Porque quién no quiere pagar menos. Y quién no quiere que suban las pensiones o el gasto en sanidad. La cuestión es que no se puede tener todo a la vez. Pero ha cundido la idea de que tenemos el cuerno de la abundancia y, por lo tanto, si los políticos no hacen lo que uno quiere es porque le tienen manía o, peor, ¡porque son malos! ¡Se llegan a decir unas cosas! Y lo cierto es que todo tiene un coste e implica una renuncia. El objeto número uno de la política económica y el debate público en este país tendría que ser cómo hacer la economía más grande. Que la tarta a repartir sea mayor. Pero el 90% de las discusiones, ya no solo políticas, sino también sociales y mediáticas, tratan sobre cómo me llevo yo un trozo más grande de la tarta que ya hay.

—¿Ha faltado economía en campaña?

—Mucha. La economía no ha tenido espacio en el debate político. No se han hecho propuestas para crecer, sino para repartir lo que ya hay. Han sido propuestas con poca aportación al progreso. En España no solo existe un problema territorial, deberíamos tener un poco más de ambición social. De hecho, los problemas territoriales se atenúan enormemente en países exitosos.

—En su libro insiste en la importancia de recuperar la racionalidad. ¿Explica la emoción el resultado electoral?

—No solo el resultado electoral, sino todo lo que está siendo la política. Y no solo en España, en prácticamente todo el mundo occidental. La base de nuestra democracia se encuentra en los grandes avances de la Ilustración, cuando se entendió que cualquiera puede tener emociones, prejuicios o sentimientos, pero que no se gana nada enfrentándolos uno contra otro. Y esto es, precisamente, lo que se está haciendo ahora. El espacio público debe ser el de la razón y el entendimiento. Sin embargo, sobre todo en los últimos años, hemos tenido una política de emoción, de prejuicio. El epítome de esta falta de racionalidad han sido estas elecciones.

—¿Ningún partido es hoy racional?

—Hay una falta total de racionalidad en la política actual. Y este hueco no está ahora mismo cubierto por nadie. Yo tengo mis sesgos y creo que el anterior presidente del Gobierno, el señor Rajoy, era una persona que iba siempre con la racionalidad, la sensatez y la moderación por delante. Sin duda hay más gente así, pero no ha sido el estilo de esta campaña.

—¿Soraya Sáenz de Santamaría hubiera aportado más racionalidad al discurso?

—Los contrafactuales no existen. Son muy bonitos e interesantes pero no existen. Y prefiero no hablar de lo que no ha sido porque los partidos tienen que evolucionar y poner a las personas que consideren necesarias. Lo que sí puedo decir es que el éxito del Partido Popular a lo largo de la democracia es haber sido un partido de suma, de unión de diferentes tendencias y personas. Y yo creo que ha faltado sumar. Ha faltado muchísimo.

—¿Qué más ha faltado, en su opinión?

—Al PP le han faltado personas y le han faltado ideas. Le ha faltado ser amplio, defender las gestiones anteriores y sus éxitos. Es innegable que se ha prescindido de todo el equipo económico de Rajoy, que por cierto también lo fue de Aznar, y que no forma parte del nuevo grupo ni en el Congreso, ni en el Senado ni en el Parlamento europeo. Es una decisión legítima del que la toma. Aunque también es verdad que las decisiones provocan resultados y tienen consecuencias.

—Los empresarios han abogado por un Gobierno de PSOE y Cs, ¿es conveniente económicamente?

—A España lo que le conviene es un Gobierno con sentido de la moderación, de la racionalidad y de país. Europa desde la la Segunda Guerra Mundial se ha construido desde la moderación, desde el centro derecho o desde el centro izquierda. Los españoles en esta ocasión han votado centro izquierda, con lo cual es el centro izquieraquien debe tomar las decisiones, entre las que se incluye la manera de pactar para que sus políticas sean moderadas.

—¿Vuelve ilusionado a su profesión?

—Desde la moción de censura he estado en el Parlamento pero ya no en primera fila y la verdad es que he vuelto a ver todo lo que me estaba perdiendo. A mí mi profesión me gusta mucho y es bueno cambiar de aires, armarse intelectualmente y salir de este juego de declaraciones y contradeclaraciones que muchas veces no tienen profundidad.

—¿Ha sido su adiós político como lo había imaginado?

—A la política tienes que venir ya mayorcito y sabiendo dónde te metes. Yo no sé si algunos fichajes de los que se han anunciado lo saben. La gente se piensa que esto de la política es un chollo, pero es difícil técnicamente y muy muy difícil en relaciones humanas. Yo tenía claro que de la política siempre se sale mal.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación