Agujero de 100.000 millones de euros en Cataluña por la fuga de empresas

El Govern minimiza el impacto del éxodo y hace responsable a Rajoy

La Consejera de Empresa de la Administración autonómica de Cataluña, Ángels Chacón EFE

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La Generalitat de Cataluña cifra en 100.000 millones de euros el volumen anual de la facturación del conjunto de las empresas que han abandonado Cataluña entre el mes de octubre de 2017 y agosto de 2018 a causa de la inestabilidad política. Pese a que esta cifra representa prácticamente el 50% de las ventas de las 616.366 firmas radicadas en Cataluña, el Gobierno autonómico presentó ayer un informe para intentar demostrar que el impacto sobre la actividad productiva de este éxodo empresarial no ha sido significativo. La Consejería de Empresa de la Administración autonómica trataba así de replicar lo que su titular Àngels Chacón define como noticias catastrofistas y un intento del anterior Gobierno de «dañar» la economía catalana. Aludía en concreto al decreto del 6 de octubre de 2017 -cinco días después del referéndum- que permite a las empresas cambiar su sede social sin pasar por la junta de accionistas.

Tratando de minimizar el impacto de estos traslados, la Generalitat rebaja a 2.501 el número de «decisiones empresariales» de marcha tomadas en este periodo, una cifra que corresponde a 3.700 CIF (códigos de identificación fiscal), teniendo en cuenta que en esta última cifra se incluyen las filiales o las consorciadas. La cantidad difiere a la baja con la marcha de 4.500 CIF que contabiliza el Colegio de Registradores Mercantiles.

Sin asumir que entre las empresas «fugadas» están las más importantes, el Govern apuntó que las que se han marchado representan únicamente el 0,59% de todas las firmas con sede en Cataluña, y que, en cualquier caso, no han habido, o han sido anecdóticos, traslados de centros de producción. Para la Generalitat, recordando que en 2017 el PIB catalán creció tres décimas por encima de la media española, el éxodo de firmas no ha tenido traslación en términos productivos y de empleo.

De las que salieron de Cataluña, únicamente Agbar anunciaba hace un par de semanas su retorno a Barcelona aduciendo una recuperación de la «estabilidad económica». La Generalitat no supo dar cuenta de si a esta firma seguirán otras. Sí apuntó en cambio que la marcha de empresas se ha frenado. Sobre el «otoño caliente» que anuncia el independentismo se pasó por encima.

Los intentos de minimizar la situación por parte del Govern fueron respondidos desde la histórica patronal Fomento, desde donde se apuntó que si númericamente la cifra puede relativizarse no sucede lo mismo con el tamaño de las que se han marchado: «No se ha ido el señor de la esquina».

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