El accionista de Lufthansa que bloqueaba el rescate accede en el último minuto

La empresa también logra un acuerdo con el sindicato del personal de a bordo que permite ahorros operativos por 500 millones de euros gracias al congelamiento de salarios, jubilaciones anticipadas y períodos de desempleo técnico.

También en el último momento daba luz verde al rescate la Comisión Europea que considera que las medidas de recapitalización «contribuirán a gestionar el impacto económico del coronavirus en Alemania» AFP

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Tensión hasta el final. El rescate de Lufthansa sale adelante tras una compleja asamblea general de accionistas en la que queda aprobada la operación por la que el Estado alemán adquiere el 20% de la compañía a cambio de una inyección de 9.000 millones de euros y que hasta el último minuto estaba en el aire. Cuando solo faltaban unas horas para empezar la asamblea, la empresa logró un acuerdo con el sindicato del personal de a bordo que permite ahorros operativos por 500 millones de euros gracias al congelamiento de salarios, jubilaciones anticipadas y períodos de desempleo técnico. Y casi al mismo tiempo se salvaba también el principal escollo: Heinz Hermann Thiele , que recientemente ha comprado hasta un 15,5% de la empresa , convirtiéndose en el principal accionista, y que no veía con buenos ojos el abordaje del Estado alemán.

En la asamblea de accionistas ha quedado claro, en todo caso, que la situación está todavía lejos de ser salvada por completo. Incluso con es rescate, la caída de la demanda en el transporte aéreo , cuyo impacto se espera durante varios años, podría obligar a la empresa a recortar miles de empleos. «Hemos salvado 22.000 puestos de trabajo, pero tenemos por delante todavía años muy difíciles», ha reconocido Nicoley Baublies, portavoz del sindicato que a partir de ahora tendrá que vérselas con el peculiar accionista Thiele.

El multimillonario alemán ha comprado acciones cuando estas cayeron vertiginosamente de precio y ha tomado durante la crisis el timón de la aerolínea, precisamente en medio de las negociaciones para salvar a la empresa. A sus 79 años y apodado el «patriarca», se ha mostrado muy reservado respecto a la nacionalización parcial del grupo porque seguramente impedirá eliminar una parte significativa de los 14.000 empleos que actualmente soporta Lufthansa , algo que considera fundamental para volver a hacer rentable la compañía. De momento, se contenta con una rápida «reestructuración» del grupo.

También en el último momento daba luz verde al rescate la Comisión Europea que considera que las medidas de recapitalización «contribuirán a gestionar el impacto económico del coronavirus en Alemania», al tiempo que «mantienen las salvaguardias necesarias para limitar las distorsiones a la competencia». «Es necesaria, apropiada y proporcionada para aliviar una alteración seria en la economía de un Estado miembro», juzga el comunicado, que apunta también que «no excede el mínimo necesario para asegurar la viabilidad» de la compañía y «no va más allá de restaurar la posición de capital previa» a la pandemia.

Una insolvencia de Lufthansa, que sería la única alternativa a este rescate, tendría «serias consecuencias en el empleo, la conectividad y el volumen de comercio extranjero en Alemania» , considera la Comisión Europea. Como condiciones para la aprobación del rescate, Alemania se ha comprometido a trabajar en una estrategia para su salida en los doce meses posteriores a la concesión de la ayuda y a aportar un plan de reestructuración de la empresa si el Estado alemán sigue en la aerolínea dentro de seis años.

Además tendrá prohibido repartir dividendos, bonus salariales o la recompra de acciones , con vistas a que los propietarios de la compañía tengan incentivos a adquirir de nuevo las acciones que ahora posee el Estado cuando la situación económica lo permita, ni podrá usar el dinero del rescate para apoyar las actividades de compañías integradas en el grupo que estuvieran en dificultades económicas antes del 31 de diciembre de 2019. También le queda vedado adquirir una participación de más del 10 % en competidores u otros operadores en la misma línea de negocio.

El acuerdo implica finalmente la cesión de 24 «slots» , derechos de despegue y aterrizaje en determinadas franjas horarias en los aeropuertos de Fráncfort y Múnich, uno de los puntos más peleados por la empresa. La vicepresidenta de la Comisión Europea a cargo de Competencia, Margrethe Vestager, que ha cedido a la exigencia inicial del 50% de los slots , cree que aún así esta condición «garantiza precios justos y una elección más amplia para los consumidores».

Aparte de todos estos cambios impuestos en la gestión, hay que contar a partir de ahora con el estilo personal de dirección de Thiele, que comenzó a trabajar como empleado de la oficina de patentes Knorr-Bremse en 1969, especializada en frenos, y a la que salvó de la quiebra comprándola a crédito en la década de 1980. Hoy es uno d elos hombre smás ricos de Alemania, la revista Forbes estima su fortuna en 15.000 millones de euros , y en Knorr-Bremse se trabajan 42 horas semanales, en lugar de las 35 habituales del sector.

Durante la crisis financiera de 2008 se extendió en Asia, donde en 2011 compró la mitad del grupo de equipamiento ferroviario Vossloh, y sus propiedades llegan también a Latinoamérica , donde posee un establecimiento ganadero en Uruguay. A quienes alberguen la esperanza de su pronta jubilación, ha dicho en una reciente entrevista:«“soy empresario y lo seré hasta mi último suspiro». La reacción de los mercados a esta intensa jornada es muy positiva. Las acciones de Lufthansa han subido un 15% en la bolsa de Fráncfort.

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