La historia del joven británico que se hizo millonario por no atender en clase

La BBC publica cómo Jack Cator logró triunfar con una plataforma online que creo desde el sofá de su casa

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Jack Cator no era lo que se puede decir un buen estudiante. En lugar de atender y adquirir nuevos conocimientos, este joven británico invertía su tiempo en la escuela en intentar, sin éxito, conectarse a internet para descargar contenidos o jugar online. Fue precisamente este afán por ser mal estudiante lo que le permitió tener una idea que, años después, le convirtió en multimillonario.

Según publica en una información la BBC, en el colegio de Cator, localizado en la ciudad británica de Norfolk, estaban instalados una serie de programas en los ordenadores que bloqueaban el acceso a la red. El joven, gracias a sus conocimientos de programación, logró inventar un código nuevo y hackear el sistema.

«Pensé que sería divertido saltarme los filtros impuestos por el colegio», afirma Cator a la BBC.

El método que utilizó consistía en utilizar una web online para entrar como una persona autorizada y esquivar de esta manera los programas que denegaban el acceso al sistema del colegio. Cator usó un servidor remoto que proveía a los usuarios de algo llamado VPN (las siglas en inglés de Red Privada Virtual). Esta herramienta le permitía navegar de forma anónima, pero tenía un manejo dificultoso y estaba plagada de publicidad. Por ese motivo, Jack Cator creó su propio servidor.

Desde el sofá de casa

El medio británico asegura que solo le llevó una tarde y que fue mientras estaba en el sillón de su casa. El nombre con el que bautizó el servidor fue un signo de la personalidad de Cator: Hide my Ass («Esconde mi trasero»).

Con tan solo dicesiséis años, Jack Cator comenzó a difundir su idea en foros de internet con la intención de llegar al máximo número de usuarios posibles. Gracias a esta «estrategia», logró que en menos de un mes miles de usuarios ya utilizaran esta herramienta. Cator cree que el llamativo nombre del programa también jugó a su favor, ya que atraía a nuevos usuarios. Entre ellos no solo se registraron escolares, sino que, según el británico, «gente de todo el mundo que no accedían a juegos en línea. Fueron accediendo sitios web de noticias en sitios como, por ejemplo, en Oriente Medio. Me di cuenta de que se trataba de una herramienta muy útil».

Suscripción y freelances

A la hora de rentabilizar su idea, Cator utilizó varias fórmulas. Comenzó con la publicidad, pero en poco tiempo se percató de que no le proporcionaba ingresos suficientes. En 2009 puso en marcha un serivicio de suscripción que fue lo que revitalizó definitivamente su idea. Además de ello, el joven británico también obtuvo beneficios a partir de las comisiones que le proporcionaban los sitios de internet que sus usuarios visitaban a través de Hide My Ass.

Otra de las fórmulas que explotó el estudiante –ya cuando estaba en la universidad– fue la de los freelance. HMA (Hide My Ass) utilizó este tipo de contratación para todo, de hecho su creador ha afirmado en varias entrevistas que durante mucho tiempo «no conocía a ninguno de mis empleados». Su programador se encontraba en Ucrania; su servicio al cliente, en Serbia. Finalmente, cuando creció lo suficiente, se trasladó al londinense barrio del Soho.

En cuanto a la posibilidad de que HMA se utilice para fines ilegales, Cator cree que cualquier herramienta puede ser mal utilizada, incluso Google. Sin embargo, sostiene que desde su compañía no apoyan las descargas ilegales y que, en el caso de que exista alguna investigación de la Policía, entregarán los datos de aquellos usuarios bajo sospecha.

Venta millonaria

En menos de diez años, este joven ha logrado transformar su nueva idea en una start-up muy rentable y en uno de los mayores proveedores de VPN alrededor del mundo. Finalmente, el estudiante británico ha vendido su idea a cambio de 60 millones de dólares al desarrollador de software AVG, quién se queda con una cartera de más de dos millones de clientes, una renta anual de 3 millones de dólares (casi 2,7 millones de euros) y un nivel de ventas por valor de más de 16 millones de dólares (casi 14,5 millones de euros).

A partir de una buena idea e ingeniosas fórmulas de financiación, Jack Cator se hizo millonario. Por si fuera poco, tras la venta de HMA, el joven británico continuará como CEO de la empresa.

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