HISTORIA DE LA VENDÉE GLOBE (3) 1996-1997

Llegan los IMOCA 60

Adopta el formato de celebrar la regata cada cuatro años y el nivel de popularidad del evento sigue en una curva de ascenso imparable

Christophe Auguin, ganador

Coli Terry

Tras la victoria de Titouan Lamazou en 1990 y la de Alain Gautier en 1993, la tercera edición del Vendée Globe, adopta el formato de celebrar la regata cada cuatro años, el nivel de popularidad del evento sigue en una curva de ascenso imparable, con la presencia de miles de aficionados que invaden la pequeña localidad de Le Sables d’Olonne, tanto en la salida, como en la llegada donde la diferencia de días entre barco y barco no es motivo para que miles de aficionados acudan a recibirlo en el estrecho y a la vez mítico canal de entrada de esta localidad del Golfo de Vizcaya. Por otro lado se crea la clase IMOCA 60 que se convierte en el núcleo más importante de la flota participante -clase creada en 1991 por Autissier, Auguin y VDH-, aunque los diseños de 50 pies siguen manteniéndose, representados en esta edición por Goss y Patrick de Radigués.

Por otra parte los diseñadores y constructores apuran sus lápices y los departamentos de investigación e ingeniería de los astilleros se convierten en claves para construir unos barcos donde la radicalidad empieza a definir a los prototipos.

También se constata que para esta edición, la regata Solitaire du Fígaro, la vieja regata L’Aurore, creada en 1970 por el periódico del mismo nombre y a partir de 1980 con el nombre actual, se convierte en la gran cantera de la Vendée Globe. Cualquier joven navegante participante en esta regata, sueña de inmediato que su meta es navegar en la regata Vuelta al Mundo sin Escalas ni Asistencia, como lo demuestra el hecho que la mitad de los participantes de esta tercera edición provenían de la regata Solitaire du Fígaro. En la edición del año 2016 de la Vendée Globe, la cantera de L’Figaro alcanza su punto más álgido de participación, con un total de 15 patrones, incluyendo en este listado a 5 ganadores.

Rafael Dinelli

Para esta tercera edición la nómina de participantes se eleva a 15, ya que a Rafael Dinelli se le deniega la participación, por no haber completado su calificación a tiempo. No obstante el navegante francés que había adquirido el ketch con el que Philippe Jeantot había participado en la anterior edición como Credit Agricole, decide tomar parte en la regata, aunque a título personal y sin contar para la clasificación.

La Vendée Globe se había convertido ya en el desafío final para cualquier patrón oceánico que se preciase. El Santo Grial de la vela, como empiezan a denominarla por aquella época, la regata es un desafío increíble, donde cada participante tiene que pasar tres meses en el mar sin escalas ni asistencia en los tres océanos más grandes del mundo. Después de los pioneros en la primera edición, y a pesar de los dramas que se desarrollaron en la segunda (pérdida de Mike Plant durante su travesía hacia Les Sables d'Olonne, Nigel Burgess ahogándose en el Golfo de Vizcaya), los candidatos inscritos para esta, se lo toman con entusiasmo y dedicación, aunque algunos tuvieron que tirar la toalla antes de la salida, como fue el caso de Eric Cadro que se suicida el domingo 3 de noviembre de 1996.

Después de la victoria de Alain Gautier en 1992, el equipo de diseño Finot-Conq se le ocurrió diseñar sus barcos con una manga muy ancha, y con mucho lastre, pero consiguen que sean lo más ligero posibles, su forma era parecida a una tabla de surf con una profunda quilla y una cabina en cubierta. Barcos a los que la navegación en ceñida no era su rumbo más favorable, pero cuando abrían el rumbo y navegaban desde el través a popa, el rendimiento era espectacular.

Isabelle Autissier

Las canting keels aparecen en escena y Christophe Auguin e Isabelle Autissier las eligen en sus diseños, y el mástil con perfil de ala y outrigers en cubierta es la innovación que presenta Yves Parlier. De los 15 inscritos, seis barcos fueron diseñados por el equipo de Finot-Conq con sede en Jouy-en-Josas. Con estas premisas el record de la primera edición en posesión de Titouan Lamazou (109 d 08h 48') estaba, al menos teóricamente, para ser batido.

Tras la salida el Golfo de Vizcaya (Gascoña), se muestra hostil con la flota y de aperitivo les obsequia con vientos de 35 a 40 nudos con rachas que llegan a los 50. El parte de baja no se hace esperar y el primero en caer es el vasco francés Didier Munduteguy al día siguiente de la salida, el británico Tony Bullimore y el húngaro Nandor Fa tienen que regresar a Le Sables d’Olonne, este último con la quilla casi desprendida. También lo hacen el francés Thierry Dubois que tras colisionar con un OFNI, tiene una vía de agua que reparar. Todos ellos regresan a la regata, tres días después de la salida. La regata esta encabeza por los franceses Ives Parlier, Isabelle Autissier y Christophe Auguin. A la altura de Canarias la flota se reagrupa ya que los líderes se encuentran con poco viento. Este reagrupamiento de la flota dura hasta los Doldrums, donde Parlier, Autissier y Auguin, encuentran abierta la puerta y ponen millas de por medio con sus perseguidores que se encuentran inmersos en las temibles calmas ecuatoriales de esa zona.

Didier Munduteguy

Los tres escapados, todos con barcos diseñados por Finot-Conq, encuentran un aliado en la posición del anticiclón de Santa Helena y ponen rumbo hacia los 40 rugientes con una ventaja de 400 millas sobre el cuarto que es el canadiense Roufs. En este tramo de la regata se produce la primera retirada ya que el húngaro Fa, tras volver dos veces al puerto de salida y tener un abordaje con un carguero, deja la regata con el sistema eléctrico del barco sin reparación posible.

Al entrar en el océano Austral, la francesa Isabelle Autissier, una de las favoritas, pierde el timón y pone rumbo a Ciudad del Cabo, retirándose de la regata, aunque una vez reparada continúo con su navegación alrededor del mundo pero sin optar a clasificación alguna. Pero el problema de las roturas de timón acaba de empezar, Dubois se dirige también hacia el mismo puerto sudafricano con otra avería y el mismo día, el líder Parlier con el mismo daño se dirige a Perth (Australia). Gerry Roufs descubre su primer Iceberg navegando por el paralelo 47º Sur y también su primera tormenta austral, mientras que el francés Auguin, el único del trio de cabeza que no había sufrido daño alguno es un cómodo y solido líder.

Pero el gran sur, todavía no había dicho su última palabra, y así una impresionante tormenta, más parecida a una Galerna, asola la flota, sobre todo a los que vienen navegando desde atrás, tras haber dejado por su popa las islas Kerguelem, que vieron como sus barcos eran volcados una y otra vez. El primero en caer es Rafael Dinelli, que si bien no en regata, seguía navegando dentro de ella, rompe el mástil y este le provoca una importante vía de agua, obligándole a activar su baliza de socorro. El británico Goss el más cercano a la posición del francés, pone rumbo para socorrer a Dinelli y tarda 48 horas en navegar las 150 millas que le separaban, con vientos de 70 nudos y olas de 10 metros, rescatándolo de milagro, cuando su barco comenzaba a hundirse.

Bullimore

Pero las desgracias y averías continúan, Dubois sufre un vuelco con rotura del mástil incluida y debe abandonar su barco refugiándose en su balsa salvavidas, al día siguiente, principios de 1997, el británico Bullimore pierde la quilla y el barco vuelca, el patrón se refugia en su interior. Con las balizas de socorro activadas, la posición de los barcos con problemas a 2.500 kilómetros de Australia es muy delicada. Tres días más tarde la Armada Australiana, los rescata, pero el barco del canadiense Gerry Roufs lleva ya días sin reportar posiciones y su baliza de socorro ha dejado de funcionar durante la primera semana del nuevo año. La organización de la regata envía a los barcos más cercanos a Roufs, los de Isabelle Autissier, Marc Thiercelin, Bertrand de Broc y Hervé Laurent que se dirigiera a la última posición conocida del canadiense, en la zona más remota del mundo. Pero todos los esfuerzos fueron en vano y el navegante canadiense es declarado desaparecido. Meses más tardes los restos de su barco fueron encontrados en una playa del sur de Chille.

Mientras que los barcos se empeñaban en auxiliar al patrón canadiense todavía en el océano austral, Auguin se encontraba muy próximo al Cabo de Hornos, que cruza el 9 de enero. Tras la hecatombe producida por la flota en el gran sur, Auguin afronta una cómoda subida por el Atlántico hacia la llegada establecida en Le Sables d’Olonne. La diferencia era tan amplia que cuando Auguin entra en aguas del golfo de Vizcaya (Gascoña), el británico Goss doblada Cabo de Hornos. Auguin cruza invirtiendo un tiempo de 105 días, 20 horas y 30 minutos, fulminado el record en casi 4 días menos que el vencedor de la primera edición.

Por detrás Marc Thiercelin y Hervé Laurent navegan juntos desde el Pacífico por completar el pódium, Marc terminó en segundo lugar más de una semana y media después del líder. De los quince participantes oficiales, sólo seis fueron clasificados, incluyendo la primera mujer en completar la regata sin asistencia y sin escalas alrededor del mundo, Catherine Chabaud, que llego a la meta 35 días más tarde que el ganador. Dos patrones terminaron sin ser clasificados (Isabelle Autissier e Yves Parlier), siete más tuvieron que retirarse y otro despareció en el mar, Gerry Roufs.

Clasificación

Christophe Auguin (FRA - Geodis): 105d 20h 31'

Marc Thiercelin (FRA - Credit Immobilier de France): 113d 08h 26'

Hervé Laurent (FRA - Groupe LG-Traitmat): 114d 16h 43'

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación