El aguijón del mar y la vela

El mar nunca fue un lugar lejano. Todo lo contrario. Casi metía sus pies en el agua cada mañana al despertar. Así que era cuestión de tiempo que le picara ese bicho imaginario que dicen que existe en las aguas quienes tienen su aguijón adentro. Así fue cuando navegó por primera vez con seis años. «Todo el mundo habla de esa sensación, pero realmente no se puede explicar. El caso es que te enamoras de esto», significa Paula Lissorgues Egea (El Campello, Alicante, 13/10/1999), que anda en camino de un año brillante en Láser 4.7 antes de tomar la decisión del cambio para enfocarse hacia una categoría olímpica. Cercana en el trato y meridiana en ideas, no ensueña más allá que en las realidades posibles del presente: «Pienso en ir trabajando mucho cada día y mi objetivo no va más allá de esta temporada. Luego, ya pensaré que clase me conviene más para el cambio. Pero poco a poco».

Paula, que siempre ha vivido donde descansa el CN Campello, de padre navegante -«y muy marinero», dice-, comenzó a embarcarse con seis años en cursos de verano. Una diversión que compartía con sus primas. Pero el hecho es que aquello, el mar, le picó. Dos años después, en el proceso lógico, aparecía en clase Optimist: «Se me daba bien y me dieron la oportunidad de competir. Poco a poco iba entrenando más, participando en más torneos y dándole más tiempo. Me fui convenciendo para seguir subiendo de nivel».

Camino de los trece años cambio a Láser, a su actual clase. «Todo tiene un desarrollo. De empezar a navegar y entrenar un par de días a hacerlo prácticamente toda la semana. Luego a sumar gimnasio para completar el entrenamiento. Y la competición, de autonómicos y nacionales a poder llegar a Europeos y Mundiales en mi categoría. Todo poco a poco. Cada vez conociendo a gente con mayor nivel. Cada vez te sientes más deportista», cuenta.

La alicantina, estudiante de Primero de Bachiller y que a futuro buscará un camino de estudio vinculado al deporte, integrante además del equipo del Proyecto FER, anda bien esta temporada. Primera el ranking autonómico general de chicos y chicas y también líder en el femenino nacional. Eso lo quiere certificar. ¿Qué pretende este curso? «Quiero intentar ganar el campeonato de España y clasificarme para el Mundial, que es en Alemania. De momento, voy primera en chicas. También me gustaría ir al Europeo. Pero lo que siempre quiero es mejorar lo que haces cada día. En España se trabaja muy bien. Hay mucho nivel y siempre estamos varias ahí arriba».

Para Paula figura esencial es su entrenadora Lucía Reyes. Asegura que conocerla y aprender de ella es lo que más le está haciendo crecer en el mundo de la vela. «Es por ella que he conocido el nivel que conozco hoy. Sin ella igual no hubiese seguido haciendo nada especial. Es muy cercana. Te da seguridad y tranquilidad para un deporte en el que al final salimos al mar todos en un cuerpo a cuerpo», explica.

De valores y sueños

Cuenta la regatista que a la vela le da todo su tiempo, todo el posible mientras compagina los estudios. Quiere crecer y algún día devolverle un poco de lo que se ha llevado de la vela hasta el momento pese a su tierna edad. Y son valores lo que acumula: «Te da una disciplina. Te inculca una forma de ser. La vela te hace madurar mucho y rápido. Te enseña a buscarte la vida y ser independiente. Creo que también al estar en el mar, te quita muchos miedos. Pero imagino que esto en un común denominador en el deporte».

Claro, aunque subraya que lo importante es el momento actual, tiene sueños. Y precisamente es común a los deportistas acudir a unos Juegos Olímpicos. ¿Tokio? «Todavía tengo que cambiar de clase, ver la que más me interesa, y quizás en un par de años me puedo hacer una idea», asegura. De momento, se fija en el recorrido de españolas como Tamara Echegoyen y Berta Betanzos en 49er FX. Entre tanto, se esfuerza sin condiciones mirando al horizonte.