Pilar Pasanau en Vigo, ya piensa en la Mini Transat de 2017

"Es necesario que el gran público conozca mejor la flota Mini 650, es un velero oceánico muy pequeño y muy duro de navegar en solitario, y el paso previo a embarcaciones mayores"

Vigo (Pontevedra) Actualizado: Guardar
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Tan solo cuatro mujeres han tomado la salida en la 20ª edición de la Mini Transat 650, y entre ellas la española Pilar Pasanau que lo hacía por segunda vez. Para la ocasión zarpó con su Mini Clase Prototipo “Peter Punk” hasta que se tuvo que retirar en el puerto de Vigo por averías el pasado miércoles; primero tuvo una parada en A Coruña el pasado 23 de septiembre, y una segunda en Vigo el miércoles 28 de septiembre. Ella nos relata que sucedió:

“Primero entre en A Coruña con averías en el botalón, la contra y otras roturas. Y cuando llegue a Coruña sabia que por reglamento no podía estar más de 72 horas parada, esto implicaría abandonar la regata.

Y en A Coruña he estado dos días y medio, así que solo me quedaban 12 horas más para una segunda parada.

Salgo de A Coruña y al día y medio siguiente se para el piloto automático, por una avería que yo sabía que no era de la electrónica, sino de la instalación eléctrica. Necesitaba un conmutador, algo que no se suele llevar a bordo, que tienes que comprar en un establecimiento, para lo cual es necesario volver a parar. Decidí dirigirme a Vigo, a sabiendas de que si entraba de noche tendría muy poco tiempo para volver a la regata.

Llegue con mucha niebla, poco viento y de proa, había estado a la deriva muchas horas en alta mar, y entre de noche amarrando en el Real Club Náutico de Vigo. Al día siguiente, después de buscar los recursos para poder solucionar la avería ya habían pasado 8 horas, y el electricista me dijo que era imposible repararlo en poco tiempo. Así que se esfumó toda posibilidad de seguir en regata, y muy a mi pesar decidí abandonar”.

Es duro para un navegante solitario el tener que abandonar una regata transoceánica, muchas horas invertidas y dinero, pero en el semblante de Pilar no hay frustración porque sabe que en la competición todo puede cambiar en cuestión de segundos, como le sucedió a Nacho Postigo antes de iniciarse la regata en Douarnenez.

“Me sabe mal por Nacho lo que le ha pasado con el remolque de Organización, el que acabase golpeándose su velero contras las rocas. Porque Nacho hubiese dado mucha guerra a los demás patrones de la regata. Es muy buen regatista. Tiene un buen barco, tenía muchas posibilidades y salía con muchas ganas”.

Cierto es que la Mini Transat 650 es una regata transoceánica de 4.000 millas entre Douarnenez (Francia) y Point-à-Pitre (isla Guadalupe, en el Caribe) con una escala en Lanzarote, y que tiene sus puntos críticos como toda competición. La cuestión es que, como toda regata que parte de la costa atlántica francesa, todo se gana o se pierde durante las primeras 300 millas.

“Tienes que llegar cuanto antes a Finisterre. La parte más complicada de la Mini Transat fue el inicio de la regata en Douarnenez, primero porque tuvimos un recorrido costero para dar un poco de espectáculo mediático a los medios de comunicación y a los miles de espectadores. Una locura porque parece que compites en una regata costera en la que estas peleando por llegar cuanto antes a la última baliza, los patrones van con el cuchillo entre los dientes, arañando la mínima decima de segundo cuando todavía no hemos empezado el recorrido transoceánico.

Después tienes que enfrentarte con el golfo de Vizcaya, donde las condiciones de navegación suelen ser muy imprevisibles. Antes de zarpar estuve comentando con Nacho Postigo la meteorología para la zona, y me dijo que era bastante favorable para salir del golfo de Vizcaya. Después de zarpar de Douarnenez había que dirigirse hacia el oeste, y así hice, la predicción se cumplió paso a paso. Pero las averías me obligaron a detenerme primero en A Coruña y después en Vigo. Tuve muy buen viento, y si no hubiese averías creo que estaría muy adelante de la flota”.

En esta segunda participación de Pilar Pasanau, en la Mini Transat, su actual velero “Peter Punk” es una embarcación con mucha solera. Un diseño Lombard de 1999 que ha pasado por las manos de grandes patrones oceánicos como Lionel Lemonchois, Simon Curwen, Alex Pella y Bruno García.

“Para mí es muy gratificante saber que mi Mini 650 ha pasado por manos de estos grandes patrones, y ahora me tocaba a mí; pero no he tenido ni tiempo ni dinero suficiente para poder preparar el barco como me gustaría, y salí muy justilla para afrontar la Mini Transat”.

En los próximos días Pilar Pasanau tendrá su Mini 650 “Peter Punk” en Barcelona, está gestionando el transporte por carretera desde Vigo hasta la ciudad Condal, donde desmontará por completo su embarcación de cara a una larga temporada de preparación para poder estar en la salida de la próxima Mini Transat en 2017.

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