Joyon, listo para el récord del Atlántico Norte

Vigo (Pontevedra) Actualizado: Guardar
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A partir del próximo 15 de mayo intentara en el solitario el record del Atlántico a bordo del maxi trimarán IDEC. Su objetivo es rebajar el record de 5 días, 19 horas, 29 segundos y 20 segundos que estableció Thomas Coville en 2008. Un selecto club de cinco patrones oceánicos.

Mantener una velocidad media de 21 nudos. Es el ritmo que pretende llevar Francis Joyon a bordo del maxi trimarán IDEC desde New York hasta Lizard (suroeste de Inglatera), para poder rebajar el record establecido por Thomas Coville en 2008, de 5 días, 19 horas, 29 minutos y 20 segundos.

Francis Joyon ya estableció un record en solitario del Atlántico entre el faro Ambrose en New York y el de Lizard (U.K.), fue en el año 2005 cuando registro 6 días, 4 horas, 1 minuto y 37 segundos. Y tres años más tarde se lo arrebato Thomas Coville con el maxi trimaran Sodebo.

El record atlántico de travesía en solitario, a bordo de un multicasco, Oeste – Este, desde New York hasta Lizard, también conocido como record del Atlántico Norte, lo estableció por primera vez Bruno Peyron en 1987 con un registro de 11 días y casi 12 horas. En 1990 la francesa Florence Arthaud invirtió menos de diez días. En 1992 volvió Bruno Peyron estableciendo una marca de 9 días, 19 horas y 22 minutos. Y en el 94 Laurent Bourgnon lo volvió a batir con el trimarán ORMA 60 Primagaz tras 7 días,, 2 horas, 34 minutos y 42 segundos.

Joyon está en el club de los elegidos del record Atlántico Norte en Solitario, y si logra rebajar el actual record de Thomas Coville, será el único navegante que logre establecer records en solitario de vuelta al mundo (57 días y 13 horas), el más rápido en 24 horas (688 millas náuticas a una velocidad media de 27,83 nudos), el record Este – Oeste del Atlántico sobre la ruta de Cristóbal Colón entre Cádiz y San Salvador (en 8 días y 16 horas). Lo que los navegantes franceses definen como el Gran Slam de la vela oceánica en solitario.

Un record creado por Bruno Peyron. Siguiendo los pasos del capitán Charlier Barr, cuando en 1905 estableció el primer record con la goleta Atlantic, el patrón francés Bruno Peyron lo tomo como un referente ochenta años más tarde, creando un nuevo record con los multicasco. Y así poco a poco ha ido creciendo la leyenda de este record Oeste –Este por el Atlántico Norte.

Para Peyron el record necesitaba una referencia actualizada el estableció por Charlie Barr, ese fue el motivo que le animo a intentarlo en 1987: “tras el record de vuelta al mundo a vela, el más importante es el record del Atlántico Norte… El primer record fue divertido porque salimos dos barcos, mi hermano Loïck con el Lada Poch y yo con el Explorer… pero el segundo record ya fue menos divertido, mi barco no estaba en muy buenas condiciones para establecer un record en solitario, pero lo prepare lo mejor que puede, le compre una vela usada a Florence Arthau para mi catamarán de 120 pies de eslora, le quedaba muy pequeña pero todo valía… al principio sufrí una fuerte tormenta frente las costas de New York, después las condiciones meteorológicas fueron más decentes y me lancé a por todas. El principal problema para establecer una record como este es poder hacerlo con solo un sistema de baja presión, salir y llegar con la misma borrasca. Hoy en día es posible con el gran potencial que tiene los nuevos multicascos.”

La única mujer que tiene este record es Florence Arthaur, fue en 1990 con el trimarán Pierre 1er, un multicasco de 60 pies de eslora de la Clase ORMA. Para Florence este record fue muy especial sobre todo cuando llego al puerto de Brest tras batir el record: “me dieron la bienvenida con miles de flores que lanzaron sobre mi barco, que termino cubierto de rosas… fue magnífico. Tuve algunos problemas con la vela de proa después de media travesía. Al principio, navegando por las costas de Terranova, me decía a mi misma que no iba a lograrlo… pero al final lo conseguí.”

«El inicio del record es muy difícil –Thomas Coville, patrón del Sodebo-, pasas de estar en una ciudad muy dinámica como es New York a la soledad del barco. Navegando entre la niebla, en solitario, pendiente de los barcos pesqueros y del tráfico marítimo. Después el objetivo es mantenerse dentro de la baja presión, mantener su ritmo de desplazamiento hacia el Este… Una batalla que se prolonga durante cuatro días. Hay que tener en cuenta que el final de la travesía suele ser con poco viento o viento de popa, por eso es importante tener recursos suficientes para no perder millas al final.»

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