Espéranos en el cielo

Palma (Mallorca) Actualizado: Guardar
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Se me hace muy raro no ver a Marcial en su neumática navegando por la bahía de Palma durante la Copa del Rey Audi Mapfre. Han sido muchos años a su lado recibiendo su amistad y su cariño.

El «Jefe», como le llamábamos todos los que le profesábamos un cariño especial, salió de la nada para llegar a ser Contraalmirante. Marinero voluntario, que se reenganchó y estudió su carrera en la Escuela Naval de Marín, Marcial ha dejado una huella inigualable en nuestro deporte. Era, como decimos en mi tierra. un paisano.

Padre deportivo de muchos regatistas, impulsor de la clase Snipe en España, defensor a ultranza de los barcos de crucero de la Armada Española, el Jefe se nos ha marchado para siempre. Le vamos a echar de menos toda la gran familia de la vela porque no tenía enemigos. Ya nada será igual sin él.

Siempre se ha volcado con los proyectos españoles de vela como la Copa América y la Vuelta al Mundo. Defendió a muerte a la saga de los «Sirius», promovió la saga de los «Aifos» rescatando aquel barco de la clase Dragón, que la Reina regaló al Rey e impulsó la vela oceánica con la construcción del Maxi «Hispania», para navegar en la Ruta del Descubrimiento.DescubrimientoNadie mejor que él podría haber ocupado el puesto de Presidente de la Comisión Naval de Regatas ni el de Delegado de Vela de la Armada Española.

Todos nos sentimos un poco hijos suyos. Bajo su protección hemos ganado y perdido regatas, pero sobre todo hemos aprendido a ser cada día más personas. Siempre nos dijo aquello de que «lo importante es participar, para sumar y lo de menos es el resultado si nos sentimos satisfechos».

Será muy difícil igualar su categoría humana porque ha dejado el listón muy alto, pero sobre todo será muy difícil encontrar un abrazo tan cálido como el nos daba todos los días.

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