Las favoritas no perdonan y sentencian su pase a semifinales

Carla Suárez jugaba en casa, arropada por una afición que confió en ella hasta el último momento. Quería el título, especial por su condición de anfitriona. Pero también derrotar a la rival más dura a la que se ha enfrentado nunca, su espada de Damocles. De los seis partidos en los que se han visto las caras, todos han caído del lado de Serena Williams. El de ayer no fue una excepción. No se equivocaba la canaria cuando, antes del duelo, adelantaba: «El partido con Serena probablemente dependa más del factor mental que del juego». Pero no estuvo concentrada y le pudo la presión de su contrincante.

Al otro lado de la red, la esperaba una número uno ambiciosa y con ganas de recuperar su cetro madrileño.

La final de Miami, en la que solo pudo hacer dos juegos, se repetía en la capital española. Y la canaria, doce del mundo, no pudo romper la dinámica. Los nervios se notaron en el tenis de la pupila de Xavi Budó, que peleó cada punto hasta el final pero nada pudo hacer ante el empuje de su rival. Williams se reencontró con su mejor nivel tras las dudas que le asaltaron en el difícil encuentro de octavos ante Victoria Azarenka, donde peligró el triunfo hasta el último instante. Mucho más contundente se mostró ayer, decisiva en cada golpe y con hambre de victoria. Doblegó a la canaria, que vuelve a tropezar con su bestia negra. La Caja mágica aplaudió su esfuerzo. Su adiós deja huérfana de representación española al Mutua Madrid Open.

La estadounidense disputa hoy las semifinales frente a Petra Kvitova, otra de las grandes raquetas que ha despegado en este arranque de torneo, después de una temporada irregular. La checa busca igualar los títulos conseguidos en la Caja Mágica por la número uno –dos– y consolidarse sobre la arcilla, superficie que agradece su juego. Pero las estadísticas juegan en contra de Kvitova: de los cinco cruces entre ambas, Williams se impuso en todos ellos.

Semifinal entre rusas

Tampoco defraudó otra de las grandes estrellas. Maria Sharapova mejoró su juego, ensombrecido tras el duro choque contra Caroline García, una promesa que hizo sufrir a la vigente campeona en cuartos. Esta vez, más cómoda pero en un partido que volvió a superar las dos horas, la rusa batió a Caroline Wozniacki, quinta del mundo. Después de un comienzo inmejorable, Sharapova cedió el segundo set ante la danesa, pero reaccionó subiendo a la red, jugando más agresiva, confiando en su tenis.

Este lado del cuadro viste los colores de la bandera de Rusia. Coronada el año pasado sobre la tierra madrileña, para revalidar su título la número 3 tendrá que batir a su compatriota Svetlana Kuznetsova, que se impuso en un intenso duelo de tres horas a Lucie Safarova.