Italia se irrita con el «pasteleo» español

Dos palabras están hoy en boca de todos los italianos para definir el desenlace del Mundial: «Biscotto spagnolo». Significa «pasteleo español». La palabra «biscotto» (literalmente, galleta) se usa sobre todo en deporte y en la jerga futbolística cuando se considera que hay un resultado amañado.

Todos los medios italianos destacan que Marc Márquez y Dani Pedrosa no intentaron en ningún momento inquietar la primera posición de Jorge Lorenzo. Antes de la carrera todos hablaban ya de la posibilidad de «biscotto», y tras el resultado final la palabra está en todos los titulares.

«Rossi furioso: Gran biscotto de Marc y Jorge», titula «La Repubblica». El diario económico «Il Sole 24 Ore», que destaca por su ponderación, es inequívoco en su titular: «El pasteleo español: Márquez no ataca; Lorenzo gana y es campeón, Rossi es cuarto y burlado».

«La impresión es que ha habido algo lícito, pero al mismo tiempo sospechoso: ¿por qué Márquez, con una Honda que corría con los mismos tiempos que Lorenzo y siempre pegado al nuevo campeón, no intentó nunca un ataque, un adelantamiento, una iniciativa?», se pregunta «Il Sole».

«Es muy difícil no sospechar que Marc no haya querido ayudar de todas las formas a Jorge: lo ha seguido como una sombra durante toda la carrera sin atacarlo jamás. No queremos pensar mal, pero las palabras de Rossi son muy claras, al igual que las de Lorenzo: He sido ayudado por la Honda», destaca «La Repubblica».

«El motociclismo ha muerto»

La ira de Rossi contra Márquez se alimenta aún más en las redes sociales, con muchos aficionados italianos que hablan incluso de que «el motociclismo ha muerto». Son evidentes en todos los italianos el mal sabor de boca y la rabia que les ha dejado el resultado final del campeonato.

Rossi es una leyenda y consideran que mereció ser campeón. De hecho, esperaron el milagro. Toda Italia estuvo con la mirada sobre la moto 46. La plaza de su pueblo, Tavullia (Pesaro), estaba ya llena desde las 8.30 de la mañana para seguir a su ídolo. El país estaba delante del televisor esperanzado en una hazaña de Rossi, e incluso en algunos estadios, como en el Olímpico, se emitió la carrera antes del Roma-Lazio.

En todas las conversaciones se hablaba solo de Rossi. Se comprendía que su situación, por salir el último, era desesperada. Después, sus adelantamientos se han considerado una proeza, un espectáculo memorable. Al final se ha comprendido que la empresa era imposible, pero todos los medios le dan las gracias porque ha luchado como un campeón.