A las puertas del fin de semana, la muchachada de Schruns acude al Aktivapark para presenciar el entrenamiento vespertino de la selección española. Después de la sesión matinal, la selección volvió a pisar el césped para completar un entrenamiento más en esta atípica pretemporada que mezcla a once jóvenes meritorios con otros nueve «absolutos» que aspiran a estar en la Eurocopa.

No hay grandes noticias en estos días de paz para España, centrados los focos en la Champions, el Giro o Roland Garros. El combinado nacional se ejercita ajeno al ruido mediático y Del Bosque aprovecha para tomar buena nota de lo que puede ser el mañana, pendiente de los niños que completan esta lista condicionada. Ya el sábado se sumarán los internacionales que tuvieron compromisos coperos con sus respectivos equipos y se recuperar buena parte de la normalidad, a la espera de los finalistas de la Champions, que no trabajaran con el grupo hasta el 4 de junio.

En estas circunstancias, se extraen pocas conclusiones de lo que ocurre en los entrenamientos de España. Sí se percibe la intensidad y la carga a la que Javier Miñano, preparador físico, somete a los jugadores antes de que el balón cobre protagonismo. El objetivo estos días, cuenta el seleccionador, es que los futbolistas mantengan el tono y recuperen el estímulo que habitualmente se pierde al finalizar una temporada

Después del rondo y del trabajo de circulación y presión, el entrenamiento ha finalizado con partidillo. Con peto jugaban: Asenjo; Lekue, Meré, Llorente, San José, Nolito, Asensio, Denis Suárez, Cesc y Aduriz. En el otro equipo: Pau; Bellerín, Bartra, Azpilicueta, Bruno, Fornals, Silva, Pedro, Williams y Oyarzábal. Cabe resaltar que Silva, al igual que hizo el jueves, completó la sesión con normalidad, por lo que parece del todo recuperado de su lesión muscular.

Una vez concluida la sesión, Del Bosque y Cesc se dirigieron a la afición de Schruns para dedicarles unas palabras de agradecimiento por el cariño que han recibido estos días en la localidad austriaca.