El último aliento del Huracán Valencia

Solo unos meses después de perder la oportunidad de ascender a la Liga Adelante, el Huracán Valencia atraviesa una gravísima crisis y se encuentra al borde de la expulsión de la competición por sus reiterados impagos a los árbitros. La situación resulta dramática también para la plantilla de este conjunto del Grupo III de Segunda B porque acumulan ya tres meses sin cobrar y el club se encuentra en una peligrosa situación de desgobierno. Los jugadores han denunciado incluso que han tenido que convivir con ratones en un vestuario donde la figura del utillero ha desaparecido. Tampoco hay ya jefe de prensa. Sobre el presidente hay serias dudas.

El Huesca privaba en junio al conjunto valenciano de lograr su primer ascenso a Segunda división.

Los aragoneses superaban en la última eliminatoria del play off al Huracán Valencia que solo ha ido de mal en peor desde entonces. No tanto en el plano deportivo como en el institucional. Este jueves, el equipo entrenado por Raúl Garrido se levantaba noveno en la clasificación con veinte puntos, pero se acostaba undécimo con dos menos. Los restados por el Juez de Competición de Segunda B por los impagos de los honorarios arbitrales que acumula este curso. Ya son tres las jornadas que no ha cumplido con esta obligación y la RFEF le castiga con la pérdida de dos puntos, según lo previsto en artículo 92 de su Código Disciplinario. El horizonte se presenta realmente negro para los levantinos.

Sin presidente, director deportivo, jefe de prensa ni utillero, Huracán Valencia se ha quedado huérfano. La marcha de Toni Hernández con la temporada comenzada abría una herida prácticamente mortal en el seno de un equipo que parece abocado al descenso administrativo. Si vuelve a incumplir sus compromisos arbitrales una jornada más, podría ser excluido de la competición en cumplimiento del artículo 80 del Código Disciplinario.

Tres mensualidades pendientes

A la plantilla se le debe las mensualidades de septiembre, octubre y noviembre. Nada parece indicar que Carlos Sanchís, cabeza visible de un grupo de empresarios valencianos a los que Toni Hernández traspasaba el club, pague en los próximos días. El plazo de denuncias a la AFE se abría hace unos días y la amenaza de fuga de futbolistas es una realidad para un equipo nómada que, tras su sede en Manises, ahora juega en el estadio San Gregorio de Torrent. Al menos de momento.

La plantilla del Huracán, que tiene que lavarse la ropa en casa, todavía no sabe si Carlos Sanchís ha dimitido como presidente de la entidad y sigue a la espera de conocer más detalles sobre el futuro. Las deudas económicas, así como la ausencia de dirección, han llevado al club a un momento de desconcierto total.

Después del golpe sufrido este jueves por la pérdida de puntos, los jugadores manifestaban su enfado e indignación en las redes sociales por la situación creada por sus directivos.

Por culpa de esta gestión tan buena que tenemos,lo que ganamos en el campo no lo quitan por no pagar árbitros. Por que juegan con nosotros??

— Javi Soria 8 (@jasorin8) noviembre 26, 2015

Es increible que llevemos meses sin cobrar y encima nos quiten lo que nos ganamos en el campo, los perjudicados somos los jugadores @rfef

— Vicente Moscardó (@vicentemoscardo) noviembre 26, 2015