Grada de preferencia

El laboratorio europeo

Es el Madrid, es la Champions. Ganar y ganar. Sin dilaciones ni experimentos

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No es un partido más el de esta tarde-noche de diciembre. Ni siquiera los índices de contaminación, dicen, que asolan Madrid son una excusa. Solari, que lleva ocho victorias de nueve partidos jugados, no debe tirar este partido. Es la Champions. Es el Madrid. Después del festín porteño de la Libertadores, regresa la realidad al Bernabéu. El Madrid terminará primero de grupo pase lo que pase, pero eso no es lo importante, al menos para los que acudimos al estadio. Todos queremos ver jugar bien al Madrid.

El tiempo de las intermitencias debe terminar. Lo mostrado en Huesca es inquietante. Juegan, muchos lo piensan, cuando quieren. El ejemplo del pasado domingo fue Benzema, la apoteosis de la intermitencia. La metáfora guadianesca del Madrid actual. Dos pasos adelante y uno atrás. Aparecen y desaparecen. Sería un error de Solari no alinear esta fría tarde a los que mejor están. No hay otra ley para un entrenador, el resto es la sarta de componendas que nunca funcionan, y si alguien tiene dudas que se lo pregunten a Lopetegui. Solari acertó con la decisión de la portería. Acertó con sentar a Isco y a Asensio, pese a la marejada mediática -algo semejante tuvo que soportar el bueno de Luis cuando sentó, y de qué manera, a Raúl en la Selección-. La firmeza de Solari es la garantía de futuro para el Madrid. Juegan los que mejor estén. Los minutos se dan en los entrenamientos y al Madrid se llega jugado, no a un Máster. El máster se trae hecho, para eso es el Madrid.

El CSKA llega con ganas, es el ímpetu del que nada tiene que perder, porque lo perdió todo. El espectáculo debe continuar. Pensar en el aficionado. No es un trámite. Es la Champions. Europa. Ganar y ganar. Sin dilaciones ni experimentos. Llegan aficionados de toda España, peñas, solitarios y familias. En el Bernabéu ningún partido es de trámite, y menos desde la perspectiva europea. Solari, parece, tiene un plan. Un equipo. Una cohesión. Los cantos de sirena para el Ulises de la Odisea. Ni un minuto entregado al contrario, ni una alineación para contentar. Es el Madrid, es la Champions.

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