Primera RFEF

Extremadura UD, una oveja negra en el gran proyecto de Rubiales

El equipo azulgrana, que no jugó en El Ferrol por la huelga convocada por su plantilla, suma su segunda incomparecencia y será expulsado de la Primera RFEF en el año de su nacimiento

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Manuel Franganillo, presidente del Extremadura UD J. M. Romero

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No hubo milagro de última hora porque el Extremadura UD no se presentó el pasado sábado ante el Racing de Ferrol , por lo que el partido no pudo comenzarse. Como había avisado, la plantilla azulgrana ejecutó la huelga convocada ante los impagos acumulados y el conjunto de Almendralejo sumó su segunda incomparecencia a lo largo de la temporada. Una ausencia que provocará su próxima exclusión de la liga , un triste final que no pilla de sorpresa a la afición de una entidad que ha venido arrastrando graves problemas y que se encontraba desde hace meses en concurso de acreedores. Este lunes, su presidente, Manuel Franganillo , ha anunciado la liquidación de la entidad. «Es un día no deseado por nadie. Los hechos dan como resultado una liquidación del Extremadura», ha afirmado en rueda de prensa. Una agónica desaparición para un conjunto fundado hace 14 años y un varapalo también para la Primera RFEF, uno de los grandes proyectos de la Federación para el fútbol de categorías inferiores. La competición en la que tanta ilusión y empeño ha puesto Luis Rubiales se queda coja el mismo año de su estreno.

La igualdad en la clasificación está siendo máxima en los dos grupos en los que se divide la P rimera División RFEF , tercer escalón del fútbol español (en sustitución de la Segunda división B) que ha comenzado a disputarse esta misma temporada y antesala del fútbol profesional. El enorme atractivo deportivo que ofrece a los aficionados no está resultando paralelo a una buena salud económica, al menos en el caso del Extremadura , un conjunto que en 2020 militaba en ese fútbol profesional y que este lunes ha conocido oficialmente su disolución arrastrado por impagos y las deudas acumuladas. Franganillo así lo ha anunciado. «Se llega a esta situación por el incumplimiento de contrato del Grupo Khalifa», ha acusado.

Conocedor del fútbol modesto desde su etapa como jugador, L uis Rubiales diseñó la Primera RFEF con el objetivo, entre otros, de esquivar la desaparición de clubes en mitad de una temporada, una situación que vivió de cerca como futbolista y que ahora vuelve a repetirse con el Extremadura. Para evitar que una mala gestión económica de sus dirigentes pudiera empañar la participación de un club en su nueva competición, la RFEF anunció e implantó unos rigurosos requisitos económicos para los equipos que quisieran jugarla. En el caso del equipo de Almendralejo , ese filtro no ha podido evitar la pésima imagen que supone el abandono azulgrana en mitad de una liga.

El último en inscribirse

El Extremadura UD, atrapado por su economía, fue el último club, de los 40 participantes, en conseguir formalizar la inscripción para poder disputar la P rimera RFEF , un paso que no pudo dar hasta mediados de agosto y solo después de lograr respaldo judicial. Tras los movimientos de su presidente, Manuel Franganillo , un Juzgado de lo Mercantil de Badajoz emitió una comunicación para que la RFEF aceptara la inscripción de su club sin pagar el aval exigido a otros equipos. La cautelar concedida al Extremadura, dentro del procedimiento de concurso de acreedores voluntario, permitió que no tuviera que abonar la totalidad de ese aval, pero el paso de los meses ha venido a confirmar que aquella decisión fue solo una huida adelante.

Franganillo ha anunciado este lunes en rueda de prensa la liquidación del club y ha explicado las gestiones que ha mantenido para intentar evitarlo. «Nunca pensé que no pudiera traer dinero para solucionar esto. Pido perdón. Me siento triste y apenado, sufro con esta situación», ha manifestado

Deportivamente, el Extremadura ya es historia después de la incomparencia del sábado ante Racing de Ferrol , la segunda incomparecencia de la temporada, lo que le aboca a su exclusión de la Liga de Primera RFEF y al descenso administrativo cuando Competición dicte sentencia en los próximos días.

Como ocurriera ya en noviembre ante antes de tener que jugar en Riazor, la plantilla convocó una huelga por los impagos y las malas condiciones de sus futbolistas, y tampoco viajó a tierras gallegas. El vestuario, sin embargo, ya tenía poco que ver con la que convocó aquel primer parón ante el Deportivo de La Coruña .

No presentarse en Riazor no cambió el rumbo de un club en el que continuaron los impagos, por lo que numerosos jugadores terminaron por marcharse del conjunto azulgrana en el mercado invernal. El equipo quedó conformado por jugadores del filial, que han mantenido la club con vida, al menos deportiva, hasta este sábado a pesar de los incumplimientos y promesas fallidas de Franganillo .

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