Copa del Rey

El accidente de la «Rubia», la tragedia de la UD Melilla que sobrecogió al fútbol español

En 1951, el conjunto azulino, próximo rival del Real Madrid en la Copa del Rey, se teñía de luto cuando un camión embistió su vehículo

Formación del Melilla en la temporada 1950-51 U. D. Melilla

Jorge Abizanda

Prohibidos los confortables aeropuertos por imperativo de las limitaciones presupuestarias y alejados de las comodidades de las estaciones del AVE también por el rigor económico, los clubes de Segunda División B recorren millares de kilómetros a lo largo de la temporada en sus autobuses. Miles de horas de conversaciones, risas y confesiones de futbolistas modestos en las que comienzan a labrarse amistades para toda la vida. Imagen del fútbol de otro siglo muy alejada de los rápidos y apacibles viajes que se organizan en la Liga de las Estrellas que, sin embargo, perdura en la categoría de bronce. Desplazamientos interminables que no siempre tienen final feliz. En 1951, un accidente de autobús teñía de luto a la UD Melilla, rival del Real Madrid en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey , y a todo el fútbol español.

En 1951, un grave accidente de tráfico de la expedición del Melilla conmocionaba a la afición española. La muerte de dos futbolistas y el masajista del equipo azulino, después de que un camión se llevara por delante su autobús, vestía de negro al fútbol español, que aquel lejano 26 de enero escribía una de sus grandes tragedias. Un trágico suceso que marcó la historia del club azulino , presidido por Luis Manuel Rincón y próximo rival del Real Madrid en la Copa del Rey

Aquel viaje del Melilla, el próximo rival del Real Madrid en la Copa del Rey, se torcía desde el primer momento y terminaba en tragedia, pero todo pudo ser diferente. La negra historia del conjunto del Álvarez Claro, entonces en el Grupo Sur de Segunda División, pudo cambiar si hubiera cogido el avión que debía trasladar a los jugadores hasta Baleares , donde el domingo 28 de enero debía rendir visita al Mallorca. Sin embargo, un temporal dejaba impracticable la pista e Tahuima, el antiguo aeropuerto de la Ciudad Autónoma, y el conjunto azulino se veía obligado a buscar un plan alternativo que incluía billetes para dos barcos y un largo viaje por carretera en el autobús del equipo.

Un autobús con personalidad

Aquel autobús era parte, uno más, de la familia melillense. Habituados los jugadores a sus desgastadas butacas por el paso de los kilómetros, hasta fue bautizado por los futbolitas. En las conversaciones, todos se referían a aquella «camioneta» como la «Rubia» .

Y en la «Rubia» encontraron la muerte el delantero Martín, el interior Mamblona y el masajista Manolo Salvador poco después de que la expedición melillense hubiera hecho una parada en Loja. El autobús había recogido en el puerto de Málaga a la plantilla y había emprendido el viaje con destino a Alicante, donde debía coger otro barco con destino a Palma de Mallorca para jugar un partido que nunca llegaría a comenzar. En tierras granadinas, se detenía para que los futbolistas repusieran fuerzas y estiraran las piernas. Fue su última parada.

Aquel viernes 26 de enero de 1951, sólo seis kilómetros después de abandonar Loja, el accidente sufrido por la «Rubia» marcaba para siempre la historia del Melilla. Un camión que se dirigía a Sevilla embestía bruscamente al autobús en una curva cerrada y desataba el llanto. La vuelta de campana de la camioneta azulina resultaba una trampa mortal para Martín, Mamblona y Manolo Salvador. Los demás miembros de la plantilla y el directivo que les acompañaba resultaban ilesos. Aquel inesperado viaje fue el último de la «Rubia» y ponía fin a las aspiraciones de un equipo al que los expertos de la época apuntaban en sus apuestas entre los favoritos al ascenso.

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