Mourinho metió el dedo en el ojo a Tito Vilanova durante la vuelta de la Supercopa de España de 2011
Mourinho metió el dedo en el ojo a Tito Vilanova durante la vuelta de la Supercopa de España de 2011 - abc
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Mourinho, todas las trifulcas del entrenador especial

La doctora del Chelsea Eva Carneiro se ha convertido en la última víctima del técnico portugués

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El carácter y la personalidad de José Mourinho han provocado que, a lo largo de su carrera como entrenador, haya protagonizado numerosos enfrentamientos, en los que ha ido acumulando enemigos. Su última «víctima» ha sido Eva Carneiro, la doctora de su propio equipo. Y es que el portugués ha comenzado la temporada de la Premier League descargando con la médico del Chelsea su enfado por el empate ante el Swansea. No le gustó lo más mínimo que Carneiro entrase al terreno de juego para atender al lesionado Eden Hazard porque dejaba a los suyos con un jugador menos en la última acción del partido, una actuación que, en opinión del técnico, fue en contra de los intereses del club.

Sin embargo, su airada reacción contra la doctora ha generado una gran polémica en Inglaterra, donde muchos comienzan a estar hartos de las salidas de tono del luso. Mourinho quiso restar importancia ayer a todo lo sucedido al asegurar que son cosas del fútbol y no cerró las puertas a que la doctora del conjunto londinense pueda volver a sentarse en el banquillo después de que fuese alejada del equipo.

Esta bronca doméstica solo es el último capítulo de una larga serie de conflictos. En su etapa al frente del Real Madrid, el de Setúbal tuvo en Pep Guardiola el principal objetivo de sus ataques. Mourinho aprovechó varias ruedas de prensa para lanzar envenenados mensajes al por entonces técnico del Barcelona. El más destacado tuvo lugar hace cuatro años, durante la previa de las semifinales de la Champions, en la que llegó a decir que los azulgrana habían llegado a la final de la Liga de Campeones de 2009 gracias a la ayuda de los árbitros. En 2011, el controvertido técnico también protagonizó, en otro duelo ante los azulgranas, uno de los gestos más feos de la historia del fútbol español. Ocurrió durante el partido de vuelta de la Supercopa de España, cuando el luso metió un dedo en el ojo a Tito Vilanova, en aquellos días segundo entrenador del Barcelona, aprovechando la tangana formada tras la expulsión de Marcelo. Una lamentable acción que no tuvo ninguna sanción, puesto que Mourinho fue «indultado» por el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar.

Aquel encuentro ante los culés también supuso el inicio de una larga guerra entre Mourinho y Casillas. El portugués no aceptó que, días después de aquella batalla, el guardameta madridista llamase por teléfono a Xavi y Puyol para hacer las paces por el bien de la selección española. Consideró que se trataba de una forma de pedirles perdón y la relación entre técnico y jugador ya no volvió a ser la misma. La crisis entre ambos se hizo aún más palpable un año después, cuando Mou sentó en el banquillo a Íker en La Rosaleda y le dio la titularidad a Adán. A partir de ese momento, el vestuario blanco se dividió y comenzaron a sucederse las acusaciones sobre filtraciones de información a los medios de comunicación.

Si por algo se caracteriza Mourinho es por no tener pelos en la lengua y precisamente esa incapacidad para callarse lo que piensa le ha servido en ocasiones para labrarse buenos amigos dentro del fútbol. Así le ocurrió con Manolo Preciado, aunque su relación comenzó después de una «bronca». El luso criticó al exentrenador del Sporting por no alinear a varios de sus jugadores titulares ante el Barça y «regalar» los tres puntos. Su colega llegó a llamarle «canalla», pero finalmente ambos técnicos hicieron las paces, recondujeron la situación y llegaron a mantener una relación de amistad.

Enemigos en Inglaterra

El desembarco de Mou en la Premier League no cambió el guión y el luso volvió a protagonizar numerosos enfrentamientos con varios compañeros de profesión, principalmente con Arsène Wenger. Los desencuentros con el francés comenzaron ya en su primera etapa en la liga inglesa. Los dos entrenadores llevan ya más de una década de mutuos ataques, en los que no han faltado las descalificaciones. En este mismo campeonato, otro de sus grandes enemigos fue Rafa Benítez. Los problemas comenzaron cuando el actual entrenador madridista dirigía al Liverpool y, en las últimas semanas, ha reaparecido a pesar de que entre ellos hay ahora miles de kilómetros de distancia. La mujer del ahora entrenador del Real Madrid encendía recientemente la mecha al asegurar que ella y su marido han tenido que ir arreglando los «entuertos» que dejaba el luso. La reacción del técnico del Chelsea no se hizo esperar y tiró de ironía en su respuesta al asegurar que lo mejor que podía hacer era dedicarse a la dieta de Benítez y dejar de hablar de él. Mourinho en estado puro.

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