Guardiola se rompió el pantalón al celebrar unos de los goles de su equipo en el 6-1 al Oporto
Guardiola se rompió el pantalón al celebrar unos de los goles de su equipo en el 6-1 al Oporto - reuters
champions

Guardiola, el éxito con autocrítica interna

Sus seis semifinales de Champions no tapan sus errores en el torneo. Los dirigentes del Bayern no olvidan la goleada del Madrid y el 3-1 de Oporto

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Ganador en dos ocasiones de la Liga de Campeones, con el Barcelona, Guardiola suma seis semifinales en sus seis años como entrenador, desde que debutó en el club azulgrana en la temporada 2008-09. Esta es la segunda ocasión que clasifica al Bayern entre los cuatro mejores equipos de Europa. Su balance general en la Copa de Europa es bueno. Pero en el conjunto alemán no se tapan los ojos por la goleada al Oporto, 6-1, que remontó el desastre vivido en Portugal con la derrota por 3-1. Aquella debacle levantó toda clase de críticas contra el técnico. Especialmente cuando Guardiola manifestó que, a pesar del varapalo, «hubo cosas que se hicieron bien». Karl Heinz Rummennigge, director general de la entidad bávara, le contestó con claridad.

«Falta autocrítica». Y otro exjugador importante, Matthias Sammer, ahora director deportivo, le envió un mensaje. «Tenemos que espabilar un poco». El equipo despertó y endosó el 6-1 al Oporto. Goleada que no ha olvidado las dudas respecto al técnico. El éxito nunca es total en un grande. Siempre se exige más.

Guardiola ha colocado al Bayern de Múnich en semifinales durante dos años consecutivos y no hay excesiva satisfacción. En el club no se ha digerido bien, nunca lo asimilará, la lección que el Real Madrid le endosó en las semifinales de la edición anterior. Los blancos vencieron 1-0 en el Bernabéu, sin Bale, y vapulearon al equipo germano en el Allianz Arena por 0-4, con dos cabezazos simétricos de Ramos, un gol de Cristiano en la estampida galopante de Bale y un último tanto de Ronaldo en un golpe franco. Los dirigentes del equipo bávaro no entendieron aquella debilidad. Se podía perder, pero nunca así. Los espectadores se marchaban del estadio antes del final. Esa no era la imagen histórica del Bayern.

Ahora, el 3-1 de Oporto reeditó aquellas dudas. El Bayern no solía caer con esos hundimientos. La floja defensa, con fallos de Dante, Boateng y Xabi, no es norma en la casa. «No encontramos nuestro propio juego», adujo Muller. Y la historia se repetía tras la victoria histórica del Real Madrid hace un año. El 6-1 al Oporto en el duelo de vuelta superó el problema inmediato. Se clasificó para semifinales. Lo que no eliminó son las incógnitas. Es cierto que las bajas de Ribery y Robben son importantes. Unas ausencias que no justifican recibir tres goles en Portugal y colocarse al borde del precipicio.

En el Bayern se afirma lo que Muller dejó entrever: «Guardiola ha cambiado el estilo de juego del equipo». El que le ha hecho triunfar a lo largo de la historia. Se ha perdido cierta competencia. Se ha difuminado el poderío físico. Se ha dado menos relevancia a ese espíritu de machacar al rival desde el primer balón, con las jugadas aéreas y el fútbol directo al primer y segundo palo como segundas armas, además del fútbol combinado y rápido por las bandas. Precisamente, esos estiletes se recuperaron ante el Oporto y permitieron la goleada (6-1). El dilema en el seno interno de la entidad es: ¿Por qué se han dejado en segundo plano durante tanto tiempo?

El Bayern puede rematar la semana de la reacción con el título de la Bundesliga el domingo. Para ello debe ganar el sábado al Hertha de Berlín y esperar que el Wolfsburgo no venza un día después en campo del Borussia Mönchengladbach. Guardiola admite que «aquí ganar la Bundesliga no es suficiente, solo el triplete (Champions, Bundesliga, Copa) es suficiente».

Puesto en duda, el técnico ha sido rotundo ante su futuro. Seguirá un año más: «Tengo contrato y pienso cumplirlo».

Ver los comentarios