Fernando Alonso
Fernando Alonso - EFE

Fórmula 1 | GP de ChinaEl peor circuito para el peor McLaren

China acoge la recta más larga del Mundial, 1,2 kilómetros, en la que sufrirá el motor Honda

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Se anuncia uno de los episodios más duros de este inicio del Mundial para Fernando Alonso. Más que el eterno pésame que se le viene ofreciendo como si hubiese fallecido un familiar, más que el descrédito para un deporte que lo ensalza como uno de los mejores pilotos de la historia y lo desplaza al farolillo rojo, más que comprobar cómo, silbando, lo rebasan pilotos que jamás lo adelantarían en condiciones de normalidad. Se trata de la interminable recta del circuito de Shanghái, la más extensa de todo el campeonato, 1,2 kilómetros en la que sufrirá el piloto español y palidecerá el motor Honda del McLaren. El domingo, suplicando para que el temporal le beneficie, le esperan 56 suplicios, las 56 vueltas que tendrá que dar al trazado chino antes de que, con suerte, el coche concluya entero la carrera.

Alonso desmintió en primera persona los rumores que propagó Mark Webber después del gran premio inaugural en Australia sobre su presunta salida de McLaren «a mitad de temporada». Alonso no se ve jubilado, de compras en el supermercado, aunque tampoco tiene muchas más alternativas según está hoy la F1. Resignación, trabajo y paciencia le queda por delante.

Y también algunos cambios que ya han empezado a aparecer en su martirio chino, Honda. La marca japonesa fue la que insistió en su contratación, la que le ha proporcionado un sueldo de estrella (30 millones) y la que financia al equipo McLaren con una inversión de 400 millones.

Hasegawa, el director de Honda Fórmula 1, asegura que han pasado por el aro y han sustituido a «algunos miembros» y «han efectuado cambios en la organización». Según algunas publicaciones inglesas, Honda ya ofrece siete puestos de trabajo en su fábrica de Milton Keynes, la ciudad núcleo central de la Fórmula 1.

La falta de potencia del motor Honda en la larga recta de Shanghái será un horror para McLaren, que ya perdía 30 kilómetros por hora en el segmento de meta de Melbourne. Los coches pueden alcanzar antes de la frenada en el trazado chino una velocidad de 335 kilómetros por hora. Pero el farolillo rojo en prestaciones, el McLaren-Honda difícilmente pasará de 305. Una eternidad.

«Sé que el equipo espera lo mejor de mí en estas circunstancias y yo se lo voy a dar», comenta Alonso, que no quiere duelos ni compasión, según dice. «Va a ser muy difícil para nosotros este año, siempre que el motor no mejore».

La única esperanza es que esta temporada los motores no están clausurados con los sistemas de créditos, sino que se pueden evolucionar libremente durante el curso del año. Pero en la Fórmula 1 funciona una máxima: cuando el bólido nace sin garantías, remontar el vuelo es casi imposible porque los demás también evolucionan.

Solo los circuitos con muchas curvas favorecen a Alonso y la lentitud del motor Honda. En China hay dos rectas superiores que limitarán la capacidad del monoplaza y, salvo milagro, ralentizarán al asturiano hasta las últimas posiciones.

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