Gran Premio de España
La crisis catalana obstruye el contrato de la F1 en España
El circuito de Montmeló, con 28 años de vida en el Mundial, necesita un Govern para renovar su acuerdo con Liberty
Hay bastante gente en las tribunas de Montmeló. Y en los accesos desde la autopista AP-7 se mide la expectación por la Fórmula 1: atascos en la salida de Parets del Vallés y cierta complicación para encontrar aparcamiento en los solares habilitados por la organización. Fernando Alonso dispone de una grada propia con seguidores y también Carlos Sainz agrupa a sus hinchas en un anfiteatro específico. Aflora el interés, pero nada comparable al paroxismo de 2006 y 2007, con 140.000 personas en un recinto tatuado de azul Renault o azul Asturias en apoyo de un tipo que llevaba al país sobre ruedas. La afición por el deporte poco tiene que ver con la otra realidad: la crisis política en Cataluña, que afecta al Gran Premio de España.
Joan Fontseré lleva dos años y once meses como director general del Circuito de Montmeló. Experto en marketing ligado al deporte, ocupó el mismo cargo en el Centro de Alto Rendimiento de San Cugat, un espacio donde se forman los futuros campeones españoles. Una de las principales misiones de su labor profesional consiste en ejecutar con garantías el Gran Premio de España de Fórmula 1, modernizarlo, adaptarlo a los tiempos y preservar la tradición de una carrera que lleva 28 años en el calendario de manera ininterrumpida. Quiere negociar con los dueños de la F1, Liberty Media, un convenio de larga duración que amplíe el compromiso que acabará en 2019. Pero encuentra un obstáculo determinante: la inestabilidad política en Cataluña.
La Generalitat es propietaria de l 76 por ciento del Circuito de Montmeló. El resto se reparte entre el RACC (16 por ciento), el Ayuntamiento de Montmeló, la Dirección General de Tráfico y el Consejo Superior de Deportes. «Apenas notamos la falta de un Govern –comenta Fontseré–. La situación política no afecta de momento a la operatividad del Circuit». La prórroga de los presupuestos de la Generalitat después de la aplicación del artículo 155 por parte del Gobierno de España ha facilitado la organización del Gran Premio de Fórmula 1, «como cualquier otro año», asegura el director general. «Las inversiones que hemos tenido que realizar están en la base presupuestaria de 2017. La única situación que cambia es que, en vez del Govern, los trámites pasan por el Consejo de Ministros».
Joan Fontseré y el presidente del trazado de Montmeló, Viçens Aguilera, tienen la intención de comenzar a negociar con Chasey Carey, el sustituto de Ecclestone como mandamás de la F1, una prolongación del contrato para que el circuito siga albergando carreras. El convenio concluye en 2019. Y por ahí sí existe una barrera que obstaculiza el futuro: la incertidumbre. No hay garantías de un nuevo gobierno en la Generalitat, que pueda refrendar la negociación en un documento.
Llamada tras las elecciones
Pese a ello, Fontseré se sentará con Carey después del domingo para establecer las bases de diálogo, conocer la voluntad y las ideas de Liberty y mantener el status quo de Montmeló en la F1. «Siempre hemos sido el Gran Premio de comienzo en Europa, hemos tenido el atractivo de la ciudad, la marca Barcelona. Somos un emblema en la F1».
Carey telefoneó a Fontseré el pasado 23 de diciembre para preguntar por el resultado de las elecciones en Cataluña y descifrar el panorama político que se anunciaba. «Me dijo que en todos los países siempre había situaciones complicadas en lo relativo a política. Que era un asunto local», comenta el director general.
«El circuito tiene 326 días de actividad en pista –explica Fontseré–. Pero es evidente que el peso específico de la Fórmula 1 es colosal, sobre todo a nivel de imagen y proyección internacional. Este Gran Premio es nuestra espina dorsal».
