Cádiz CF

La pizarra del Oviedo-Cádiz CF

La irrupción estelar de Machís no es suficiente para contagiar a un equipo que ha entrado en depresión post-Navidad

Alfonso Carbonell

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Salvi acabó el partido como falso lateral.

Más madera pero sin tren

Cervera hizo bien, y lo seguirá haciendo, al tirar de inicio con Machís, el jugador mejor pagado de este equipo y por algo será. El esfuerzo de la directiva para incrementar el nivel del equipo lo merece y sería una ocurrencia bastante contraproducente que el venezolano no jugase por decreto. Entre otras cosas, porque se le nota unas ganas bárbaras por destacar y como ejemplo ahí quedaron los primeros minutos en los que se enfundó la camisola amarilla. Así que por mucha injusticia que pueda que se vaya a cometer con Jairo (al que le queda un partido de sanción), hoy por hoy, el Cádiz CF necesita de un jugador que marque las diferencias y el ‘vinotinto’ apenas necesito de cinco minutos para confirmar que él es uno de esos hombres. El problema de todo es que el equipo, que desde que ha comenzado el año, se ha atragantado. Se desconoce si el estado físico ha bajado tras las navidades o si por el contrario la baja de Sergio Sánchez, y su reciente recuperación al tran tran han tenido algo que ver, pero la clave para que este Cádiz CF retome el vuelo es bien sencilla. O el resto se pone las pilas y acompañan a Machís o tanto derroche económico no habrá valido para nada.

1.Cervera saca un gran once pese a las bajas

De entrada, todo cadista se ilusionó una hora antes del comienzo del encuentro con el equipo que sacaba de inicio el entrenador del Cádiz CF, que metía a las novedades obligadas por las sanciones sin duda alguna. Así, Carmona entraba por Correa, Sergio Sánchez (aún lejos de su mejor estado) por Marcos Mauro y el fichaje Machís por Jairo. También incluía la novedad de José Mari, que regresaba tras su partido de sanción y dejaba en el banco a Álex. A toro pasado, puede decirse que ya Cervera salió como en ese doble pivote porque el roteño no está muy fino. De hecho, al poco de comenzar el partido se cargó con una amarilla que le motivó estar más descentrado aún hasta que en la segunda parte ya fue sustituido.

El dibujo del equipo era un claro 4-4-2  y la verdad es que el primer tiempo, si se salvan los errores defensivos, no pueden decirse que fueran malos. Es más, el Cádiz CF volaba por la banda de Machís, que no solo destacó por su arranque, verticalidad y desborde, también por su capacidad de hacerse con balones divididos a los que le daba forma más adelante siempre. Y sí, es ambidiestro de todas, todas. Menudos centros se sacó el venezolano con la izquierda.

2. La pasividad empieza en el entrenador

No puede decirse que el partido lo perdiesen enteramente los jugadores, también lo perdió un Cervera que sorprendentemente dejaba el equipo intacto de cambios al salir de los vestuarios en el descanso con 2-1 abajo. Esto mismo lo reconoció el propio técnico cadista en la sala de prensa del Tartiere, donde dijo que no solo tardó en hacer los cambios sino que con los que hizo echó al equipo incluso algo más atrás.

Y eso que el primer doble cambio olía a ofensivo. Sacaba del campo al desacertado Carmona para meter a Querol, que se colocó en el extremo derecho por delante de Salvi, que acabó de falso lateral y casi que corriendo como pollo sin cabeza. El otro, el que tuvo que hacer casi que justo después de que José Mari viese la amarilla en los compases primeros del encuentro, fue el de Álex por el roteño.

3. Parsimonia insoportable e intolerable

No es la primera vez que le pasa al Cádiz CF cuando va por debajo del marcador. Sucedió en Pamplona hace un mes. Entrega la cuchara con suma facilidad con el marcador adverso fuera de Carranza y cuando ve que lo que el entrenador ha mandado con los cambios no sale a la primera no tardan mucho en arrojar la toalla. Así, y pese a que siempre se suele perder por a mínima, el Cádiz CF en enreda, primero en hacerse con el balón sin mucha intensidad, para apenas llegar con daño a la portería contraria. Pasan y pasan los minutos y acaba incluso el balón en posesión del rival, que acude al final del encuentro sin los agobios que ha de pasar todo equipo que defiende una victoria por la mínima.

La salida de Aketxe no arregló nada, más bien terminó de anestesiar al Cádiz CF. El vasco se puso entre la mediapunta y la banda derecha moviendo a la delantera a David Querol, que apenas ofreció nada en su debut. Por su parte, Machís seguía siendo la única amenaza pero el del Udinese acabó con molestias y, lo que es más triste, contagiado por la apatía de sus compañeros, que han visto como le ha llegado mucho más madera pero no saben donde han metido el tren en este nuevo año. Urge encontrarlo.

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