CÁDIZ CF

Victoria 'in extremis' en la carretera

Cinco miembros de la peña cadista Aguada Amarilla sufren un duro percance en su viaje a Málaga, pero logran salir ilesos

ALFONSO CARBONELL

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El vehículo quedó completamente carbonizado.

El Cádiz CF perdió el pasado viernes en La Rosaleda pero no perdió donde más importa un día de partido, en la carretera. Allí, a la altura de Alcalá de los Gazules en dirección a la autovía de Málaga cinco miembros de Aguada Amarilla dieron el gran susto al cadismo de camino a la Costa del Sol. Lo pudieron contar.

«De milagro », palabra de Miguel Vázquez, el conductor de una expedición que acabó de regreso en taxi. Sanos y salvos.

El testimonio es el siguiente. «Íbamos los cinco en mi coche por Alcalá de los Gazules y de pronto observé por el retrovisor que salía humo de atrás. Me asusté y decidí salirme en la primera vía de servicio que viese. Una vez ya dentro, el coche se paró y ordené a mis amigos salir pitando del coche. Unos cogieron sus cosas y otros no, a los que no nos dio tiempo. Fue cuestión de segundos. Un gran susto y un pequeño milagro», narra Miguel, un asiduo a los desplazamientos del equipo amarillo temporada tras temporada.

Más tranquilo ya, pero «con el susto todavía en el cuerpo», Miguel recuerda los minutos siguientes al grave percance que le ha dejado sin coche. «Nos paramos fuera de la autovía y menos mal porque nos llega a pasar en plena autovía y no sé qué hubiera pasado. El coche ardiendo por la carretera ...».

Con el susto en el cuerpo

Una vez apeados del vehículo, los cinco cadistas comenzaron a llamar a policía, bomberos y seguro del coche. «Los bomberos tardaron en llegar pero llegaron para apagar el coche, que había quedado completamente carbonizado », cuenta este cadista que poco antes de bajarse corriendo del coche vio «como también comenzó a salir humo del motor».

Miguel no se explica muy bien lo sucedido dado que es una persona responsable con su coche. «El coche era prácticamente nuevo, cinco años tenía con sus revisiones y sus cosas bien hechas. Apenas lo uso para llevar a los niños al colegio y poco más», aseguraba aún sorprendido de la mala experiencia. Tanto Miguel como sus amigos se conformaron con ver el partido desde su casa. «Ojalá ganemos», deseaba poco antes de un partido que él y sus acompañantes ya habían ganado.

Salud, cadismo y precaución en la carretera. Y Miguel, y su pericia, bien que la tuvieron para salvar la situación en segundos claves.

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