Cádiz CF

La grada de Carranza ya busca culpables

Nico y Abdullah fueron el centro de las críticas de la afición el pasado sábado ante la Cultural

Alfonso Carbonell

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La grada de Carranza comienza a impacientarse.

La afición del Cádiz CF es única, sí, pero también es como absolutamente todas. Generalizar está feo, sí, pero es que los pitos y las protestas siempre sonarán más que el respetuoso, y no por ello aprobado, silencio. Lo que queda claro es que buena parte de la afición de Carranza ya comienza a buscar responsables para achacar algo de culpa de esta crisis de resultados que ha mandado al equipo lejos de la zona noble en la que comenzó la temporada gracias a un increíble arranque liguero que con el paso de las jornadas parece que fue confuso.

Ya hay culpables. Es lógico. Se habla de fútbol y como los gustos es algo muy personal es comprensible que las posturas más críticas se hagan presente cuando los resultados no terminan de llegar. El pasado sábado en Carranza, ha hubo pitos. No se los llevó al completo el equipo, pero sí algunos de sus jugadores. Especialmente dos: Nico Hidalgo yAbdullah. Ambos salieron desde el banquillo y apenas aportaron algo. Pisaron el verde con 2-0 y lo abandonaron con el empate final.

Seis partidos, seis. Esos son los encuentros consecutivos en los que el Cádiz CF no es capaz de sumar una victoria. Muchas jornadas han pasado ya desde aquella victoria en Carranza ante el Nàstic de Tarragona en una noche en la que se lesionó Alvarito y todo el futuro cambió. Ha pasado tanto tiempo que era casi verano, aunque el clima de octubre siga empeñado en decir que aún se puede ir ir en camiseta y pantalón corto. En aquel encuentro Álvaro García marcó un golazo de muchos quilates antes de romper a llorar tras su frustrado traspaso al Getafe de Primera División.

Barral, el primero en situarse

Pues bien, desde entonces hasta ahora, dudas, muchas dudas. Comenzaron en Oviedo. Una tarde en la que David Barral hizo por convertise en el principal responsable de la derrota tras perderse el partido por una falta de disciplina que le costó al equipo perder a su mejor goleador al estar castigado por el entrenador. Al poco tiempo, jugó en Copa y su gol ante el Osasuna metió a los amarillos en la siguiente ronda. Perdonado. Pero el caso es que al siguiente partido, otra vez el isleño hizo por ganarse muchas críticas tras su expulsión por doble amonestación frente al Numancia.

El caso es que entre su falta de puntualidad en Oviedo y su autoexpulsión en Carranza ha perdido algo de confianza de su entrenador –fue suplente ante la CulturalLeonesa– y, lo que es más importante, ha frenado de manera absurda la racha goleadora con la que había empezado la temporada.Algo imperdonable en un delantero.

Rubén Cruz, señalado

Aún no ha recibido los pitos de su afición pero todo parece que es cuestión de tiempo si él mismo no lo remedia. No hace falta decir que la entrega y el sacrificio de Rubén Cruz está fuera de toda duda, como tampoco hace falta decir que la figura del delantero utrerano levanta muchas sospechas y una gran cantidad de aficionados que ya en el pasado verano no entendieron su renovación tras haber capitulado la temporada anterior sin marcar un solo gol.

El pasado miércoles jugó todo el partido como titular en la ciudad deportiva del Sevilla y su labor fue idéntica a la que tuvo el año pasado. Pero con una salvedad muy importante. Este año nadie parece que vaya a encargarse de hacer los 17 golitos que se marcó Alfredo Ortuño. Por ello mismo, nadie duda de que si la dinámica negativa de cara a gol del jugador utrerano sigue por la misma deriva, los pitos hacia su labor no tardarán de abandonar los grupitos de ‘wasap’ al cemento de las gradas del estadio Carranza.

Nico Hidalgo, en la diana

Si hubo muchos que no entendieron la renovación de Rubén Cruz al final de la temporada pasada, muchos más había que tampoco le encontraron mucho sentido a la de Nico Hidalgo. Suplente de Salvi, pero con muchas oportunidades, el extremo motrileño procedente de la Juventus comenzó algo más acertado esta campaña pero nuevamente ha vuelto a sembrar muchas dudas. Sin ir más lejos, el pasado sábado sustituyó a Salvi en el 36’ y con más de medio partido por delante para reivindicarse no fue capaz de prácticamente nada.

Fue ya en la segunda parte, sobre todo una vez que la Cultural empató el partido, cuando más sonaron los pitos hacia su persona cada vez que tocaba el balón. Ciertamente, el encuentro del ex del Granada B fue desolador.

Abdullah, siempre en duda

Puede que sea por su andar cansino, casi que pasota, por su presumible indolencia o por lo que sea, pero el caso es que a Abdullah es un jugador al que la grada de Carranza le exige mucho más que a otros de sus compañeros. Es cierto que con su entrada en el campo el pasado sábado ante la Cultural Leonesa revolucionó el encuentro para mal porque fue con él en la mediapunta cuando llegó el desorden táctico. La grada no le perdona una al francés, jugador que para colmo está encargado de hacer jugar a un equipo que entre sus dogmas de fe no está precisamente el jugar muy bien a ese fútbol creativo y de toque del que procede Abdullah. Por tanto, cuando hace falta ponerse el mono de trabajo da la sensación que el internacional por Islas Comoras se dispersa, pero no es así tal y como dicen las estadísticas de la Liga en las que aparece el mediocentro cadista como uno de los principales recuperadores de balones de la categoría para asombro de muchos aficionados.

Pero lo cierto es que al francés se le castigó desde la grada el pasado sábado ante la Cultural Leonesa. Su partido fue pésimo y su entrada en el once no funcionó. Y esa es la verdad. Puede también que el personal añore y eche de menos a José Mari en la medular y ya le estén ‘facilitando’ la tarea Álvaro Cervera.

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