Cádiz CF

Eddy tiene corazón

«Me dolió que me pitasen sin tan siquiera haber pisado el campo», dice

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Eddy Silvestre jugó la temporada pasada en el campo que visita este domingo.
Eddy Silvestre jugó la temporada pasada en el campo que visita este domingo.

Eddy tiene corazón. Ya solo hace falta que lo ponga sobre el césped de la misma forma en la que dice que va a dejar su piel por el Cádiz CF. Al chaval se le ve ‘tocado’ en lo moral, pero muy seguro de sí. Hay esperanza.

Lo llevaba dentro. Muy dentro. Eddy afrontó ayer su primera rueda de prensa de la temporada y entró a la primera pregunta como su compañero Sankaré va a los balones de cabeza. A saco y de frente. Por no hacer falta, no hizo que se le formulase una pregunta muy profunda ni nada por el estilo. Simplemente, se le cuestionó que no se está viendo su mejor versión. Y entonces, recapituló. «Es cierto que no se me está dando bien, como tampoco es menos cierto que nada más llegar se me achacase la salida de David Sánchez, cuando yo no tenía culpa de nada, ni lo conocía».

Incredulidad en la sala. Eddy seguía. «Solo iba a un club que apostaba por mí y mi idea no era otra que dar lo máximo».

No quiso poner excusas y admitió que sus primeros partidos con la elástica del Cádiz CF no fueron buenos para nadie. Recordó que había llegado fuera de forma, sin hacer una buena pretemporada y que cuando le llegó el momento de jugar aún le faltaba físico.

Esas primeras decepciones cree que aún le están pasando factura en la afición. Solo así entiende lo que escuchó el pasado sábado ante el Zaragoza cuando salió para sustituir a José Mari. «Me gustaría que la afición me diese más apoyo. El otro día salí y me pitaban y no sabía el por qué. Es verdad que no estuve bien en mis primeros partidos, pero quiero que la gente sepa que yo estoy a muerte con el Cádiz CF».

A bote pronto, lo que puede salir a cualquier aficionado es indignarse más con Eddy. Su labor ha sido, hasta el momento, pésima. Su cambio por Garrido en el descanso ante el Numancia cambió el partido. Fue expulsado ante el Oviedo, aunque se le levantó la sanción para que pudiese estar en Vallecas, donde volvió a pasar desapercibido. ¿La peor racha del Cádiz CF ha sido con él en el campo y ahora sales con estas? Pues sí.

Pero hay que escucharle. No todo puede ser negro o blanco. El chaval pide paciencia. «Ahora que estamos en una buena dinámica me gustaría que me apoyasen porque me voy a dejar la vida», repite con insistencia.

Porque él confía en él. «Entreno para entrar en el once, pero me gustaría que mi propia afición me ayudase». Y vuelve a sus malas participaciones para englobar al grupo. «Los primeros resultados no salieron bien, vale, pero no le salieron bien a nadie, no solo a mí», dice.

Dentro del discurso de Eddy hay cierta lógica. «Ahora que los resultados se están dando me gustaría que mi afición me apoyase, aprovechar el momento». Sí, suena como que se quisiera aprovechar del viento a favor, pero ¿acaso está pidiendo que no animen a uno que va de amarillo en Carranza? Es precisamente por lo que le dolió escuchar los pitos el otro día. «No entendía bien esos pitos cuando el equipo iba 2-0. Yo tendré que demostrar más que otros si hace falta. Y lo haré, pero me gustaría que mi afición me apoyase porque me voy a dejar la vida y la piel por el Cádiz CF».

¿Síndrome de Cases?

Aunque Eddy ya ha jugado en campos importantes (Condomina, Los Cármenes, Ipurúa, Nuevo Arcángel, Carranza...), la sensación que deja sus palabras son parecidas a las que dejó Cases cuando dejó entrever que le pesaba el miedo escénico de Carranza. Por eso, Eddy desea que los aficionados «tengan paciencia, que esperen un poco antes de juzgar porque pitarme con 2-0 sin ni siquiera haber salido puede hacer que me piense que me va a ir mal si hago algo mal o que sé yo... Aún no había salido al campo y ya me estaban pitando»

Ahora, con la lesión de José Mari, tiene la opción de regresar al once en Córdoba. Aunque si le toca, lo hará lo mejor posible, a Eddy le gustaría que se diera en casa «para agradar a mi público con un buen partido y que la gente se fuese contenta conmigo porque yo no he venido aquí a estar de paso».

Después de repetir insistentemente lo de los pitos, a Eddy se le preguntó si estaba dolido por la actitud del público.Aunque en un primer instante quiso negar, no tuvo otra que admitir que sí, que lo estaba, que le molestó, que tiene corazón, vaya. «No he hablado hasta ahora (desde su presentación) y era algo que tenía ahí porque cuando llegué, de primeras, se me achacó lo de David Sánchez, cuando somos dos futbolistas muy distintos. Y sí, claro que me dolió llegar a casa, salir con 2-0 en el marcador y sin haber pisado el campo escuchar los pitos. Claro que tengo muchísimos mensajes y muestras de apoyo, pero lo que se escucha en el campo también duele porque en el estadio están mis amigos y mi familia y son ellos los que me preguntan ‘Eddy, ¿y esto por qué?’. Y les tengo que decir lo de esos malos partidos pero creo, la verdad, que en el mundo del fútbol puede pasar tener dos partidos malos».

Eddy intentó zanjar este asunto con una frase que resulta la única verdad. «Está claro que hay que no hay que hablar aquí, hay que hacerlo en el campo».

De entre los argumentos más plausibles de los que dio Eddy ayer, se encontraba el análisis que realizó sobre su rendimiento. El internacional por Azerbaiyán no pudo ningún tipo de ‘peros’ a su rendimiento y no acudió a lo que suelen acudir todos los jugadores que no están brillando. «No, no, no...», se apresuró a corregir al periodista que le preguntaba si su mal bagaje se debía a la falta de minutos. «No es por la ausencia de minutos. Yo salí del once titular porque no se estaban dando los resultados y no lo estaba haciendo como todos y yo mismo esperaba. Después salieron otros (en su caso, José Mari) y lo han estado haciendo bien. Tengo que esperar mi momento y seguir trabajando», manifestó con grandes dosis de realismo.

Solo espera «hacerlo bien» cuando le llegue la oportunidad y que el equipo «esté en una buena dinámica». Pues este domingo, en Córdoba, donde dejó buenos amigos y un buen recuerdo de una afición que le apoyó, la pintan calva para su regreso.

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