Real Madrid-Panathinaikos

Jaycee Carroll, el tirador tranquilo que ha puesto en jaque al Panathinaikos

Alejado habitualmente de los focos, ha llevado al Madrid a soñar con la Final Four, que tiene a un solo triunfo

Emilio V. Escudero

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Cuando Pablo Laso aterrizó en el banquillo del Real Madrid en 2011, buena parte de la plantilla estaba ya en marcha. Entre los nombres que el técnico se encontró encima de la mesa, hubo uno que llamó su atención por encima del resto y no dudó en dar su visto bueno. Desde entonces, el camino de Laso y Jaycee Carroll (Wyoming, EEUU, 1985) no se ha separado . El americano es, junto a Reyes y Llull, el único que continúa desde el principio en el proyecto iniciado por el técnico vasco, que ha devuelto al conjunto blanco a lo más alto del baloncesto nacional y europeo en los últimos años.

En estas siete temporadas, Carroll se ha adaptado bien a un rol secundario. Siempre eficiente, pero alejado de los focos que sí le habían acompañado durante el resto de su carrera. Una tendencia que ha abandonado en estos cuartos de final de la Euroliga, en los que ha emergido como actor principal en las dos victorias blancas ante el Panathinaikos. Clave en Atenas, con 14 puntos en el tercer cuarto del segundo partido , y clave el miércoles en Madrid, con un tres más uno que terminó por derribar la feroz resistencia de los griegos. Tras ese partido, Laso reclamaba más atención para el americano. «Es el día de Llull, pero del que tendríamos que hablar un rato es de Carroll», ironizó el entrenador, feliz por ver cómo una de sus apuestas personales sigue manteniendo un alto nivel a pesar de los años.

La historia de Jaycee Carroll se escribe sobre una cancha de baloncesto. Su padre, jugador hasta los 35 años, fue su mejor ejemplo y el que le hizo decantarse por la canasta en detrimento de la natación. Luego llegaron las interminables sesiones de tiro, autoimpuestas como única forma de mejorar y mejorar. De acercarse a sus ídolos. Porque para Carroll, hay tiradores que nacen por talento, pero él no es uno de ellos. Su acierto se fundamenta en el trabajo . Por eso, no es extraño verle tirar tras un entrenamiento o llegar el primero a la Ciudad Deportiva para ensayar lanzamientos. El alero ha hecho de la repetición virtud y, por fin, está sacando a la luz esa puntería en partidos importantes.

«Estoy teniendo buenas sensaciones en el tiro. Ayer estaba ansioso por salir y por lanzar a canasta. Cuando me llegó el balón, en el último cuarto, no lo pensé mucho . Tiré y vi entrar la pelota desde el suelo. Fue un gustazo, aunque la emoción solo duró un instante porque me concentré al máximo para meter el tiro libre », explicaba ayer el jugador sobre la acción de decantó el tercer partido de una serie que hoy puede llegar a su final si los blancos consiguen volver a ganar.

Para ello, necesitan que Carroll mantenga la tranquilidad de los últimos días. Esa que se obsesionó en alcanzar en 2015, cuando los problemas se le acumularon de tal forma que vio peligrar su futuro cerca de una canasta. Entonces, una lesión le llevó a un agujero del que logró salir apoyado en su fe en Dios y en su familia . Disfrutar del baloncesto como cuando era un niño.

Para reencontrarse con ese origen, Carroll miró hacia atrás. A sus años como misionero en Chile , una de sus épocas más felices. De hecho, no se arrepiente de ella. De haber dejado a un lado el baloncesto y de perder su oportunidad de ir a la NBA por ayudar a los demás. «De aquella época me queda la disciplina, que he trasladado a mis entrenamientos», afirmaba en una entrevista a ABC en 2015. Hoy, el orden se lo pone su familia. Sus cuatro hijos -tres niñas y un niño- y su mujer son los que ocupan la mayor parte de su tiempo cuando no está cerca del aro.

A ellos les ha transmitido su amor por los animales, su otra gran pasión. De hecho, en su rancho familiar en Estados Unidos cría caballos y disfruta montando en vacaciones . Porque Jaycee es un tipo normal fuera de la cancha, alejado de los estereotipos de las estrellas del baloncesto americano.

La obsesión de Xavi Pascual

Si hay una víctima predilecta para el alero madridista es Xavi Pascual . El técnico del Panathinaikos conoce bien el peligro de Carroll, pero no ha sabido frenarlo en estos dos últimos partidos. «He tenido algunos buenos partidos contra los equipos de Pascual y creo que prepara los encuentros muy bien para lograr frenarme, así que no creo que tenga muchos tiros. Lo bueno, es que si se centran mucho en mí, habrá un compañero liberado para atacar el aro del Panathinaikos », reflexiona Carroll, alejado del gen egoísta de los anotadores compulsivos. Porque a él, aunque se le caen los puntos de las manos, no le atrae la gloria personal. Es un tirador distinto. Tranquilo. El hombre que ha puesto contra las cuerdas al Panathinaikos y ha tiene al Madrid a un triunfo de la Final Four.

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