Marta Xargay posa para ABC antes de viajar a la República Checa
Marta Xargay posa para ABC antes de viajar a la República Checa - INMA FLORES
Eurobasket femenino

Marta Xargay: «De pequeña los niños no me pasaban la pelota»

España comienza hoy su asalto al Eurobasket de la República Checa con la plata de los Juegos aún reciente y la ambición de seguir sumando éxitos

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Marta Xargay (Gerona, 1990) ha encadenado esta temporada los Juegos Olímpicos, con la NBA femenina y la Euroliga. Tres competiciones de exigencia muy alta que apenas le han dejado dar un respiro al cuerpo antes de encarar el Eurobasket con España.

—¿Ustedes descansan?

—¡Es verdad! Apenas tenemos tiempo para nada más allá del baloncesto, pero esta temporada es diferente. Después de dos años sin parar, por fin podré tener algo de descanso y de vacaciones después del Eurobasket que creo que es algo necesario. Lo piden mi cabeza y mi cuerpo. Aunque en Navidad pude pasar unos días en casa, he de reconocer que en enero y febrero llegué a pasarlo mal a nivel mental y físico. Mi mente dijo basta.

—¿Dan ganas de dejar todo a un lado?

—No, eso no se me ha pasado por la cabeza en ningún momento. Al final, hacemos lo que nos gusta y encima nos pagan por ello. Nos divertimos jugando y cuando pisas la cancha se te pasan todos los dolores. Ahora estamos en el esprint final. Se nos han olvidado los males y solo pensamos en el Europeo.

—¿Imagina una vida sin la canasta?

—De momento, no. No se me pasa por la cabeza ni mucho menos.

«Poco a poco nos vamos ganando el reconocimiento que tienen los chicos, pero a día de hoy no estamos al mismo nivel»

—¿Usted cuándo empezó a jugar?

—Es curioso, porque yo empecé haciendo ballet, porque mi hermana daba clases y mi madre nos apuntó a las dos, pero a mí lo que me gustaba era cuando jugaba en el equipo de baloncesto con todos mis amigos y mis amigas. Nos lo pasábamos muy bien, no me acuerdo de si ganábamos o no, pero era muy divertido para mí.

—¿De qué se acuerda de entonces?

—Me acuerdo mucho de mi patio del colegio. Nos tocaba barrer el suelo antes de jugar. Aunque lo que tengo grabado es que cuando jugábamos, los niños no querían pasarme la pelota y cada vez que las niñas teníamos el balón, metíamos canasta y lo celebrábamos.

—¿Creen que tendrían más reconocimiento si no fueran mujeres?

—Esa es una pelea constante. Nosotras siempre hemos luchado por tener los mismos derechos y lo seguiremos haciendo. Es cierto que no estamos a día de hoy al mismo nivel, pero poco a poco nos vamos ganando ese reconocimiento y ese respeto. Nos dais más bombo y nos sacáis más en prensa, aunque es cierto que si ellos dan un paso nosotras tenemos que dar cinco para estar al mismo nivel.

—¿Dónde está el problema?

—En los medios siempre hay fútbol y solo fútbol masculino. ¿Por qué no prueban a poner durante un mes portadas de deportes femeninos? Tampoco sabemos si eso vende o no. Es como una rueda. A lo mejor empiezan a vender el deporte femenino y resulta que sí interesa. No lo sé. Lo importante es que vayamos dando pasos en la buena dirección, que es lo que estamos haciendo.

—¿Motiva este Europeo?

—Nos gusta ganar y nunca nos cansaremos. Este verano es motivación extra después de hacer un buen papel en los Juegos y de llevar varios años en lo más alto. Cada año es diferente y el Europeo se presenta muy complicado.

—¿Son las favoritas?

—No nos consideramos favoritas para nada. Siempre hemos sido muy humildes, haciendo bien nuestro trabajo y yendo con cautela, porque sabemos que hay selecciones muy bien preparadas y con muy buenos equipos.

—¿Cuando vuelven a verse, de qué hablan en la concentración?

—Es un vestuario que habla de todo. Nos reímos un montón, hacemos muchas bromas. Todas contamos los días para volver a vernos y reunirnos en la selección. Nos ayudamos un montón. Tenemos millones de conversaciones diferentes. Siempre decimos la misma broma, que empezamos siendo la absoluta y acabamos siendo la sub13 de las tonterías que hacemos. Este año hemos empezado a jugar al póker, pero nos vale cualquier cosa.

Ver los comentarios