Vidal propicia la primera sorpresa de la Copa

La presión del anfitrión suele ejercer un efecto negativo en las muñecas de los jugadores, que lejos de sentirse arropados, acusan el miedo al fracaso. Paradójicamente, el “pío pío” que resonaba en el Gran Canaria Arena, teñido de amarillo, elevó el ánimo del Juventud, acostumbrado a lucir a domicilio esta temporada, una de las más exitosas de la historia reciente del club catalán. [ Estadísticas del Herbalife Gran Canaria-Juventud]

Savané, que volvía a casa, marcó pronto su territorio ante el gigante Tavares, bien en tareas defensivas, pero sin fuelle en ataque. Sin sus puntos, el Herbalife sufría para anotar y los verdinegros comenzaron a abrir brecha en el marcador (21-29, min. 17).

Las alarmas se encendieron en el banquillo de Aíto, que dio entrada a Newley y Kuric para tratar de solventar los problemas.

La muñeca del croata, en racha desde hace muchos partidos, ayudó a recortar la diferencia, que al descanso era aún de seis puntos a favor del Juventud.

El técnico del Gran Canaria cambió el chip a sus hombres en los vestuarios y mandó alternar la defensa en zona e individual. La “trampa” del maestro pilló por sorpresa a los verdinegros, que encajaron un parcial de 9-0 (35-36, min. 24) para devolver la emoción al marcador.

Kuric alargó el parcial para su equipo y puso contra las cuerdas al Juventud a base de triples, que se vio por primera vez ocho abajo en el partido (51-43). Con Suton lesionado y varios jugadores del equipo tocados, parecía que ese era el golpe de gracia para los de Salva Maldonado, que encontraron un salvavidas en el veterano Sergi Vidal. Sus 6 puntos al descanso se convirtieron en 21 al final del partido, pero fueron dos triples consecutivos los que equilibraron el duelo y metieron el miedo de nuevo en el cuerpo de los jugadores del Gran Canaria (53-56, min. 32).

Pidió un tiempo muerto Aíto para buscar la reacción de su equipo, pero lo que sucedió fue totalmente lo contrario. Álex Suárez, uno de esos jóvenes llamados a hacer cosas grandes en el baloncesto nacional, anotó un 2+1 cuando más falta hacía y terminó por silenciar un Gran Canaria Arena que adelantó un día el entierro de la sardina.