Dakar

El virus frena al dakariano más fiel

Un positivo el día antes de viajar a Yeda corta el idilio de José Luis Criado con el raid: 31 ediciones seguidas y cientos de aventuras en el desierto

José Luis Criado, junto al camión con el que iba a competir este año en el Dakar Epsilon Team

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Fue el pasado 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes. José Luis Criado (Arjona, 1957) apuraba una larga jornada de trabajo en la notaría, cerrando asuntos pendientes, cuando recibió la notificación de su positivo por Covid. Apenas unas horas después debía coger en Barcelona el avión que le llevaría a Arabia Saudí para disputar el que iba a ser su trigesimosegundo Dakar, de nuevo como copiloto de su inseparable Jordi Juvanteny en el camión Man 6x6 del KH7 Epsilon Team. Solo su carácter evitó que aquel momento acabara en tragedia. «Se me cayó el mundo encima, y lo primero que hice fue llamar a Jordi. No se lo creía, claro. Pensaba que le estaba gastando una broma. Fue una situación de crisis total. Ya no solo era que yo no pudiera ir al Dakar, es que se podía quedar fuera todo el equipo», relata a ABC.

Por suerte, la complicidad entre los dos aventureros y su experiencia en superar situaciones comprometidas jugaron a su favor. En cuestión de minutos contactaron y convencieron a Fina Román , otra experimentada dakariana, para que tomara el puesto de José Luis. «Necesitábamos a alguien con el carnet de camión en vigor, porque nuestro tercer tripulante, Jordi Ballbé, no lo tiene. No sé cómo se organizó Fina, pero al día siguiente tenía todo en regla para ocupar mi lugar. Fue un alivio».

Fue después, superada esa tensión, cuando peor lo pasó Criado, consciente al fin de lo que se perdía. «Si hace una semana alguien me preguntaba cómo estaba igual hasta le mordía», relata con humor. «Hoy ya estoy mucho más calmado, aunque me sigue doliendo no estar allí. Al final estás un año preparando la prueba con mucha ilusión y yo tampoco me he encontrado mal. Fue como un mal sueño».

Con media carrera ya disputada, aún no está demasiado claro si es el Dakar quien echa más de menos a Criado o viceversa. El andaluz, afincado en el municipio barcelonés de La Roca del Vallés desde poco después de aprobar las oposiciones a notarías, es un personaje querido y respetado en la caravana. Él, por su parte, se define como un tipo alegre al que le gusta buscar lo bueno de los demás. Y dice encontrar en el desierto la desconexión y la paz mental que otros persiguen yendo a la playa o a la montaña. El Dakar es su periodo de catarsis. Enfundarse el mono, vivir la tensión de la competición y disfrutar de una convivencia única le revitalizan para el resto del año. «Ahora me tengo que conformar con seguirlo por internet y la televisión, pero hablo con mis compañeros todos los días y eso hace que me sienta más cerca de ellos».

Dice Criado que su idilio con el Dakar comenzó cuando aún vivía en Jaén, escuchando las conexiones que hacía José María García con Juan Porcar o Salvador Cañellas, algunos de los pioneros españoles del raid. Allí organizaba también travesías por el monte donde la orientación jugaba un papel fundamental. El toque definitivo del destino llegó al poco de instalarse en La Roca. A su notaría acudieron David Oliveras y José Montaño, dos pilotos con varios Dakar a sus espaldas, a los que se ofreció sin dudarlo. Pocos meses después disputaba junto a ellos su primer Dakar en camión, el París-Trípoli-Dakar de 1990. Un año después, durante una madrugada en mitad del desierto del Teneré, conoció a Juvanteny, con el que empezó a compartir camión en 1995. Y hasta hoy. «Jordi dice que me echa mucho de menos», concede Criado. «Es una relación de muchos años y nos conocemos perfectamente. Solo por el tono de voz ya sé cómo está. Siempre lo digo, nos hemos acostumbrado a ser yo sus ojos y él ser mis manos».

José Luis Criado, en uno de sus primeros Dakar ABC

Como copiloto, Criado se ha acostumbrado a hacer de todo. Conduce en los tramos de enlace, repara averías y canta el 'roadbook', una tarea en la que el andaluz derrocha un completo catálogo de sabiduría: «La intuición juega mucho a favor de un buen navegante. No puedes dejarte influir por la impaciencia de tu piloto. A veces hay momentos de mucha tensión, con gritos dentro de la cabina porque no sabes dónde estás ni cómo llegar al siguiente punto de control. Pero debes estar seguro e imponerte a él. Hay que tener mucha atención y mucha concentración. También mucha seguridad».

Momentos críticos

La racha cortada por la pandemia, 31 ediciones consecutivas, es la mayor entre los participantes españoles. Solo una leyenda como Stephane Peterhansel está por delante a nivel mundial. En tantos años Criado ha vivido aventuras de todos los colores: permaneció secuestrado durante seis horas por los tuaregs en el Paso de los Elefantes, en Mauritania; sufrió un aparatoso accidente al volcar el camión en las dunas de Ica, en Perú; e incluso le ofrecieron un fajo enorme de billetes en Yeda por remolcar el coche de unos sudafricanos varados en la arena, un dinero que no aceptó. Sin embargo, ninguna le ha marcado tanto como lo que vivió en 1992, una edición terrorífica que atravesaba hasta diez países africanos hasta llegar a Ciudad del Cabo. «Fui de copiloto con Xavi Foj y lo pasamos muy mal, fue una prueba absoluta de resistencia». Su coche, que circulaba en convoy por el Chad, se quedó sin luces por la noche y se perdió en mitad del desierto de un país en guerra. Varios días después, tras atravesar Nigeria y Camerún, consiguieron reengancharse a la carrera justo a tiempo de embarcar hacia Angola.

Hoy mantiene todas esas historias grabadas a fuego en su memoria, por lo que tiene claro que el virus no detendrá su relación con el Dakar. El año que viene, no importa la tierra que trague ni las horas que no duerma, volverá aún con más ganas.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación