24 Horas de Le Mans

Trece años después, Alonso se juega otro título

Después de su último campeonato en la Fórmula 1 en 2005, puede ganar el Mundial de Resistencia

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Han pasado trece años y el personaje ha derivado por diferentes senderos de popularidad o éxito. En 2006 Fernando Alonso consiguió su último título de campeón del mundo y este domingo vuelve a plantarse frente a una corona mundial. Con el mejor coche de la Resistencia, el Toyota híbrido, concursa en las 24 Horas de Le Mans, cita de clausura de un campeonato que dura un año y medio y puede recompensar en parte el camino que emprendió el piloto lejos del olimpo de la Fórmula 1. No es la triple corona que ansiaba, porque hubo chasco de McLaren en las 500 Millas de Indianápolis, pero es el Mundial WEC. En la carrera que empieza hoy (15.00 , Eurosport) y acaba mañana a la misma hora, y que ganó en su debut el año pasado, tiene su oportunidad.

Al Toyota número 8 que conduce Alonso junto a sus compañeros Nakajima y Buemi le vale con ser séptimo para adjudicarse el Mundial. Más empaque y prestigio aporta vencer en las 24 Horas de Le Mans, pero cumplido el objetivo en 2018, a Alonso le seducen los obstáculos que le procuran una motivación para pelear.

«Lo que más me gusta de Le Mans es el reto total en sí mismo. Afrontar 24 horas exponiendo al máximo la máquina, la concentración, el horario, la climatología, el tráfico... A todos estos factores los tienes que ganar. Es como pasar muchas mini-trampas para llegar al éxito», respondió a ABC en una de las múltiples comparecencias ante la prensa que ha tenido estos días.

Hace trece años Alonso volaba en la Fórmula 1 con aquel Renault azul, máxima estrella de este deporte-industria tras destronar a Michael Schumacher y Ferrari. Ya había fichado por McLaren y, antes de exponerse a la batalla carnal con Hamilton y Ron Dennis, se condecoró con el segundo título en Sao Paulo, circuito de Interlagos. Aquel día de octubre lo celebró austero, una cena privada con su pareja entonces Raquel del Rosario y su manager Luis García Abad en el hotel Hilton, una pequeña fiesta sin desmadre en un local del centro de Sao Paulo organizado por Renault, y al avión.

Rodeado de su entorno

En Le Mans, con el título del WEC a la vista, hay más gente de su entorno personal que entonces en Brasil. Lo acompaña su madre Ana, su novia Linda Morselli, su amigo y asistente Alberto y su manager García Abad. Aunque no invoca a la misma expectación popular, ni parecido, el asturiano dice sentir el cosquilleo tan conocido. «Me he jugado nueve o diez mundiales en mi vida, así que te acostumbras a esta situación», dice.

Alonso lleva desde el domingo en el centro de Francia. Casi una semana concentrado en el objetivo de una cita que congrega a multitud de espectadores y que da sentido al Mundial de Resistencia. Ayer Toyota presentó su nuevo coche para los próximos años y se conoció que Aston Martin, la firma británica, también participará en la máxima categoría en bólidos diseñados por Adrian Newey, el gurú que hizo campeón a Vettel y Red Bull en la Fórmula 1.

Alonso, que solo ha anunciado que no repetirá en el WEC en 2020, sí aseguró ayer que regresará más adelante al certamen. «Seguro que volveré a Le Mans y al WEC . No sé si en 2021 o 2022, pero regresaré seguro».

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