El Rally Dakar comienza este lunes

Perú pone el Dakar sobre la Duna Grande

Mañana comienza la gran aventura del motor con 3.500 kilómetros de arenas y dunas traicioneras, peligrosas, donde un pedrusco lo arruina todo

La Duna Grande, con 1.700 metros de altitud

Tomás González-Martín

Desiertos, arenas, dunas y un sol de injusticia sobre las cabezas asadas de 534 competidores montados sobre coches, motos, quads y esos camiones gigantes que parecen dioses dibujados en las Líneas de Nasca. Perú monopoliza un Dakar diferente. Diez etapas muy intensas en las que esa tierra que parece una playa te traiciona con piedras que rompen coches y motos, con hoyos que te dejan hundido y con huecos que provocan vuelcos que eliminan rivales en un santiamén.

Carlos Sainz subraya que no hay terreno más traicionero que la duna, donde el enemigo vive debajo de ella. El setenta por ciento de los cinco mil kilómetros del rally se cubrirá sobre arena. Un líder puede perderlo todo al toparse con un pedrusco. El raid más importante del mundo comienza mañana con muchos aspirantes a la victoria y un enemigo desconocido, el desierto de Ica, un secarral que da miedo, infinito en su extensión. La Duna Grande, la segunda más alta del mundo, con 1.700 metros de altitud, marcará un antes y un después en la trepidante historia del Dakar. La carrera nunca ha pasado por un territorio tan bello, un terreno que te conquista, te enamora y te puede engullir en su vientre eterno.

Arena a 1.700 metros

Nani Roma, que busca su tercera corona, señala que el principal rival es ese trazado descomunal. La Duna Grande define en dos palabras del dominio de la naturaleza sobre los hombres. Los dos españoles , Carlos Sainz y Joan Roma, saben que sus principales adversarios humanos serán los Toyota de Al-Attiyah y De Villiers.

Carlos Sainz y Nani Roma buscan su tercer triunfo; el árabe Nasser Al-Attiyah, el rey de las dunas, es el principal rival a superar

El árabe es el mejor «touareg» que pilota sobre la arena. Vuela sobre ella, la peina, la corteja. El sudafricano es muy disciplinado en su pilotaje, no arriesga ante la duda, y esa virtud es esencial cuando se rueda sobre las dunas y llevas un coche ganador. La ambición insoportable de Peterhansel, que no entiende de órdenes de equipo, y la evolución de Loeb con el Peugeot añaden agresividad de combate en plena lucha humana contra los corrimientos de arena.

Joan Barreda luchará contra las KTM en busca de su primera corona en motos, tras varios años de triunfos de etapa no rematados con la victoria absoluta, con retiradas dramáticas

Joan Barreda peleará por su primer triunfo en motos tras varios años de victorias de etapas y abandonos dramáticos. Desde el adiós de Marc Coma y Cyril Despres a las dos ruedas no hay un líder carismático en la especialidad. Toby Price venció en 2016, Sam Sunderland lo hizo en 2017 y Matthias Walkner ganó en 2018. Los tres son de nuevo los principales candidatos, apoyados por KTM. Barreda comanda el frente de Honda junto a Kevin Benavides y Paulo Gonçalves, quien llega muy tocado al raid por sus problemas físicos, reseteado en el quirófano a vida o muerte.

Laia Sanz, la mejor piloto de motos, competirá por un nuevo triunfo en el segmento de mujeres y por volver a quedar entre los diez primeros en la clasificación general compartida con los hombres.

Laia Sanz persigue un nuevo éxito entre la participación femenina y otra gran clasificación frente a los hombres sobre dos ruedas

La espectacularidad del Dakar reside en el riesgo de una aventura que es distinta cada año, porque se estrenan recorridos que esconden trampas desconocidas. Serán diez etapas muy duras, que exigirán mucha concentración en cada jornada, porque la arena no permite relajarse como en los caminos de terreno duro.

Solo habrá un día de descanso, el 12 de enero, con cama y comida en Arequipa. Ese intervalo dará la oportunidad a que los coches y camiones que hayan abandonado en la primera mitad de la carrera puedan reengancharse en esta segunda, para competir en una clasificación paralela de la general. Ya no tendrán que marcharse en cuanto rompan. Eran duras esas despedidas de una prueba para la que todos se preparan durante diez meses.

El Dakar lo protagonizan 534 competidores de 61 nacionalidades que hoy, día de Reyes, harán su presentación estelar en Lima, para iniciar mañana una andadura nueva, desconocida. Constan 334 vehículos inscritos, repartidos en 167 motos y quads, 126 coches y 41 camiones. En la lista de partida hay 135 pilotos debutantes, 69 «leyendas», que han participado en diez ediciones como mínimo y 34 que correrán en la categoría de los «originales», la más dura de todas, por no tener asistencia mecánica.

No pisar las Líneas de Nasca

«Preserven al máximo su condición física hasta el final y utilicen al máximo su conocimiento en el cruce de las dunas», aconseja Lavigne, director del rally, a los pilotos.

El gobierno peruano ha marcado veintitrés zonas restringidas, cuyo acceso estará prohibido tanto para competidores y organizadores como para el público por ser puntos naturales o arqueológicos. El objetivo es que un participante no pueda dañar el patrimonio cultural del país, como sucedió en 2013, cuando un vehículo que seguía la carrera pasó por encima de las Líneas de Nasca, dibujos realizados en el terreno desértico de Perú hace al menos unos dos mil años por la civilización prehispánica que habitó esa zona. El Dakar compensará su huella nociva, estimada en 15.500 toneladas de dióxido de carbono , con proyectos de conservación en la Amazonía.

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