CRÍTICA DE TEATRO

«Quirófano»: desvelar la interiorización del racismo

El Centro Dramático Nacional presenta la obra dentro de su ciclo «Escritos en la escena»

Una escena de «Quirófano» Mario Zamora

Diego Doncel

El ciclo « Escritos en la escena », ideado por Ernesto Caballero , se inicia este año con «Quirófano», de Almudena Ramírez-Pantanella . Como es sabido, la idea motriz que lo sostiene intenta redefinir tanto el concepto de autoría como el de escritura de una obra dramática. Esa redefinición, en el fondo, enlaza con el proceso de medievalización que vive hoy la literatura . Aquí, como en la literatura medieval, la autoría y la escritura están sometidos a un proceso de transformación, de participación constante, en este caso de los actores y del equipo escenográfico.

Creo que para «Quirófano» es el ámbito ideal: su propuesta innovadora necesita ser creada desde posturas teatrales no institucionalizadas. Y ello porque esta obra apela a problematizar no solo el lenguaje como expresión de nuestra conducta sino también la realidad normalizada de nuestros gestos sociales.

Ramírez-Pantanella convierte el escenario en la mesa de un salón donde se desarrolla una comida familiar que es, a la vez, la mesa de un quirófano donde se disecciona cuál es nuestra mirada sobre el extranjero o el diferente . Los comensales se alimentan de órganos y vísceras humanas, cuidan de una placenta, comentan la muerte de Bibiana, la inmigrante que trabajaba para ellos como empleada de hogar, y traman una extorsión para evitar complicaciones legales.

Es una crítica al racismo y sus márgenes, pero sin refugiarse en un tratamiento catártico del tema, sino aspirando a mostrarnos la naturaleza de nuestras incertidumbres, de nuestros miedos, de nuestros prejuicios y cómo, a partir de ellos, creamos nuestras conductas y nuestras ideologías. Es decir, intentando explorar las mínimas manifestaciones cotidianas, fundamentalmente lingüísticas , donde ese racismo se halla interiorizado.

Imaginativa, visualmente poderosa, Ramírez-Pantanella echa mano de todos los recursos posibles para crear un espectáculo extrañado, perturbador: hay sinsentido como en un poema de Lear, absurdo como en Ionesco , collage de conversaciones y comportamientos infantilizados como en el Dadá, esperpento y caricaturización como en el expresionismo, humor negro, desquiciado como en la mejor tradición española.

Al ser una obra en marcha, necesita buscar más claramente al espectador , dejar de lado una dimensión demasiado abstracta e indefinida. Todo ello sin abandonar la complejidad, la riqueza de matices que ya posee, esa potente inteligencia teatral , esa propuesta escenográfica tan sugerente de Ruiz de Alegría.

«Quirófano» es una serie de reuniones familiares con un intenso carácter de comedia y una intensa profundidad de drama. Un espectáculo en busca de sí mismo.

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