Humor y ciencia ficción
«El viaje (Las crónicas de Peter Sanchidrián II)» es una máquina, una nave puesta en el espacio galáctico del humor. El humor del sinsentido, del exceso, de las historias hilarantes y delirantes. Es Padilla al cien por cien. Ciencia ficción que se mezcla con la realidad, mundo tecnológico que abraza lo castizo y hasta lo cañí. Si «Las Crónicas…» en su primera parte terminaban en el momento en que la nave C.R.I.S.T.I.N.A. dejaba la tierra, la segunda parte se enfrenta al momento terrible de la supervivencia, de la amenaza de la desaparición. En ella encontramos, más allá de la trama principal, cuatro piezas, cuatro historias autónomas llena de personajes sorprendentes. Políticos debatiendo en campaña electoral, malos, magos, magas, dictadores, rostros diversos de España desde la corrupción hasta la crisis. Padilla siempre trabaja con unas pautas distintas y personales, incluso cuando crea sentidos desmesurados, deformaciones de la lógica, comicidad en toda su gama. Su principio de realidad es la irrealidad. Nunca teme caer en la desmesura sino que la hace suya y a cada paso vende su alma y su creatividad por levantar la risa en el patio de butacas. Con una escenografía futurista del interior de la nave, con las luces y las pantallas parpadeando, por ella vemos desfilar a un Pepe Viyuela que, en cada uno de los personajes que interpreta, siempre hace valer su talento y su versatilidad. Como ocurre también con Juan José Rodríguez o Cristóbal Suárez. La obra hubiera ganado reduciendo su extensión, depurando su argumento, pero ese es el riesgo de tener una voz distinta. Pronto vendrá «Aterrizaje», la tercera entrega de esta saga que ya cuenta con devotos.
