Galdós vs. Halloween

Se estrena el domingo en los Teatros del Canal «Fiesta galdosiana de Todos los Santos», basado en dos cuentos fantásticos del autor canario

Cartel del espectáculo
Julio Bravo

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«Todo el mundo conoce al Galdós realista -dice Juan Carlos Pérez de la Fuente, coordinador artístico del Año Galdós en la Comunidad de Madrid-, pero muy pocos conocen al Galdós fantástico». Por eso se fijó en dos de sus cuentos, « El don Juan » y « Celín », para idear esta « Fiesta Galdosiana de Todos los Santos », en los que trenza el «donjuanismo» del propio autor canario -él fue siempre un «donjuán, y en su vida hubo muchas mujeres», dice Pérez de la Fuente-; su gusto por la música -su melomanía es el hilo unificador del espectáculo-, y especialmente por la ópera, la necrofilia de la fecha.

En Galdós se mezclaron la antipatía con una fascinación por el mito de Don Juan. «Cornelio Malibrán, el personaje de '' Realidad '', el Juanito Santa Cruz de '' Fortunata y Jacinta '' o el Carlos de Tarsis de ' 'El caballero encantado '' son trasuntos de Don Juan«, aventura Pérez de la Fuente. »Galdós demostraba mucha antipatía por este personaje, pero yo creo que tenía que ver con que él, en su propia vida, fue un donjuán. Aunque fue muy celoso de su vida privada, se sabe que fue un gran seductor y que en su vida hubo muchas mujeres; no solo Emilia Pardo Bazán , sino también figuras como María Guerrero o Margarita Xirgu . Tenemos la imagen de Galdós de viejo, pero fue un hombre muy atractivo, alto y con ese acento canario tan seductor. No quería compromiso, y tal vez haya algo de autobiográfico en su actitud hacia Don Juan«.

Ignacio García es el encargado de dirigir esta «Fiesta galdosiana», que cuenta con dramaturgia de José Gabriel López Antuñano y cuatro destacados intérpretes: Silvia Abascal, Carlos Hipólito, Gloria Muñoz y Marc Parejo , a quienes acompañan Sara Águeda (arpa) y Miguel Huertas (piano).

El espectáculo es -dicen sus responsables- «un friso musical en el que se entremezclan las músicas de su tiempo y sus aficiones sonoras con referentes musicales de las temáticas otoñales y mortuorias de las que hablan los dos relatos para construir un discurso sonoro en el que las voces del autor y los personajes sean parte de esa compleja partitura musical y narrativa con la que desarrolla su relato. Tres hombres y tres mujeres que sobrevuelan la niebla de las dos historias y pasan de la sordidez de las tabernas a la paz de los cementerios, en una peripecia compleja que a veces se detiene para dar la voz al autor, al literato, a su estilo descriptivo y envolvente que construye y relata mundos al detalle, de modo que nos permite tocar, oler y sentir espacios y situaciones«.

«La edad, las edades, la decrepitud y la juventud, la realidad y el deseo, la concreción del naturalismo literario y el vuelo del simbolismo poético -concluyen- convivirán y se alimentarán en un juego escénico y sonoro que permita al espectador conocer una faceta quizás menos conocida de Pérez Galdós , la del necrófilo irónico, la del melómano literario y la del místico que baja al fango de la realidad«.

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