Entrevista

Antonio Canales: «Me gustaría dirigir el Ballet Flamenco de Andalucía»

El bailaor actuará en octubre en el Cartuja Center junto a Rosalía en el homenaje a Capullo de Jerez

Antonio Canales durante una actuación J. M. Serrano

Marta Carrasco

Antonio Canales nació en el corral de la Saramaya de Triana, conoció la velá de las arvellanas verdes, y se escapaba para poder bailar desde su trabajo como estampador de las vajillas de la fábrica de la Cartuja, donde su padre, encargado de una de las secciones, lo metió a trabajar como aprendiz con catorce años. «Habrá algunos que estén comiendo en vajillas de la Cartuja que están estampadas por un Premio Nacional de Danza y Medalla de Andalucía », dice el bailaor con una amplia sonrisa.

A sus 57 años ha recibido un gran homenaje en el II Congreso de Baile de San Fernando en Cádiz , donde en unas jornadas se ha hablado de su baile, sus coreografías, sus obras y su vida. Además, se han mostrado en una exposición sus objetos más queridos, como la Medalla de Andalucía, «me la ha prestado mi madre, la tiene ella custodiada». Dice que está en un momento dulce de su vida, «profesional y personal. Voy a ser abuelo, estoy feliz. A partir de ahora voy a tener que asentarme en una buena silla. Estoy en una nueva etapa y quiero comprometerme », afirma.

Este año no para, «acabo de regresar de Japón, voy a la Bienal de Málaga , me voy a Asturias a un encuentro de maestros como Angel Rojas y Rubén Olmo , y luego sigo la gira». En el mes de octubre estará dos días en el teatro del Cartuja Center, «primero haremos una gala de danza española y el segundo día el homenaje al Capullo de Jerez con Rosalía y otra mucha gente. Ya ves, estoy con los flamencos, con los bailarines y con los del pop», dice el bailaor sevillano.

Coreógrafo y artista que nunca deja indiferente, comenzó dando clases de ballet en el Club Natación Sevilla . «Un día nos enteramos, un amigo y yo que venía Víctor Ullate a Sevilla y nos presentamos con toda la cara a unas audiciones. Víctor era entonces el director del Ballet Lírico Nacional ». Pero para su sorpresa, los eligieron y se marchó a Madrid, «llegué con tres mil pesetas que duraron poco», así que un banco del Retiro y cuando se echó el frío encima, las estaciones del Metro, fueron sus primeros alojamientos. Un día en la sede de los ballets nacionales, entonces juntos, un encuentro le cambió su vida. «Me encontré con la maestra Victoria Eugenia , Betty, y me dijo que qué hacía con los contemporáneos, que yo tenía que estar en la danza española. Y así fue. Hasta hoy».

Ahora está feliz de que el Ballet Nacional de España lo dirija alguien que admira y quiere, el bailarín y coreógrafo sevillano, Rubén Olmo , «me parece una de las mejores decisiones de los últimos años. No puedo ser objetivo porque le quiero y le admiro, es un entregado en cuerpo y alma a la danza. Conoce la casa porque ha estado en ella, y viene de dirigir el Ballet Flamenco de Andalucía. Él conoce bien lo que es un ballet nacional, sabe qué es el folklore, la danza española, la escuela Bolera y el flamenco. Esos son los cuatro puntos cardinales que debe tener un Ballet Nacional, y Rubén domina los cuatro, y eso es muy complicado. Además, tiene un punto contemporáneo, no porque haga danza contemporánea, sino porque está creando en su tiempo, y eso es muy importante. Es un nombramiento que ha caído del cielo y que la Danza Española agradece».

Antonio Canales sigue arraigado a su tierra y afirma que estos días ha pensado en el Ballet Flamenco de Andalucía, «porque está en una situación delicada, y ha pasado por muchos momentos, algunos buenos y otros no tanto. Pero a pesar de todo, tiene un gran prestigio. Es difícil llevar una compañía adelante, necesita presupuesto y apoyo. Que nadie olvide que al frente de ese ballet han estado nombres como Mario Maya , Cristina Hoyos , José Antonio , Rubén Olmo , María Pagés …, y eso es patrimonio del flamenco».

Dice Antonio Canales que el Ballet, «necesita alguien que se entregue a él y que tenga una identidad propia» . A la pregunta de si se presentaría a la convocatoria de dirección, calla un momento y dice, «pues sí, lo desvelo aquí, sí me presentaría, por primera vez en mi vida. Siempre he estado reacio a ello porque nunca sé quien está en ese comité que juzga los proyectos, pero sí lo haría por mi bagaje, y porque tengo ganas de volver a mi Andalucía y de entregarme con seriedad, y quiero llevar al Ballet a lo más alto. Yo creo que estoy en un buen momento y me presentaría . Pero, si cambiaran esas normas, me encantaría también que me pudieran elegir porque yo me ofrezco a ello. Pongo al servicio del Ballet mi bajaje profesional, mi nombre y devolverlo a donde debe de estar».

Dice Canales que quiere trabajar con todos, «pienso que mi nombre que piden de muchos sitios, del mismo Ballet Nacional por ejemplo, puede ayudar al Ballet Flamenco de Andalucía y con trabajo que es la base de todo , además del conocimiento, que creo que con cuarenta años de profesión ya he adquirido con creces», afirma.

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