Víctor Manuel: «Vivimos en un mundo que va a velocidad endiablada»

El artista asturiano presenta nuevo disco, «Casi nada está en su sitio»

El cantante actuará cuatro noches consecutivas en la Gran Vía madrileña
Nacho Serrano

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Doce años después de su última entrega discográfica, Víctor Manuel regresó con «Casi nada está en su sitio» el pasado mes de octubre. Ahora, con sus canciones ya rodando sobre los escenarios de toda España, el cantante tiene «una ilusión parecida a cuando vi a mis hijos dar los primeros pasos y se me iban los brazos hacia ellos para evitar que se cayesen. Así es como me siento», asegura.

El hábito de componer le volvió tan de sopetón al artista asturiano que casi no supo cómo contener su creatividad. «Nunca había escrito tantas canciones. No sé qué ocurrió en mi cabeza, pero no había sentido una tromba de inspiración tan fuerte ni cuando era joven. Las canciones fueron saliendo como cerezas enganchadas de un cesto y mi productor, que es mi hijo David, me preguntó si pensaba hacer un álbum doble. Le dije que no y seguí componiendo unas cuantas más hasta que decidí parar».

El título «Casi nada está en su sitio» se debe a que «vivimos en un mundo donde todo va a una velocidad endiablada, donde nos desbordan constantemente con noticias, verdaderas y falsas », reflexiona el veterano cantautor que, sin embargo, no transmite pesadumbre o desencanto, sino una desbordante energía juvenil que le hace sonar como si tuviera unos cuantos años menos. «En eso tiene bastante que ver que he hecho un disco más guitarrero de lo acostumbrado . Eso te rejuvenece y te hace cantar de otra forma», asegura.

Viejos recuerdos

Aunque el nuevo disco de Víctor Manuel sea muy vitalista, está plagado de viejos recuerdos que, cuando vuelven, le embargan de emoción. Un ejemplo es la canción «Que se vengan todos», dedicada a una « vieja amiga de Colombia , Aseneth Velasquez, que siempre decía esa frase cuando quería convocar a sus amistades a una de sus comidas. Era una galerista de mente muy abierta, que podía reunir en la misma mesa a García Márqueza y a la persona más reaccionaria de Colombia». Otra de las tonadas, «Cachito», es un pequeño homenaje «al chico de los recados que había en el mercado de Chamartín, donde hago la compra desde hace treinta años . Pregunté por qué le llamaban así y me dijeron que era por el paquete que llevaba no en las manos, sino entre las piernas, ¡ja, ja, ja!».

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