Rod Stewart: «En este trabajo no se le puede tomar el pelo a la gente»

El británico, que el sabado participó en el festival Músicos en la Naturaleza, actúa este miércoles en Fuengirola

El cantante británico Rod Stewart ABC
Nacho Serrano

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Después de toda una vida dedicado a la música , en la que lo ha conseguido prácticamente todo, Rod Stewart aún no ha perdido las ganas de seguir creando. Y, para demostrarlo, vendrá a España en este recién estrenado verano para presentar «Blood Red Roses» , un disco que, si bien no goza de la brillantez de sus mejores trabajos, al menos vuelve a ponerlo en circulación para todos aquellos que quieran tachar esa «x» en su lista de leyendas por ver.

«Volver al estudio ha sido algo tremendo, muy gratificante», dice el cantante británico , que asegura tener más balas en la recámara. «En el futuro me apetecerá hacer un disco de country , y quizá uno de folk egipcio», remata en tono irónico. «Pero antes lanzaré un nuevo álbum a finales de este año. Será una sorpresa, así que estad atentos».

Stewart viene para dar dos conciertos , este sábado en la nueva edición del festival Músicos en la Naturaleza , que se celebra en la localidad abulense de Hoyos del Espino, y el 3 de julio en el Marenostrum Music Castle Park de Fuengirola (Málaga), una región que conoce bien. «Sí, hace tiempo tenía una casa en Estepona, y todos los recuerdos que tengo son maravillosos. Allí siempre pasaba unas vacaciones llenas de vida y color», cuenta Rod «The Mod», que visitó España por primera vez en 1963 en un viaje con un final bastante peliagudo: una noche se echó a dormir debajo de un puente en Barcelona, y fue arrestado y expulsado a Inglaterra al aplicársele la ley de vagos y maleantes . «Mi deportación ocurrió hace tantos años que casi no me acuerdo cómo ocurrió. Pero sí recuerdo que British Airways pagó amablemente mi billete de vuelta a casa. Todavía se lo debo».

Espíritu

Al volver a casa, Rod se convirtió en el «mod» más guay de Londres y acabó tomando el puesto de cantante en la banda más emblemática del movimiento, The Small Faces . «Nuestra mayor virtud en aquella época era la espontaneidad», recuerda. «Eso, mezclado con unas cuantas copas de vino y un buen sentido de la amistad, nos dio el éxito».

En su cultivada opinión, «la música en los años sesenta y setenta era novedosa y excitante, y además, la tocaban músicos de verdad que saben tocar instrumentos de verdad. Todo lo que hicimos lo hicimos por amor a la música . El dinero y la fama no entraban en nuestra ecuación». Más de medio siglo después, Rod aún mantiene el mismo espíritu sin utilizar ninguna fórmula secreta. “O amas este oficio o no lo amas. En este trabajo no se le puede tomar el pelo a la gente», asegura el autor de «Maggie May», que en una entrevista del año 2003 aseguró que había dejado de ser «un bebedor y un mujeriego ». “¿De verdad dije eso?”, exclama recuperando el tono bromista. «No, en realidad dejé de serlo hace una semana».

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