«Nosotros, los artistas, somos frágiles; la ópera es frágil»
Jonas Kaufmann y Ludovic Tézier piden apoyos en favor de la ópera y la cultura tras el confinamiento
El tenor alemán Jonas Kaufmann y el barítono francés Ludovic Tézier , dos de los más relevantes cantantes de ópera de nuestros días, han unido sus voces para pedir apoyos en favor de la defensa de la cultura en general y de la ópera en particular, ante las seguras dificultades económicas que atravesarán todas las naciones.
Tenor y barítono han publicado un texto en la página change.org para solicitar adhesiones a su petición.
«Hace casi ochenta años -arranca el texto-, en el abismo de la guerra más homicida de la Historia y durante el ''blitz'' (los bombardeos sufridos por la capital británica por parte de la aviación alemana), en un Londres convertido en el último bastión de esperanza de los hombres libres, el gran Winston Churchill , ante la pregunta: ''Debemos recortar el presupuesto para las artes en aras del esfuerzo bélico'', respondía con gallardía sin igual : '' ¿Y entonces por qué motivo luchamos? ''».
»Invitamos humildemente, nosotros los artistas, a aquellos para quienes dicha respuesta constituye una verdad imperecedera a firmar la petición siguiente a efectos de expresar su adhesión a la idea de una sociedad en la que la belleza y la cultura no deban desaparecer y de una Europa que tiene el deber de perpetuar el más bello de los legados de su civilización: el Arte.
»En el momento del confinamiento, las difusiones con carácter gratuito ofrecidas por los teatros mas importantes, pero también por los artistas que participan en ellas, no lo olvidemos, son solo un recurso frente a la magnitud de la catástrofe representada por la cancelación en serie, sin compensación, de todos los contratos artísticos. Y el éxito que encuentran estas transmisiones paradójicamente atestigua el apego del público al «arte en directo ». Este público apasionado lo sabe, nosotros lo vivimos: el arte lírico está unido a estas tablas que dos milenios no han desgastado , y la digitalización actual, por muy reconfortante que sea, constituye, no obstante, solo un sustituto pálido y magnifico de una emoción frágil. Nosotros, los artistas, somos frágiles; la ópera es frágil .
»Queridos amigos de toda Europa y del mundo, que compartís nuestra fraternidad musical y apreciáis el valor de lo que aportamos cada día a la sociedad, vuestra firma será un apoyo fundamental al presente y el futuro del mundo lírico , pero asimismo a todas las profesiones del espectáculo en directo, hoy gravemente amenazadas, cuya actividad impregna la vida cotidiana con tanta naturalidad que todos hemos perdido la conciencia de este hecho. Apoyad a los artistas, apoyad una idea de vida que contribuya a la vida».
