Ilegales: «España es un país muy suicida»

El cuarteto liderado por Jorge Martínez presenta «Rebelión», su último disco, en directo en Madrid, Gijón y Barcelona

Los componentes de Ilegales, con Jorge Martínez a la cabeza ABC

Nacho Serrano

Tras el tonificante baño de popularidad catalizado por el éxito del documental «Mi vida entre las hormigas», Ilegales entregaron hace un par de meses uno de los mejores discos de su carrera, «Rebelión». Este viernes comienza la gira de presentación ( fechas aquí ), así que sin más preámbulos, cedemos la palabra a su inefable líder, Jorge Martínez .

El disco es un formidable combo noqueador.

Efectivamente, quisimos hacer un disco que discurriese muy rápido, acorde a estos tiempos en los que todo va a toda leche. Es un disco aerodinámico, que además se mete en todos los jardines posibles. Habla de la homosexualidad, de la rebelión, de sucidio, drogas... Y ha funcionado.

Es como si se hubiese retrotraído a los ochenta, cuando se podían decir más cosas que ahora.

En esos años se acababa de terminar con la censura, y los derechos laborales se habían ampliado considerablemente. Las máximas cotas de derechos fueron en esa época. La sanidad pública creció, se hizo universal. Ahora no se sabe muy bien si lo es o no lo es… Estamos en un momento de decadencia, joder… Derechos laborales, ninguno, inexistentes. La sanidad y la educación se financia con los contribuyentes y luego se deja en manos privadas. Las libertades se han restringido con la ley mordaza. Ahora es el momento de atreverse a decir cosas, cuando es jodido. Ahora es cuando más hace falta.

¿Pensó en posibles malas reacciones cuando escribía?

Algunos se han ofendido ya con las canciones, pero es que yo escribo para esa gente, para ofenderles. También ha habido mucho piropo claro, ¡jaja! Pero hay ofendidos profesionales. Tantos, que ahora hay bufetes de abogados que se dedican exclusivamente a este tipo de batallas legales absurdas. Hay un montón de ellos. Saben que no van a ganar, pero lo hacen para sacarle el dinero a los ofendidos.

¿La canción «Suicida» tiene un puntito de venganza por la censura que sufrió en su momento «Me gusta cómo hueles»?

(Risas) Podría ser verdad, porque sí que sufrió censura. Pero no. Es porque ahora vivimos un momento muy suicida. España es un país muy suicida. Ahora se dan las condiciones óptimas para estimular el suicidio. Si de la noche a la mañana te quitan toda posibilidad de salir adelante... Es curioso, porque los hombres bomba salen casi siempre del mismo entorno, creado por la exclusión y la falta de oportunidades. Un entorno donde calan los fundamentalismos.

Últimamente, la palabra «rebelión» ha tenido una connotación muy light en la música. La rebelión interior, el empieza por ti mismo... Usted habla claramente de la rebelión en la calle..

¡Buah! Lo de las rebeliones cósmicas nunca ha ido conmigo. Rebelarse es rebelarse contra los vampiros. Ahora mismo la sociedad está a punto de perecer de la forma más repugnante posible, ¡chupada por la banca! Cuando la banca no gana, se modifican las reglas para que sí gane. Tienen metida la mano en todo.

Un reciente artículo en la prensa estadounidense alertaba de inminentes revueltas civiles en el primer mundo.

De eso habla “Rebelión”. En las calles se oyen consignas como “si no luchas te matas”; que se dice en México, o “cuando mis hijos pasen hambre, los tuyos chorrearán sangre”. Que miles de personas griten eso, lo dice todo. Estamos en un momento en el que las autoridades dicen a cara descubierta que los gobernantes deben atender al dictado de los mercados. Si estamos bajo su dictado, ¿para qué cojones votamos? Esta democracia no es más que una república (sic) liberal burguesa, es totalmente sospechosa.

La canción “Si no luchas te matas” dice: “ser manso es peligroso”. Pero ser peligroso también es peligroso.

Yo creo que la mansedumbre es lo más peligroso. Hay un momento en el que es necesario liberarse de toda mansedumbre. Por ejemplo, sin la Revolución Francesa hoy todo se haría de una forma muy distinta. Pero luego está el lado contrario, ese gatopardismo de que todo cambie para que nada cambie. Pero yo creo en le rebelión, porque si no acabas siendo devorado. Si no ponemos límites, acabará habiendo leyes que digan que los gobernantes pueden comerse a tus hijos. Los artistas, por ejemplo, no hemos hecho nada al respecto. Todavía arrastramos los años noventa, que fueron muy hedonistas, se cantaba en inglés haciendo auténticas atrocidades… Es que los oías cantar y era “¡chaval, vete a tu casa!”. Ahora es un buen síntoma que incluso los indies recuperen el castellano en sus canciones.

Las comodidades amansan sin duda. ¿Qué piensa de la tecnología, de esa inteligencia artificial que presuntamente nos hará vivir felices sin mover un dedo?

No me da miedo, pero estoy alerta. Mis mecanismos de alerta funcionan constantemente. Los humanos no han nacido para estar tranquilos. Ninguna especie de este planeta lo está. El estado natural de nuestra especie no es la felicidad beatífica que nos quieren vender, y de hecho mucha esquizofrenias y enfermedades mentales del hombre moderno vienen por todo ese engaño, por esa falta de contacto con la realidad. Por eso yo promulgo el estar en contacto con la naturaleza lo más posible, exponerte a ella. Por ejemplo, yo buceo a pulmón en el mar de noche, con todos los peligros climatológicos, de animales del entorno… eso es muy bueno. Y también es muy humano, ese deseo de trascender en lo natural. Ese deseo es el que nos va a llevar a las estrellas.

Siempre me he preguntado por qué me pone tan enfermo hacer la compra, y creo que es porque ante tanta facilidad me siento como un cazador-recolector fracasado.

(Risas) Es una muy buena reflexión esa, muy interesante. Ahora la caza es difícil, se da en cierta medida… Joder, es muy buena reflexión (risas). Lo malo es que la caza no es demasiado factible ahora mismo como forma de vida.

Hablando de caza. Habrá visto las imágenes de los perros con el ciervo.

Esa es una situación que se da una vez entre millones. La gente no sabe mucho sobre animales… En ese momento tú estás viendo a unos perros, pero quien está actuando es el lobo. No se puede ignorar su naturaleza, joder, los vemos de una manera tan antropomórfica que no se sabe ni lo que llevan dentro. El perro que la gente tiene en su casa es un lobo al que se ha mutilado el instinto. A alguna razas más que a otras. El vídeo ese es un combate por la vida misma. Pero ese tipo de escenas no son muy frecuentes en la caza. Tampoco había que hacer un espectáculo con ello, como se hace con los toros. A mí no acaba de agradarme que se haga un espectáculo con el sufrimiento de un animal, pero los toreros suelen ser gente con ciertos valores, y además, el toro que muere en la plaza muere luchando después de vivir de puta madre cuatro años en una dehesa. Yo preferiría morir en una plaza luchando que vivir esclavizado antes de morir en el matadero. Además, sin las dehesas desaparecerían cientos de especies animales y vegetales, que viven gracias a la conservación de esos ecosistemas para el toro.

Aún causa polémica su canción «Eres una puta». ¿Qué posición tiene en el debate sobre la legalización?

Fue un homenaje a una querida amiga mía que era un auténtico portento sexual, hecho con todo el cariño. A ella le encantó, y gusta mucho al público femenino, fíjate tú. Sobre la legalización, por supuesto que estoy a favor. Tendrían derechos como todo el mundo y dejarían de estar a merced de proxenetas, y que no me vengan con mamonadas de que eso no se puede hacer. Hay que hacerlo, y con urgencia. Pero no hay el valor suficiente. Lo que hay es un cinismo tremendo. Siempre que veo a gente que hace declaraciones exaltadas en contra, es gente que está muy alejada de la realidad de la calle. Pero que muy alejada.

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