Hombres G arrasan en Nueva York en el final de su gira estadounidense
Cierran su tour con Enanitos Verdes en el emblemático Radio City Music Hall, lleno hasta la bandera
«No vamos a olvidar nunca esta noche, os lo juro», dijo David Summers desde el escenario del Radio City Music Hall el sábado por la noche. No era para menos. Los letreros de neón de la emblemática sala de conciertos neoyorquina iluminaban la Sexta Avenida con un «Sold out», «No hay billetes», para la última entrega de la gira estadounidense de Hombres G. Las seis mil personas que admite el recinto se habían pegado dos horas y media coreando himnos ochenteros , bailando por los pasillos del patio de butacas, abalanzados sobre las barandas de los tres palcos.
El cuarteto madrileño no puede atribuirse el éxito en exclusiva, sin embargo. Es un esfuerzo conjunto con Enanitos Verdes, una banda argentina de la misma generación que Hombres G , y con quienes han montado una gira, «Huevos revueltos», con las que han recorrido Sudamérica, EE.UU. y, próximamente, España.
El nombre del tour es un anticipo de lo que ocurre sobre el escenario. Los integrantes de Hombres G y Enanitos Verdes comparten canciones, se versionean unos a otros , se revuelven como unos huevos con patatas madrileños y chorizo criollo. Más que dos recitales, son dos bandas mezcladas en uno.
El cocktail funciona a la perfección. Apelan a la misma generación, adolescentes de finales de los 80 y principios de los noventa -no se veía un alma de menos de 35 años en el Radio City Music Hall-, ahora nostálgicos de aquella juventud. El concierto es una oportunidad para meterse en la máquina del tiempo y regresar a aquella época, desprovista de niños, jefes en la oficina o hipotecas.
También funciona porque comparten público, a pesar de ser dos bandas surgidas a diez mil kilómetros de distancia. Tras haber arrasado en España en los 80, Hombres G conquistó América a finales de los 80 y principios de los 90, en una época en la que algunas grandes bandas españolas tuvieron recorrido al otro lado del Atlántico. Enanitos Verdes nació en Mendoza, pero su éxito fue mayor en Colombia, México y China que en su propio país.
El gran acierto de ambas bandas en la gira es su generosidad y su falta de complejos. Saben lo que quiere el público -ese viaje al pasado- y se lo ofrecen, aderezado con la sintonía entre los componentes de los dos grupos. El resultado es un concierto fresco, con un gran sonido, divertido y variado . La demostración de que funciona está en la categoría de los escenarios en los que han tocado en EE.UU. En Las Vegas tocaron en The Joint, el escenario del Hard Rock Hotel. En Los Ángeles, Hombres G se convirtió en el primer grupo español en subirse al Hollywood Bowl, un espacio mítico al aire libre en las colinas de la ciudad, construido en 1999, y donde han tocado desde los Beatles a Pink Floyd . También visitaron otra docena de ciudades estadounidenses, de punta a punta del país, de Boston a El Paso.
En Nueva York arrancaron con «Chica cocodrilo», uno de los muchos clásicos que sonaron de David Summers, Daniel Mezquita, Francisco Javier de Molina y Rafael Muñoz. En un ejemplo de lo que sería el recital, se quedaron para interpretar «Guitarras blancas» , de Enanitos Verdes, junto a los músicos argentinos, pero con voz de Summers.
«Este es el último show de una gira maravillosa que nos ha hecho recorrer este país . No hay mejor cierre que estar esta noche con vosotros en este recinto», dijo el cantante, cuando del impresionante vestíbulo Art Deco del Radio City Music Hall todavía entraba gente.
Los clásicos se aceleraron en la recta final: «Pero recuerda», de Enanitos Verdes; «Venezia» y «Sufre mamón», de Hombres G , con los dos grupos enteros en el escenario. Dos baterías, dos bajistas, varios guitarras, demasiadas voces, como en una fiesta despreocupada. El cierre fue « Lamento boliviano», la canción más conocida de Enanitos Verdes en toda Sudamérica. En realidad, es una versión de otro grupo mendocino, Alcohol Etílico, que apenas salió de su provincia, como tantas otras bandas. Enanitos Verdes pudo despegar más allá no solo de Mendoza, también de Argentina. Como Hombres G, lo celebraron con nostalgia y generosidad .
