Hermanas Labeque: «Todos los vascos vuelven a su tierra antes o después»

El dúo de pianistas estrena mañana miércoles en San Sebastián su proyecto «Amoria», un viaje por seis siglos de música vasca

Las hermanas Katia y Marielle Labeque Mila
Julio Bravo

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Katia y Marielle Labeque son dos hermanas que desde hace muchos años conforman uno de los más célebres y aplaudidos dúos de piano del panorama musical internacional. A su calidad añaden también su arrojo, ya que a lo largo de su carrera se han embarcado en proyectos tan heterodoxos como atractivos; entre ellos, el que realizaron hace una década con la cantaora Mayte Martín . Ahora han vuelto de nuevo sus ojos hacia España y, más concretamente, hacia el País Vasco. Su música es la protagonista de « Amoria » (Amor, en vasco), un proyecto que han grabado para el sello Deutsche Grammophon y que presentarán mañana miércoles 29 en la Quincena Musical Donostiarra ; después lo harán en Vitoria, San Juan de Luz, Bilbao y Pamplona. En él intervienen artistas como el contratenor Carlos Mena , la violista de gamba Elena Martínez de Murguía o el grupo Hegiak, liderado por Thierry Biscary .

«Teníamos muchas ganas de hacer un homenaje a la cultura vasca -dice Katia Labeque-; nosotras nacimos en Bayona , somos vascas aunque nos marchamos de allí cuando todavía éramos niñas; nuestra madre es italiana y vivimos en Italia desde hace veinticinco años, pero siempre pensamos que un día volveremos... Todos los vascos vuelven más tarde o más temprano . La cultura vasca es muy interesante; es minoritaria, pero nunca ha perdido su identidad, y eso es muy raro».

«Amoria» es un proyecto que recorre seis siglos de música vasca: desde Johannes Anchieta (1462-1523) hasta el citado Thierry Biscary (1975), y en él aparecen Bernardo Zala Galdeano, Balere Artxu Idiart, José Gonzalo Zulaika, Jesús Guridi, Alberto Iglesias, Gabriel Olaizola , el navarro Pablo Sarasate, Pierre Borcaderre, Harkaitz Martínez de San Vicente; Mikel Ugarte y Maurice Ravel , del que se ofrecen «Deux mélodies hebraiques» y la versión para dos pianos que el propio músico realizó de su celebérrimo «Bolero». «Son obras muy distintas -dice Katia Labeque-, y ahí radica su belleza de este recorrido que hacemos por la música vasca». El folclore -«yo prefiero hablar de música tradicional», dice la pianista- no es tampoco el leit motiv. «Tenemos a Anchieta, que es un polifonista... Hemos mezclado muchos tipos de música; seria, bella... “ Kaddish ”, de Ravel, no es folclórica; pero hay un nexo entre los vascos y los judíos: cuando a estos se les expulsó de Pamplona, se refugiaron en Bayona, donde se creó una comunidad judía muy fuerte, y Ravel escribió dos canciones... Ravel se sentía vasco. En el libreto del disco recogemos unas palabras suyas en las que contestaba a los que le acusaban de ser un hombre frío. Se defendía diciendo que era vasco, y que los vascos no se abrían tan fácilmente». «Se habla de la sequedad de mi corazón -se lee en dicho libreto-. Es falso. Pero yo soy vasco y los vascos se entregan poco y solamente a unos pocos ». «Es así -corrobora Katia Labeque-. Los vascos no son gente con la que es fácil comunicarse si no se conoce nada de su tradición, de su cultura. Pero después son muy abiertos. La descripción del País Vasco que se recoge en el libreto es muy hermosa».

Katia y Marielle Labeque forman un respetado dúo de pianistas. Varias de las piezas que se escuchan en el disco están escritas originalmente para esta formación ; los arreglos se han hecho fundamentalmente en las canciones tradicionales, como « Haika Mutil » o «Argizazi Ederra», y hay piezas también en que se toca el pianoforte a cuatro manos.

Destaca en el proyecto la presencia de Alberto Iglesias , el compositor que habitualmente escribe las bandas sonoras de las películas de Pedro Almodóvar (además de otros muchos cineastas). Las hermanas Labeque preparan un proyecto con el músico donostiarra, y le pidieron que compusiera una pieza para este disco. El resultado es « Discret charme aux arbres », escrita para dos pianos y contratenor. «Alberto es un compositor vasco muy importante, que es un enlace entre la música popular y la música clásica: no solo ha escrito para cine, también tiene piezas sinfónicas muy importantes. Es un autor extraordinario, fantástico, y queríamos que estuviera en este trabajo».

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