Los Guns N’ Roses, reunidos veinte años después
Los Guns N’ Roses, reunidos veinte años después - ABC

Guns N’ Roses: una reunión marcada por malos recuerdos

La banda angelina trae esta noche su «Not in this lifetime tour» al Vicente Calderón de Madrid

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Se hizo el milagro. Tras años de rumores que no llegaban a ninguna parte, tras varias giras en las que su cantante actuaba en solitario apropiándose del nombre del grupo (acompañado por una banda de «mercenarios», como los llamaron los seguidores más cabreados), Guns N’ Roses han vuelto a los escenarios con el núcleo duro de su formación original.

Axl Rose, Slash y Duff McKagan han hecho esperar tanto a sus fans que a algunos casi se les han quitado las ganas y, de hecho, el nombre de su gira («Not in this lifetime», «No en esta vida») es un guiño a los que ya lo daban por imposible. Pero a juzgar por las cifras, hasta sus hinchas más desencantados han sido seducidos por esta reunión. En la primera parte de su gira han vendido dos millones de entradas, logrando el «sold out» en todas las fechas ofrecidas en Sudamérica. El pasado 27 de mayo iniciaron en el Castillo Slane de Dublín esta nueva parte del tour, que ya ha recalado en Bilbao (con llenazo en el estadio de San Mamés) y que este domingo desplegará su monstruosa logística en el Vicente Calderón.

La última gran banda

Es razonable que a Guns N’ Roses se le adjudique el título de «la última gran banda de rock». Ellos fueron los últimos melenudos habituales en el número uno de las listas de ventas y, desde su separación, el género no ha vuelto a tener el protagonismo mediático de antaño. Han ido apareciendo grupos de mucho éxito como The White Stripes, The Strokes o Muse, que han llenado estadios y han vendido millones de discos. Pero en realidad, más que reinar, estaban resistiendo los embates del cambio de paradigma que ha caracterizado los últimos veinte años de la industria de la música: el adiós a las guitarras.

Las dos piezas principales del mito angelino, Slash y Axl, nunca se llevaron del todo bien (hay quien dice que en esta gira se está notando), y sus trayectorias en solitario han evidenciado caracteres muy diferentes. Mientras el guitarrista siguió una línea fiel a la sencillez de espíritu del hard-rock, el vocalista emprendió una extravagante carrera marcada por un disco, «Chinese Democracy», que tardó la friolera de 14 años en terminar después de gastar una auténtica millonada en su producción. Este aspecto megalomaníaco de su personalidad podría explicar su rabieta cuando se enteró de que Slash había colaborado con el amo absoluto del mundo del espectáculo, Michael Jackson. Aquello fue el principio del fin, pero él asegura que no fue por envidia, sino porque de pequeño sufrió los mismos abusos que Jackson presuntamente había cometido, así que pudo ser su trauma infantil el que, de forma indirecta, terminó con el grupo. Veremos si esta vez tiene controlados a sus demonios.

Ver los comentarios