Guillermo García Calvo
Guillermo García Calvo - Ignacio Gil
CRÍTICA DE MÚSICA

«Elena e Malvina», de Ramón Carnicer: el vértigo de lo conocido

La Orquesta y Coros Nacionales de España recuperan la partitura bajo la dirección de Guillermo García Calvo

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Tiene su gracia observar a los artistas menores que dan sentido a la continuidad histórica del arte. Pintores que trabajaron en el taller de los maestros con tan buen oficio que hace dudar a los especialistas sobre la autenticidad de determinadas obras; epígonos, adláteres que abrazaron el estilo de moda conformándose con dejar huella de su dominio profesional. Ramón Carnicer, ya se sabía, recreó, recompuso y difundió la fama de Rossini por España. Su ópera «Elena e Malvina» lo confirma. Acaba de escucharse en interpretación de la Orquesta y Coro Nacionales de España justificando su voluntad de recuperación patrimonial. Hoy, la salvación de la obra debe mucho a la energética dirección musical de Guillermo García Calvo, a la sólida aptitud del coro y orquesta, y a un potente reparto de voces, como demostrará la grabación del concierto y su posterior difusión discográfica.

Concierto extraordinario de la OCNE (****)
Ramón Carnicer: «Elena e Malvina». Intérpretes: Raquel Lojendio , Clara Muñiz

«Elena e Malvina» toma forma a través de la edición musical de María Encina Cortizo y Ramón Sobrino, musicólogos con residencia en la Universidad de Oviedo. En tierra de orvallo es incesante el goteo de obras recuperadas. También desde aquel crisol de ciencia y con la intención de blanquear el panorama se han difundido ideas que merece ahora la pena parafrasear. Surge así la pregunta: ¿qué ha obligado a recortar recitativos impidiendo disfrutar de la versión primigenia de la obra desairando el rigor de la edición?. Puestos a recuperar el repertorio, qué mejor que hacerlo lo más fielmente posible, dando el valor histórico que la obra merece.

Ahora bien, ¿es realmente «Elena e Malvina» una obra interesante en sí misma? El remedo de Carnicer es música bien escrita, hábil en la imitación, sin ningún número verdaderamente original o con entidad para ser recordado por sí mismo, más allá de una segunda parte un punto más personal incluyendo el «duetto» femenino. ¿Cuál fue entonces el criterio de selección de la obra? Son muchas las óperas que aún están esperando ver la luz y sin duda son muchas las magistrales que aguardan su turno. No parece que «El asunto Carnicer» sea suficiente motivo para elegir este título.

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