Ainhoa Arteta

Ejemplo personal y profesional

Con Caballé se nos ha ido una de las sopranos más grandes que habrá dado la historia del canto no solo en España, sino en el mundo entero

Ainhoa Arteta

Llegué a Montserrat Caballé a través de su hija, Montsita. Su hija era maravillosa y no tardé en descubrir que ella también lo era. Nos unía nuestra condición de madres y sopranos. Teníamos una relación de una gran complicidad. Ambas conocíamos las dificultades que entrañaba ser mujer y madre y llevar esta carrera.

No hay duda. Con Caballé se nos ha ido una de las sopranos más grandes que habrá dado la historia del canto no solo en España, sino en el mundo entero. Siento una gran admiración profesional hacia ella, que era un ejemplo en muchísimas cosas, profesionales y personales.

Era una señora entrañable, una persona de una humildad y una humanidad increíbles, que no cambió con la fama. Nunca he podido olvidar el momento en el que hice «Doña Elvira» con su hija y ella me envió todo un dossier de información sobre «Doña Elvira» que tenía ella para que me preparase bien el papel. Así era ella.

Lo hacía todo con una sonrisa contagiosa en el rostro. Aunque siempre le tocaba hacer roles dramáticos tenía un sentido del humor tremendo.

Me gustaría que pasara a la historia como alguien muy grande y que representa muchísimo este país. Ha sido capaz de dejar una huella indeleble en todo el mundo. Y así debería ser recordada: como una de las grandes sopranos de todos los tiempos, y como una gran mujer.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación