Arturo Sandoval, en su casa de California
Arturo Sandoval, en su casa de California - ARMANDO ARORIZO

Arturo Sandoval: «No soy Jesucristo para poder solucionar los problemas de Cuba»

El prestigioso trompetista de jazz cubano, que actúa el jueves en Madrid, lamenta que en la isla no puedan escuchar su música, prohibida por el castrismo

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Arturo Sandoval (1949) reconoce que no empezó a disfrutar plenamente de la música hasta que, en 1990, se escapó de Cuba a Estados Unidos. El trompetista tiene sus razones, pues pasó tres meses en la cárcel por oír clandestinamente «La Voz de América», una emisora prohibida por el régimen de Castro. «Era la única forma que tenía de escuchar jazz, hasta que un sargento me descubrió y acusó de oír al enemigo», cuenta desde su casa de Los Ángeles, mientras espera a su «gran amigo» Joe Pesci, el actor, al que está grabando un disco («Es un cantante extraordinario»).

Quién le iba a decir cuando era niño y su primer profesor le dijo que no se le ocurriera volver a tocar la trompeta, y menos aún pensar en dedicarse a la música, que iba a ganar diez Grammys, seis Billboard y un Emmy, y recibir de manos del presidente Obama

la Medalla de la Libertad, el mayor reconocimiento civil de los Estados Unidos, sin saber si le conocen en su país de origen. El jueves actúa en Madrid, siete años después, para abrir la quinta edición del Clazz Continental Latin Jazz.

-¿Cree que en Cuba los jóvenes habrán podido escuchar su música?

-No lo puedo saber, porque mis canciones están prohibidas en la isla. Y no lo entiendo, porque ¿qué delito he cometido? Si alquien me escucha, será de una manera un poco underground.

-¿Por eso no disfrutó de la música hasta que huyó de Cuba?

-Exacto, porque cada cosa que hacía tenía que llevar cuidado con las autoridades. En Estados Unidos, por primera vez, tuve libertad de hacer lo que quería, y en Cuba ni podía oír jazz.

-¿Es ésa la mejor música para representar la libertad?

-El jazz es la libertad a través de la improvisación, la espontaneidad y la creación en directo. Por eso me gusta, porque la libertad es lo más importante de una persona. Sin ella, no hay vida.

-Para los castristas debe ser duro que un cubano reciba el mayor reconocimiento de su enemigo, ¿no?

-No lo creo, más bien pienso que no les importa, ni le prestan mucha atención. Para mí, sin embargo, fue una satisfacción inmensa, una alegría que llevaré siempre en mi corazón y que jamás olvidaré. Lo recibí el mismo día que Clinton y Oprah Winfrey, pero yo viniendo de Cuba, así que imagínese.

-Tras 25 años sin pisar Cuba, ¿qué haría si le invitaran a tocar allí?

-No creo que eso pueda ocurrir. Soy persona non grata para el Gobierno cubano y tengo pasaporte estadounidense. Me gustaría, claro, pero no vivo aferrado a la nostalgia. Y aunque me duela lo que pasa en Cuba, ni soy culpable, ni tampoco Jesucristo para solucionar sus problemas.

-¿Cómo ve los últimos cambios que se están produciendo?

-No creo que la respuesta del Gobierno cubano haya sido consecuente con los esfuerzos de Estados Unidos para restablecer relaciones. Todo se ha traducido en menos libertades y más represión, presos y exigencias por parte de La Habana. Las condiciones que pone Cuba son muy desiguales y creo que, a la larga, lo que está haciendo la Casa Blanca es darle más gasolina a la dictadura cubana para que permanezca en el poder.

–¿No tienes, por lo tanto, esperanza de ver la democracia pronto en Cuba?

–Para creer en los cambios, hay que verlos. Que la gente tenga libertad, que se respeten los derechos humanos y a los disidentes, que haya opciones de que exista una oposición. En Cuba no hay elecciones libres en las que se pueda votar a otros partidos y sólo hay una estación de radio, un periódico y un canal de televisión, controlados al cien por cien por el Gobierno. No hay manera de que alguien pueda usar algún medio para difundir otras ideas. Así, te puedes imaginar que es muy difícil que se produzcan cambios profundos hacia una democracia».

Por cierto, parece que los músicos cubanos estáis hechos de otra madera, tocando hasta que el cuerpo os aguante, como Bebo Valdés. ¿Tú, a tus 65 años, nunca has pensado en retirarte?

–Eso no lo voy a decidir yo, sino Dios. Tocaré hasta que él quiera. Yo disfruto componiendo música y dando conciertos. No paro. Tocar en directo es la vida, te rejuvenece

[Dos días antes de la llamada de ABC, Sandoval acababa de regresar de Europa y, al día siguiente, se marchaba a Corea del Sur, después a Francia y, más tarde, empezaba otra extensa gira por Estados Unidos]

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