Cádiz

Pablo Juliá ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de Cádiz

El historiador, fotógrafo y gran investigador de las artes visuales ha ingresado con un discurso en el que ha revisado su trayectoria vital y ha reflexionado sobre el documentalismo y la fotografía

Pablo Juliá Juliá condecorado por el presidente de la Real Academia de Bellas Artes de Cádiz José María Esteban F. Jiménez

M.L.

Pablo Juliá (Cádiz, 1949) ingresó este miércoles como académico de número en la Real Academia de Bellas Artes de Cádiz. El historiador, fotógrafo y gran investigador de las artes visuales ha ingresado con un discurso donde el neófito ha revisado su trayectoria vital y ha reflexionado sobre el documentalismo y la fotografía. Así ha recordado a Dorothea Lange y su visión de la Gran Depresión de 1929 y a figuras como Henri Cartier Bresson por la influencia que han tenido en muchos fotógrafos.

El acto organizado por la prestigiosa institución gaditana ha estado presidido por José María Esteban de la Real Academia de Bellas Artes y también contó con la presencia del diputado provincial de Deportes e Ifeca, Jaime Armario .

Tras la lectura del acta donde se acordó la elección de Juliá, el nuevo académico pronunció su discurso de ingreso donde recordó cómo descubrió la magia de la luz y la naturaleza de las fotografías a través de las cámaras oscuras infantiles que se proyectaban en las paredes y de los juegos de luces y sombras que atraparon su mirada y su sensibilidad. Un maestro jesuíta le regaló una cámara Yashica que despertó su fascinación por cine y las películas.

Pronto también despertaron sus inquietudes políticas y militó en la clandestinidad durante el franquismo, colaborando en el periódico ‘El Socialista’. También ha trabajado para ‘El País’ y las revistas ‘Torneo’, ‘Tierras del Sur’ y ‘Cambio 16’, entre otras. Juliá, testigo en primera persona del paso de la Transición a la Democracia , logró capturar con maestría la España de los años 70 y primeros 80 en imágenes que hablan por sí solas. De esta época datan algunas de sus fotografías más icónicas como la célebre de ‘la tortilla’ con un picnic de jóvenes líderes socialistas andaluces, las manifestaciones pidiendo la autonomía, presidentes de la Junta como Rafael Escuredo o Manuel Chaves; Manuel Fraga con aquel rótulo de «Andalucía vota PSOE» o la instantánea que recuerda la batalla un David contra Goliat en la imagen de un trabajador de los astilleros de Puerto Real que honda en mano y entre humo se enfrenta a la policía.

Kiki, Manuel Chaves, Pablo Juliá, José Ramón Ripoll y José María Esteban

El académico de número Joaquín Hernández ‘ Kiki ’ fue el encargado del discurso de contestación como compañero de la sección de Artes visuales y gráficas. El fotógrafo reparó en los valores fotográficos en las imágenes de Pablo Juliá, instantáneas que son caricias para la mirada y que plasman, en muchas ocasiones con la sobriedad del blanco y negro, la humanidad y el trasfondo de los retratados.

Así mismo, el fotógrafo gaditano ha querido hacer hincapié en la necesidad de que esas imágenes se conozcan y se transfieran a los jóvenes. Una inquietud muy presente para la Academia de Bellas Artes que ya tiene proyectados talleres de fotografía para jóvenes e incluso un homenaje al fotoperiodista de Jerez Emilio Morenatti.

Pablo Juliá Juliá en un momento del acto Francis Jiménez

Una Academia sin sede

Finalmente, José María Esteban, presidente de la Real Academia de las Bellas Artes de Cádiz , ha querido dar una calurosa bienvenida al nuevo Académico y aprovechado para recordar cuáles son los objetivos y prioridades de la institución.

Esteban ha reiterado la necesidad de contar con una sede --aunque sea provisional--. El presidente ha explicado que siguen sin poder volver al edificio del Callejón del Tinte, junto al Museo, porque presenta un estado de deterioro y abandono muy preocupante, con algunos de sus techos apuntalados .

Con la recuperación de la sede, se podría exponer el patrimonio de la institución e incorporarlo como un elemento museístico más. La Academia atesora cuadros, --los académicos cuando ingresan regalan uno a la entidad y también se han recibido como donaciones--, mobiliario del siglo XVIII y una magnífica biblioteca entre otras muchas piezas. Y es que la Real Academia de Cádiz es la única que no cuenta con sede y debe realizar las actividades que organiza en espacios cedidos.

Este año, están previstos talleres de fotografía, convocatoria de premios, conferencias de los académicos (el verdadero tesoro de la Real Academia), exposiciones y nuevos ingresos entre los que se encuentran los de Liliane María Dahlman , doctora en Historia, Archivera, Bibliotecónoma y Presidenta del Archivo General de la Fundación Casa Medina Sidonia y Juan Antonio Vallejo Sánchez , doctor en Historia y Arqueología, y director del Museo de Cádiz.

José María Esteban ha desvelado que la Academia tiene previsto fomentar la figura de los Académicos de Honor y propondrá que se designe como tal al gaditano Augusto Delkáder. Para concluir su intervención, el presidente ha recordado que la cultura hace a la persona más libre; el conocimiento permite disfrutar y comprender la importancia del patrimonio. La Real Academia, como colectivo de profesionales, trata de fomentar los valores de las bellas artes, así como su defensa y conservación para mantener viva la conexión de los ciudadanos con nuestro patrimonio.

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