Cuando el mar se convierte en amor

El libro ‘Voces del mar’ recoge la pasión y la vocación didáctica sobre el océano de Gregorio Gómez Pina

Gregorio Gómez Pina, con un ejemplar de su libro Francis Jiménez

A. G. Latorre

El último libro de Gregorio Gómez Pina , ‘ Voces del Mar: recuerdos y diálogos de un ingeniero ’ (una compilación de sus artículos publicados en prensa) nos sumerge y, a la vez, nos da una perspectiva con distancia de la que es una de sus grandes pasiones: la mar. Lo deja a las claras en una de sus páginas, donde confiesa que su vida ha estado marcada por el mar. Y por la literatura . Por eso, que aunara esa doble vertiente en escribir del océano, en tratar de abarcarlo, era casi un inevitable. Como inevitables son las olas. Y las mareas. Aunque inevitable no significa que no se puedan conocer mejor sin dejar de admirarlas, como demuestra de manera amena en cada página del libro.

Su estilo recuerda, en ocasiones, a la propia marea . Da la sensación de ser calmo, cercano a la confesión, sin reparos en el empleo de la primera persona y a la alusión a la historia que le fue llevando de Cartagena a Hawái y a Cádiz en un mismo océano con nombres distintos.

Pero como el piélago, sus artículos no esconden fiereza cuando tiene que denunciar la falta de pericia de las administraciones (a las que conoce bien, ya que ocupó el cargo de Jefe de Demarcación de Costas) o la confianza de la sociedad en que los tsunamis, temporales y demás hipérboles marítimas son sólo cosas del pasado o de lugares exóticos.

En una de sus frases resume muy bien su propio libro. «La percepción del mar desde el conocimiento científico no le resta belleza ni le quita poesía y pasión a los que por vocación nos dedicamos a su estudio y enseñanza» . Curiosamente, esta sentencia la escribió en diciembre de 2018, año y medio antes de la publicación de ‘Voces del mar’. En ese artículo, llamado ‘ El mar, percepciones de un ingeniero ’ y que él mismo reconoce como uno de sus más destacados, desea a los lectores «que disfruten de la belleza y la serenidad que el mar nos transmite».

Un deseo que flota, como una bruma, en el libro, conformando una declaración de amor al mar y un ejercicio didáctico de primera magnitud. Cada maestrillo tiene su librillo, y Gómez Pina lo sabe a la perfección, ya que también ha ejercido el oficio de maestro como profesor universitario asociado en la Politécnica de Algeciras .

En el prólogo, el director de este periódico, Ignacio Moreno Bustamante , ya subraya que por las venas de Gómez Pina corre sangre periodística. Del libro, destaca que recoge «toda su sabiduría, sus preocupaciones, sus experiencias... su vastísima cultura sobre el mar». Moreno Bustamante señala que la obra «nos sitúa frente al mar». No sólo para contemplarlo como en la célebre canción de Jorge Sepúlveda sino, como se intenta en cada una de las 262 páginas de este libro ( publicado por ‘Éride ediciones’ ) para comprenderlo un poco más.

Medio centenar de artículos

El libro, que recoge 48 artículos, se estructura en siete capítulos, cada uno presentado con una cita. Recorrerlos es adentrarse un poco en la biografía de Gómez Pina. Así, ‘Voces del mar: recuerdos y diálogos de un ingeniero’ se divide en ‘ Sobre faros ’ (que apasionan al autor, como refrenda que su primera novela se titule ‘Un mundo entre faros’), ‘Sobre el mar y las playas’, ‘Los tsunamis o maremotos: ciencia y presencia’ (una de las obsesiones es el establecimiento de mecanismo de prevención contra la gran ola), ‘Fenómenos extraños del mar’ (quizá el que más sorprenda la lector, que descubrirá que lo que parece aleatorio tiene detrás mucha ciencia), ‘Aires escandinavos’ (donde se cuelan las dos navidades que vivió en el norte de Europa) , ‘Historias de Hawái' (donde se ablanda el corazón del ingeniero recordando su época en la Universidad de Honolulu) y ‘Personajes’ (donde recoge uno de sus escritos más emotivos, dirigido a su amigo Nandi y que fue publicado en ‘La Verdad’). Y es que no sólo hay mar en este libro, también amigos, recuerdos y emociones por ver cómo su novela iba cobrando forma.

El autor muestra cómo el conocimiento sobre los fenómenos marinos no le resta poesía ni pasión al mar

El libro compendia artículos que abarcan quince años , desde el 23 de enero de 2005 cuando publicó ‘¿Qué es un tsunami?’, hasta el 1 de noviembre de 2019 cuando ‘El tsunami que no llegó a Cádiz’, apareció impreso en LA VOZ. En ellos se percibe una coherencia en el estilo y un gusto por recurrir a la anécdota para que la teoría se fije .

Así por ejemplo, para mostrar la importancia y valía de los fareros (o torreros, como él subraya que es el término correcto) narra las vivencias de algunos de ellos como la de la familia Matelot (con un deber más allá de la muerte) o de la arrojada Grace Darling (que llegó a convertirse en una celebridad en Inglaterra). O la desconocida hazaña del torrero del Cabo de Palos, uno de los faros de su vida, con el de Chipiona. De ambos ha señalado las semejanzas (en utilidad y emotividad) y peculiaridades.

Sabiduría frente a mitos

El nexo común de todos, el mar, la mar. «Todo lo que le sucede al mar y a sus playas tiene una repercusión enorme en la vida gaditana» , resume. A veces, explica que esa sabiduría popular da en el clavo, como en el caso de las tres marías, las olas que vienen en una sucesión de tres en tres en la playa de Santa María. O yerra, como cuando el común de los ciudadanos se echa las manos a la cabeza por los escalones (él corrige, escarpe es la palabra correcta) que aparecen en la arena de la Victoria, un proceso inevitable que explica pacientemente en varios escritos.

Y aprovecha, con la ciencia en la mano, para tapar la boca a quienes claman por que las playas gaditanas cuenten con los aportes de arena antes de la Semana Santa. Como él mismo denuncia, «los problemas de las playas se abordan con ideas preconcebidas y, en ocasiones, con poco fundamento científico ».

Cádiz y los tsunamis

Pero si por algo es conocido Gómez Pina en la ciudad es por su lucha para la implantación de medidas de prevención ante la llegada de tsunamis , aspecto al que dedica un generoso apartado en el libro. El ingeniero confiesa con cierta sorna que un amigo le dice que cuando llegue la gran ola «la gente va a pensar que es cosa tuya». En una serie de artículos, establece de forma clara que las administraciones públicas deben acometer planes de evacuación vertical que mitiguen los efectos del maremoto y de educación para que la población sepa percibir las señales previas al maremoto. Y pone como ejemplo el caso de la niña Tilly Smith , cuyo conocimiento de que el mar se retrae antes de la llegada de un tsunami salvó cientos de vidas en Puketh (Tailandia).

Cómo no, da detalles de lo que fue el maremoto de Cádiz de 1755 (por ejemplo, explica que no llegó una, sino cinco olas y que la más destructiva fue la tercera y cuánto tiempo tardaron en llegar las olas desde su formación) y apunta a la existencia de hasta cinco maremotos (de escasa intensidad) en el último siglo en Cádiz. Gómez Pina, ante la superstición y la inacción, opone la estadística y la ciencia e ironiza con un «para qué nos vamos a complicar la vida con esto del tsunami. Si viene uno, ya veremos qué pasa».

En definitiva, ‘ Voces del mar: recuerdos y diálogos de un ingeniero ’ es un libro que huele a arena y sal y que hará que, cuando acabe su último capítulo, el lector note que ha conocido un poco mejor a ese viejo compañero que ocupa las tres cuartas partes del mundo llamado mar.

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