CULTURA

Las librerías más singulares de Sevilla

Por su estructura o su historia, por los ejemplares que vende o la oferta que plantea, estos son los espacios más particulares donde comprar libros

Librería Boteros Raúl Doblado

Luis Ybarra Ramírez

Fue Graham Greene el que dijo aquello de que «Escribir es una forma de terapia. A veces, me pregunto cómo se las arreglan para vivir sin escribir». Pero, en realidad, lo verdaderamente difícil, o imposible, es renunciar a la lectura, porque eso sí es esquivar un acceso directo a la mezcla más sublime de divertimento y cultura. Tanto es así, que lo buenos «librópatas» (nosotros ponemos el adjetivo delante para reconocernos) entendemos la compra de un ejemplar como un acto en sí .

Una experiencia diferenciada de la propia deglución de las páginas. Por eso, tiene sentido presentar las librerías más particulares de Sevilla. Por la historia que cargan a su espalda o el emplazamiento que ocupan, por los extraños títulos que pueblan las estanterías , su curiosa oferta o la cuidada disposición, planteamos una selección de algunas de las más singulares de la ciudad.

1

Zona del esecenario de la librería Verbo, en Sierpes Vanessa Gómez

Verbo

Todo escritor que presenta sus trabajos en este espacio de la calle Sierpes sin conocerlo previamente tiene una reacción parecida: la sorpresa, el comentario, la fascinación. Y es que no hay demasiados teatros de este estilo en el mundo que se hayan transformado en un castillo de la ficción . Beta estuvo durante una década y, más tarde, llegó esta nueva marca, hace apenas un par de años. Desde entonces, sin duda, es el buque insignia de Verbo.

Arriba, en el viejo ambigú, se organizan reuniones, talleres y mesas redondas. No obstante, el encanto se proyecta hacia fuera: el escenario, los muebles bajos de madera que permiten alzar la vista por el edificio, la delgada alfombra roja que cruza en nuestra imaginación el patio de butacas y las continuas exposiciones de cuadros y, sobre todo, fotografías que se suceden de temáticas muy diversas. Música, paisajes, amargas realidades sociales. Todo ello cabe sin problema en el antiguo Teatro Imperial , donde disponen de secciones dedicadas a la imagen, la narrativa, la poesía o la literatura infantil. No creen en la especialización, según ha explicado en alguna ocasión el librero José Manuel Tapias , pero sí en un buen fondo de armario con el que encerrarse vastas temporadas.

Por todo ello, se ha convertido en una especie de monumento visitable . Lugar de puerta relativamente estrecha e interior de claridad diáfana en el que turistas y paisanos entran a menudo con la intención de salir con una historia bajo el brazo o con un retrato en su teléfono móvil que probablemente nunca más volverán a mirar.

2

Botellas de vino y libros en la Isla de Siltolá Raúl Doblado

La Isla de Siltolá

Existe una ubicación inconclusa tras una cortina de versos que únicamente se puede alcanzar a través de la poesía. Con esa idea, nació en el año 2009 esta librería sevillana que también tiene su propia editorial. Sombría como los textos casi siempre agridulces y reflexivos del poeta, en la calle San Bernardo, un sillón de mil colores y unas paredes apuntaladas de lomos de cartón y botellas de vino nos esperan con un catálogo inusua l de por medio. La mayoría de los títulos con los que cuentan son aquellos que pertenecen a ese grupo que de manera habitual queda fuera de las listas que hablan de cifras desorbitadas.

Estamos, por tanto, ante un rincón recogido donde podemos hacernos con un caldo criado en bucoy o un libro. Poseen colecciones no solo de poesía, sino también de narrativa, ensayo o incluso aforismos y haikus . Para destapar a autores locales, como Rocío Arana o Victoria León, y otros grandes desconocidos de Latinoamérica, como Mauricio Molina Delgado, es una de las mejores opciones. Por supuesto, los dueños de todo esto, María Zambrano, Pessoa, Tolstói..., tienen aquí un mostrador donde exponerse. Es preciso mencionar que en los meses venideros se trasladan a la calle Recuerdo Rubio número 4 , en el barrio de Viapol.

3

Interior de la librería RM, en Reina Mercedes Raúl Doblado

Librería RM

De un fogonazo, esta tienda de la avenida de Reina Mercedes ha conseguido lo que las grandes empresas ansían al crear su aspecto corporativo. No hace falta echar un vistazo a las portadas que se anuncian en el escaparate para saber su especialización: la Arquitectura . Lo dice la coqueta segunda planta que se eleva sobre unas dimensiones muy reducidas y se aprecia desde la acera; la escalera que se ha construido con especial mimo; el buen aprovechamiento del espacio, propio de la mejor ingeniera naval; y la agradable armonía que se ha creado en su conjunto.

Esta sociedad cooperativa lleva más de cincuenta años abierta al público, evitando, como aclaran con sorna en su web, «no convertirse en una bocadillería» , tan prolíferas en la zona. Tienen su propia lista de los más vendidos, donde ahora se coloca a la cabeza «El oído melancólico», de José Joaquín Parra Bañón, y se ha impuesto como un paraíso breve de los apasionados del diseño.

4

Interior de la librería Boteros Raúl Doblado

Boteros

Como su némesis, incluimos en el listado a Boteros, en el número 14 de la calle del mismo nombre. Y es que esta es un ejemplo perfecto de la locura aparentemente desordenada tan atrayente para los que gozan del olor del papel viejo. Curtidos en mil batallas, los libros de segunda mano se abren camino con sus codos de pasta en el desfiladero literari o que llama la atención desde el exterior. Todos están en buen estado, desprenden un aroma que de alguna forma incita al conocimiento y esperan callados a que alguien se los lleve.

En este tipo de locales, una parcela de unos pocos centímetros cuadrados puede lograr concentrarnos durante intensas horas. Daniel Cruz, su propietario , para esclarecer las dudas y orientar a los más indecisos, siempre está dispuesto a tomar con su público el timón. Casi autóctona, casi hollywoodiense , resultaría extraño no coincidir en que esta librería guarda un atractivo natural.

5

Cafetería en la planta baja de Caótica Raúl Doblado

Caótica

La tinta galopa en la retina y llegamos a nuestra última recomendación. O ensalzamiento. O sugestión. Porque Caótica se ha consolidado desde su apertura en la cima de lo alternativo . A nadie le son ajenas sus labores de divulgación, las actividades culturales que se programan en sus estancias o el hecho de que, como RM, funcionan como una cooperativa. Han relanzado recientemente la revista Mercurio , que tiene como sede el edificio de varias plantas de la calle José Gestoso, y en ella nos topamos con novelas que estriban entre los «best seller» y publicaciones de editoriales menos ambiciosas. O, mejor dicho, con otro tipo de ambiciones.

Descendemos hacia su cafetería en tono de conclusión para celebrar todas las crónicas y relatos ávidos de manos calientes y mentes sedientas. Leer es una experiencia. Comprar libros, y no quiero incitar al consumismo banal, una previa que sirve de tanteo. El momento de hurgar en las palabras que nos acompañarán los próximos días y que, tal vez, nos descubran algo nuevo. Greene también dijo que «si no conocía el amor, era porque no había encontrado aún el libro adecuado».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación