Una de las ilustraciones del libro
Una de las ilustraciones del libro - ABC

«Calila y Dimna», una joya del siglo XIII en versión íntegra y actualizada

José María Merino publica una edición en castellano contemporáneo del histórico libro, de gran vigencia hoy en día

Barcelona Actualizado: Guardar
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Los clásicos de la literatura española acostumbran a ser más citados que leídos, o se fosilizan en los programas escolares. Si se transmiten en su versión original, la lectura topa con interminables notas a pie de página, apunta José María Merino: «Conforme retroceden en el tiempo, los textos se vuelven más oscuros y, en muchas ocasiones, incomprensibles para gran cantidad de lectores que los encuentran demasiado difíciles y abstrusos». Gran parte de los clásicos que hemos dado por conocidos eran en realidad versiones resumidas o fragmentarias. Al final, subraya Merino, «el sentido verdadero queda como un secreto, únicamente al alcance de especialistas».

¿Quiénes son Calila y Dimna? En el texto original, dos chacales que se convirtieron en linces para los lectores castellanos.

De los dos, el más actual es Dimna por su relativismo moral. «Nuestra sociedad está llena de “dimnas”, trepas e impostores que luego se hacen pasar por inocentes. En este aspecto no hemos cambiado nada desde el siglo XIII», ironiza Merino.

El escritor y académico conoció «Calila y Dimna» en sus tiempos de pupitre y pizarra gracias a la antología de Sainz de Robles «Cuentos viejos de la vieja España» (Aguilar, 1943): «El antólogo había procurado llevar con cuidado al español contemporáneo el viejo castellano, que resultaba así perfectamente comprensible hasta para la inteligencia del jovencísimo lector que yo era entonces». Al volver a «Calila y Dimna» -edición de Castalia a cargo de Juan Manuel Cacho Blecua y María Jesús Lacarra-, Merino constató que la obra «no solamente no ha envejecido, sino que presenta un aire sorprendente de modernidad, tanto en la curiosas estructura general de los cuentos como en la finura con la que están descritos, mediante diálogos, unos comportamientos que parecen proyectarse con acierto en las ambiciones y manejos oscuros del mundo en que vivimos».

La edición de Páginas de Espuma -la primera versión completa en español contemporáneo- reafirma la vigencia de esta joya del siglo XIII, acompañada de un centenar de grabados que le dan un aire de «novela gráfica». Leer «Calila y Dimna» nos ayudará a transitar por este tiempo de mundos virtuales y mistificaciones. El racionalismo de Ibn al-Mucafa, traductor árabe de la obra, contrasta con el fanatismo que hoy tiñe de sangre el mundo árabe.

Referentes

Entre los referentes para esta versión actualizada Merino recurrió -además de la citada edición de Castalia-, a la versión que la RAE publicó en 1915 basada en los manuscritos A y B de El Escorial. La presente edición se añade a las versiones ya existentes que se habían realizado a partir de la edición inglesa del XVI -Ramsay Wood en 1998, con introducción de Doris Lessing-; la traducción de Marcelino Villegas sobre la edición francesa de 1816 debida a Antoine Icaza, o la de Antonio Chalita Sfair (Panamericana, 1993) sobre un manuscrito árabe: «Los ingleses y los franceses tuvieron la suerte de traducir la obra en el siglo XVI y en el XIX, respectivamente, mientras que en España nadie se atrevió a tocar ni una línea del original del siglo XIII», explica Merino. ¿Y quedan más clásicos que deban ser rescatados para que no acaben siendo fósiles? «Tirant lo Blanch», responde, sin dudarlo, el editor: «Un libro precioso, divertido y cachondo que la gente no lee por sus arcaísmos…» Y la lista se prolongaría… del Medievo hasta el Siglo de Oro: «El libro de los gatos», «Barlaam y Josafat»; «El peregrino en su patria», de Lope de Vega... «Hay demasiado miedo a actualizar nuestros clásicos. Yo no tuve tantos escrúpulos», apostilla Merino.

Vigencia

Vertido al castellano en la escuela de traductores de Alfonso X el Sabio, allá por 1251 o 1261, «Calila y Dimna» nace del «Pañchatantra» –la célebre recopilación de relatos hindúes del siglo IV a. de C. La obra había sido traducida en el 570 al sánscrito y, sucesivamente, a la lengua persa y al árabe por Ibn al-Mucafa. La setentena de historias que componen esta galería de apólogos se encadena a través de los diálogos del rey Diselen con su consejero, el filósofo Burduben. Linces, chacales, palomas, cuervos y búhos protagonizan un práctico tratado de los comportamientos con textura de fábula y concisión de microrelato: «Pienso en Andersen, en Kafka, en Borges, pero no olvido elementos muy populares, cómics y dibujos animados de la factoría Disney o Bob Esponja», añade Merino.

Los narraciones ejemplares de «Calila y Dimna» ahondan en las sombras morales de la condición humana, lo que imprime ese carácter atemporal de los grandes clásicos: ambición de poder, impostura, deslealtad, traición, ira, adulación o corrupción. «Calila y Dimna», recalca Merino, «es un esplendoroso antecedente para la historia literaria de la lengua española y, en particular, de su narrativa breve».

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