ARTE

Los videojuegos son algo muy serio (y no lo son)

«Game On» llena de pantallas las salas de la Fundación Canal para celebrar una de las formas de creación más actuales

La posibilidad de jugar mientras se visita la exposición es uno de los reclamos de «Game On»

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Los videojuegos son una de las formas de creación que definen el paso del siglo XX al XXI . Su estética ha influido en el cine, el cómic y el diseño. Y también en el arte, como demuestra que el colofón a « Game On » –la gran exposición de videojuegos que acaba de inaugurar la Fundación Canal– lo ponga «8 bits and 1/2» (2015), una pieza de Daniel Canogar en la que fragmentos de una consola Game Boy cubren una mesa en la que son proyectadas imágenes que tienen que ver con la estética de los juegos.

Por todo eso, está bien tomarse muy en serio este tipo de productos . Y también no hacerlo, ya que nunca hay que olvidar que son, en primer lugar, una forma de entretenimiento . «Game On» (organizada en colaboración con el Barbican Centre londinense) consigue equilibrar bien esos dos aspectos, ofreciendo mucha información sobre la historia de esta industria y su influencia , al mismo tiempo que pone a disposición de los visitantes más de 150 pantallas para jugar.

Un montón de clásicos

El recorrido es temático, no cronológico, pero de todas formas se empieza por los inicios: juegos programados en ordenadores primitivos y máquinas de los primeros «arcades» comerciales , como «Computer Space» (1971) y « Pong » (1972). Tras la zona dedicada a los pioneros, un pasillo cubierto de anuncios de juegos –un auténtico despendole de diseño años 80, todo naves espaciales, dragones, trajes futuristas y cardados– nos lleva hasta uno de los puntos fuertes de la cita: una enorme sala de recreativos , con máquinas originales, en la que es fácil predecir que se conseguirá un ambiente de lo más auténtico: habrá una marabunta en torno al « Street Fighter II », un buen puñado de gente esperando para jugar al «Metal Slug» o al «NBA Jam»... Y, si acaso, algún despistado en el juego de golf. Sólo faltará poder comer pipas .

En una línea parecida va la zona dedicada a los ordenadores y las consolas clásicos. En ella se podrá jugar, por ejemplo, al «Lemmings» en un Commodore Amiga, al «Tetris» en una Game Boy, al «Castelvania» en una MSX2 o al « Mario Kart » en una Nintendo 64. O el pasillo central, donde (además de celebrarse distintos eventos) se muestran tres ejemplos de cada uno de los grandes géneros: plataformas, deportes, aventura, lucha ...

El recorrido va desde los videojuegos primitivos de los años 60 hasta los juegos «online» más modernos

La segunda mitad de la exposición –aunque siguen sin faltar ocasiones de pararse a jugar– está más centrada en la parte artística . Por ejemplo, la sección sobre desarrollo y márketing pone en evidencia el gran trabajo creativo que conlleva cada videojuego , exponiendo piezas como bocetos de animación de «Dragon’s Lair», «concept art» de «Los Sims», «Uncharted» o los españoles «Gris» y « RiME ». O los divertidos carteles de «propaganda» de extrañas formas de vida con los que se promocionó «Spore». Del siguiente apartado, dedicado a los juegos portátiles, también se puede sacar una lección de diseño viendo cómo aparatos más voluminosos, hechos para resultar espectaculares, fueron sustituidos por consolas mucho más sencillas y cómodas de manejar: los juegos nos enseñaron a apreciar el minimalismo.

Mario, Sonic y Lara Croft

No podía faltar el ámbito dedicado a los grandes protagonistas : Mario, Sonic, Lara Croft... Ni el que nos recuerda que las incursiones en el cine nunca han llegado a ser brillantes (y uno sospecha que abrir esa zona con carteles de tres películas tan notoriamente infames como « Super Mario Bros », «Prince of Persia. The Sands of Time» y «Street Fighter» sólo puede ser un acto de pura mala uva). Se echa de menos, sin embargo, que se explore más a fondo la deuda del cine con la estética «videojueguera», más allá de las adaptaciones directas . Y extraña que no se le dedique más espacio a los juegos «online» multijugador o que ni se mencionen los «e-Sports», dado que ambos fenómenos tienen una enorme importancia en el presente de los videojuegos.

Pese a esas carencias, esta sigue siendo una muestra muy interesante , con visos de atraer tanto a los interesados por el aspecto cultural como a aquellos que quieran revivir lo que era un salón de recreativos o echarse unas partiditas. Los videojuegos son algo muy serio y, a la vez, no lo son .

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